lunes, 19 de marzo de 2018

15 características de una oración agradable a Dios

Todos necesitamos pasar mucho más tiempo de oración con Dios. En este mensaje te comparto 15 características de una oración agradable a Dios de acuerdo a la Biblia. 



SU promesa es que si nosotros nos acercamos a Él, Él se acercará a nosotros (SANTIAGO 04:8), y la forma más inmediata de acercanos es por medio de la oración. 

Tenemos esta promesa gracias a los méritos de Jesucristo, quien, dando su vida, quitó la barrera que nos separaba de Dios y rompió el velo para permitirnos entrar a lo más profundo de SU presencia por medio de la fe en SU nombre. 

La Biblia dice que "no hay cosa creada que no sea manifiesta en SU presencia; antes bien todas las cosas están desnudas y abiertas a los ojos de Aquel a quien tenemos que dar cuenta" (HEBREOS 04:13) 

Él sabe todo y siempre está dispuesto a ayudarnos y consolarnos en todo lo que sus hijos necesitemos. "Acerquémonos, pues, confiadamente al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro" ( HEBREOS 04 : 16 ). 

Mucha gente se pregunta cómo hay que hacerle para estar seguros de que Dios responda sus oraciones. Pues bien, si quieres asegurarte de que tu oración sea agradable a Él y sea atendida por Él, fíjate en lo que la Biblia nos enseña acerca de cómo debes y cómo no debes orar:




1. Debemos ORAR con HUMILDAD, no para jactancia espiritual o para ser vistos por otras personas, sino buscando la intimidad con Él, sólo con la única intención de que Él nos escuche (Sal. 138:6; Mt. 6:1; 6:5-6; Lc. 18:13) 

2. Debemos ORAR con SINCERIDAD y ENTENDIMIENTO, no con palabras fingidas o vacías que no entendamos o no sintamos, sino sintiendo y comprendiendo realmente lo que decimos, de forma genuina (Pr. 24:12; Ec.5:2; Mt. 6:7-8; Heb. 10:22) 

3. Debemos ORAR con ARREPENTIMIENTO, examinándonos cada uno a sí mismo y siendo honestos ante Dios, no con orgullo ni autojustificándonos, sino confesando nuestras caídas y nuestros errores, alejándonos del pecado y encaminados a la santidad y a la justicia de Dios (Pr. 28:13; Sal. 51:17; 66:18, 1 Jn. 1:9) 

4. Debemos ORAR CON LA MIRA enfocada EN LAS COSAS DE ARRIBA, no con la mente en el mundo, sino quitando los ídolos de nuestro corazón y buscando dejar siempre atrás la carnalidad de la vida aquí en la tierra (Mt. 16:23; Mc. 8:33; Col. 3:1-8, St. 4:2-9) 

5. Debemos ORAR CONFORME A SU VOLUNTAD, no siendo sabios en nuestra propia opinión ni confiando en nuestro propio entendimiento, sino recordando que Él tiene un plan mayor y que Él lo sabe todo; pidiendo conforme a las enseñanzas de Cristo y a SU verdad (Pr. 3:5-7; 26:12; Jr. 29:11-12; 1 Jn. 5:14-15) 

6. Debemos ORAR CON LA INTENCIÓN DE AMAR Y AYUDAR a otros, no para disfrutes sólo tus propias cosas y vivir en comodidades egoístamente, sino para compartir lo bueno con los demás y también para que nuestros semejantes vivan reposadamente y con equidad y la paz de Dios (Mc. 9:50; Ro. 12:13; 2 Cor. 8:9-15; St. 4:3) 

7. Debemos ORAR CON FE en Dios, no dudando nada, sino teniendo la confianza en que Él nos va a responder porque es bueno, poderoso, compasivo y fiel para cumplir sus promesas (Mt. 21:21; Mc. 11:23; St. 1:6; Jn. 11:40) 

8. Debemos ORAR CON PERDÓN, concediéndolo a todos aquellos que nos han dañado o lastimado, dejando atrás los rencores, las deudas y resentimientos del pasado, teniendo la misma misericordia que hemos recibido de parte de Dios (Mc. 11:25-26; Mt. 18:21-35; Lc. 6:37; 7:47; Col. 3:13) 

9. Debemos ORAR CON MISERICORDIA y COMPASIÓN por los demás, no con indiferencia, sino con empatía, ayudando al mismo tiempo a cuantos podamos, acordándonos de los pobres y extendiendo la mano a quienes la necesitan (Pr. 21:13; 28:27; Is. 58:6-9; Lc. 14:13-14; St. 4:17) 

10. Debemos ORAR CON INSISTENCIA y PERSEVERANCIA, no con impaciencia ni por capricho, sino constantemente y sin desmayar, sin cansarnos o desistir, continuando hasta que Él te responda a SU tiempo (1 Re. 17:21; 18:41-46; Dn.10; Sal. 55:17; Lc. 11:5-13; 18:1-8) 

11. Debemos ORAR CON DETERMINACIÓN, no de forma tibia o vacilante, sino haciendo un esfuerzo por seguirle a donde Él nos guíe y por obedecer y cumplir las buenas obras que Él preparó para que hiciéramos de antemano (Jn. 9:31: Hch. 1:2; Ef. 2:10; 1 Jn. 3:22, 5:14) 

12. Debemos ORAR CON AMOR, tratándo a nuestros prójimos como queremos ser tratados, no maltratando, condenando ni menospreciando a nadie, sino dando honra y respeto a todos como la creación a imagen y semejanza de Dios que son (Is. 1:5-18: 58:3: 1 Pe. 3:7; St. 2:5-17) 

13. Debemos ORAR DEJÁNDONOS GUIAR POR SU ESPÍRITU SANTO, no confiando en nosotros mismos, ni en nuestras propias habilidades, métodos o fuerzas, sino dejando plenamente nuestra vida en SUS manos y hablando como Él indica y muestra, creciendo en SU conocimiento (Zac. 4:6; Jn. 15:5; Ro. 8:26; 1 Cor. 2:9-10; St. 3:7-13) 

14. Debemos ORAR CON GRATITUD, no quejándonos de nuestra vida ni de los demás, sino agradeciendo lo que Dios nos ha dado y lo que Cristo hizo por nosotros en la cruz y el precio alto que Él pagó para darnos vida y demostrarnos que Él te ama (Col. 3:17; St. 5:9; Heb. 12:28; 13:5) 

15. Debemos ORAR CON PASIÓN, no religiosamente ni fríamente, sino esforzándonos por orar a Dios con fuego espiritual, con todas nuestras fuerzas y con todo nuestro corazón (Jer. 29:11; Sal. 119:2; Mt. 22:37; Mc. 12:30) 


Esforzémonos y Dios hará. "Porque tú, Señor, eres bueno y perdonador, Y grande en misericordia para con TODOS los que te invocan" (SALMOS 86.05). 

La promesa eterna es que "Cercano está el SEÑOR a todos los que le invocan, a todos los que le invocan de veras" (SALMOS 145:18)

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