viernes, 5 de enero de 2018

(Marcos 2:13-22): Estudio Bíblico de la Fe

LA FE (Marcos 2:13-22)

Contexto: Cristo ya había empezado su ministerio público; se había dado a conocer predicando arrepentimiento en Galilea (Mc. 1:14), había llamado a sus primeros discípulos (Mc. 1:16-20), sanado con poder a varias personas. Se estaba corriendo la voz entre la gente, se escuchaba que el Mesías ya andaba por allí (Juan 1:43-50) por eso “todos le buscaban” (Mc. 2:37). Su fama crecía.

Sección 1. “Dejándolo todo”: El llamamiento de Leví: (Mt. 9:7-10; Lc. 5:27-28). ¿Quién era Leví? Mateo, servidor público, publicano, cobrador de impuestos que trabajaba para el gobierno. (Comentario). Siendo judío, debía haber sabido de las profecías que hablaban de la promesa de salvación y redención anunciada por los profetas del A.T. Los fariseos pensarían ¿cómo es que Jesús se atreve a escoger a un cobrador de impuestos, como Mateo? Jesús no aprobó ni alabó al imperio Romano, ni las actividades de los publicanos. Mas bien, pide a Mateo que deje ello y le siga a El. Y Mateo responde a su llamado de inmediato. ¿Creen que Mateo tenía paz trabajando como publicano? ¿Cómo creen que se sentía? Dejándolo todas las cosas(Lc.5:28). ¿Porqué Levi se fue de inmediato? Porque tenía fe en que el Señor iba a hacer un cambio en Él. Como Job: “Te preguntaré, y tú me enseñarás” (Job 42:2). La fe actuó de inmediato. Fue una obediencia pronta. Como el eunuco que quiso bautizarse el mismo día que supo que la profecía del Mesías se había cumplido (Hch.8:36). ¿Porqué seguimos al Señor? Porque sabemos que le necesitamos y tenemos fe en que acercándonos a Dios, Dios se acerca a nosotros y Él se manifestará en nuestra vida. ¿Lo creen? El Señor nos muestra con su ejemplo que hay dejar todo nuestro pasado atrás (Isaías 43:18), no como la esposa de Lot, sino como Abraham, que es ejemplo de como tener fe en el Señor. ¡Qué oportunidad tan grande nos da el Señor de empezar con borrón y cuanta nueva!

Sección 2. Jesús con los pecadores: Leví, que invitó al Señor a entrar en su casa (Lc.5:29). ¿Porqué creen? Estaba feliz, estaba agradecido; quería escuchar más de lo que Jesús le enseñara. Pero al ver los fariseos, estos le reprocha que esté allí. Cristo les dice que los sanos no necesitan médico. Si alguien cree que está sano, no va al médico, aunque le regalen la cura de su mal. Por eso lo importante que es darse cuenta del propio pecado de los propios errores. Examinarse a uno mismo. Aceptar la reprensión y la corrección, aunque nos duela (pero agradecerla, porque nos da sabiduría y el buen amigo nos dice nuestros errores).

¿Porqué venimos a escuchar la exposición de la Palabra de Dios? Sabemos que necesitamos crecer en entendimiento. ¿Porqué acudimos al médico de médicos? Porque sabemos que debemos tener fe en, Jehova Rapha, quien va a sanar todo lo que en nuestro cuerpo o alma necesite ser cambiado, sanado, restaurado. La fe es certeza. Tenemos fe en el médico divino como cuando alguien en quien confiamos nos recomienda al que dice es el “mejor doctor”. Sabemos que si vamos a consultorio y esperamos allí a su puerta, Él nos va a atender. Sabemos que hay que escuchar lo que Él nos dice, y la instrucción que Él nos manda (y que luego hay que seguir la receta al pie de la letra). Asimismo, sabemos que necesitamos estar escuchando la Palabra de Dios, y esforzarnos por ponerla en obra. Sabemos que hay errores en nosotros y que necesitamos depender de Dios y de lo que Él nos dice. “La fe viene por el oír, y el oír, por la palabra de Dios(Ro.10:16-17). Nuestra fe aumenta al oír la Palabra, y luego actúa: La fe sin obras está muerta” (Santiago 2:17). El grano de mostaza tiene que echarse en tierra para que empiece a crecer, de lo contrario no crece. Y Mateo echó la semilla de su fe en tierra de inmediato. Le creyó al Señor.

El Señor llama al pecador NO para intercambiar puntos de vista, ni para que ellos influyan en su reino, sino para que el pecador proceda al arrepentimiento (Lc.5:32). Él es el que influye en ellos, no ellos en él. Asimismo, la Iglesia debe seguir su ejemplo. Pero si la otra persona, como el fariseo, no considera que tiene de qué arrepentirse, como los fariseos, no recibirán la salvación o la sanidad del alma de la que habla el Señor.

En este llamado necesitamos enfocarnos en la misericordia, no en el sacrificio (Mt.9:13; Oseas 6:6). El Señor nos llama a amar como El nos ama, siendo misericordiosos como Él es misericordioso, siendo santos como Él es santo. El Señor nos llama a saber perdonar, a aprender a considerar la condición de los demás, para poder ser comprensivos, compasivos, misericordiosos, bondadosos. Si debemos ser como misioneros o sacerdotes de Dios en este mundo caído, debemos ver hacia adelante y hablar su palabra dandole prioridad a su necesidad del Médico que es el Señor, y tampoco poner como prioridad las cosas que tenemos que sacrificar. Entonces “que el Señor nos ayuda a enfocarnos en lo que Él ha hecho, y no en lo que ellos han hecho. Que el Señor nos ayude a enfocarnos en lo que Él dice, y no en lo que ellos vayan a decir. Que el Señor nos ayude a enfocarnos en lo que ellos verán el día Final, y no en lo que ellos ven en este mundo pasajero”.

Sección 3. El ayuno: ¿Pueden ayunar los que están de bodas? Cristo también habló del ayuno en relación a la fe cuando el joven endemoniado. “Por vuestra poca fe” (Mt.17:20). “Esta naturaleza [genos] no sale sino con oración y ayuno”. Cristo estaba con sus discípulos de forma física o visible. Pero estaba anunciando que tendría que irse físicamente por un tiempo aunque estaría con nosotros a través del Espíritu Santo. Anunciaba que habrían momentos en los que necesitaríamos aumentar nuestra fe. La fe es la certeza de las cosas que se esperan y que no se ven. Si todo es por vista, entonces ya no es esperanza y ya no es por fe (Romanos 8:24-25). “Porque por fe andamos, y no por vista” (2 Corintios 5:7). “Bienaventurados los que no vieron y creyeron” (Juan 20:29). El diccionario bíblico lo define como “el acto de privarse alimentos por un período de tiempo y con un propósito espiritual específico. Es el “debilitar” al cuerpo para poder “fortalecer” el espíritu. Dejar todas nuestras actividades terrenales, incluyendo la comida, para meterse en profunda oración a buscar a Dios y a buscar la justicia de su reino. Pero esta búsqueda del Señor no sólo tiene que ver con el alimento sino, como enseña Isaías 58, con la justicia, el amor y la misericordia hacia los demás.

Práctica:
  • Responder al llamado de Dios de la forma en que lo hizo Mateo: dejándolo todo atrás.
  • Confiar en que Dios obrará y sanará en nuestras vidas y en las vidas de los demás cuando le recibimos y escuchamos a Él
  • Reconocer que cuando necesitemos aumentar nuestra fe, es necesario buscar a Dios con ayuno y oración, en justicia

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