viernes, 29 de septiembre de 2017

¿Por qué la mala alimentación enferma a los cristianos?

¿Por qué la mala alimentación nos enferma?

Introducción: Causas bíblicas de la enfermedad

Al emprender un estudio de la Biblia, podemos encontrar al menos cuatro premisas sobre las causas de padecimientos, limitaciones, enfermedades, malestares, dolores o problemas de salud en las personas:
  1. Hay enfermedades que son causadas de forma sobrenatural por Satanás o espíritus malignos (Job 2:4-7Mt. 4:24Mt. 12:22-28Lc. 8:2Lc. 13:11-13Mc, 9:14-29). Dios permitió que algunas éstas hirieran el cuerpo de sus siervos Job y Pablo con el propósito de mostrar su fe o formar su carácter (2 Cor. 12:7-10Gál. 4:13-14).
  2. Hay enfermedades graves que son el resultado natural de la práctica del pecado (Prov. 23:29-35Mt. 9:2-7). La Biblia habla de las obras de la carne (en Gál. 5: 19-21Rom. 1:29-32) como cosas que acarrean muerte (1 Cor. 15:56) y que traen dolor en los que no confían en Dios (Sal. 32:10) o que tienen un corazón atormentado por su pecado (Sal. 38). La Biblia también parece reconocer algunos males psicosomáticos (pecados mentales) o "pasiones" pecaminosas que se vuelven "podredumbre para los huesos" (Prov. 14:30) y "malos pensamientos"  que provienen del corazón y “contaminan” al hombre (Mt. 15:19Mc. 7:21-23; etc.
  3. Hay limitaciones físicas y padecimientos que pueden ser causados directamente por Dios (Éx. 4:11Dt. 32:39) por distintas razones. Dios puede enviar ciertas enfermedades de forma sobrenatural, como un castigo por el pecado (Dt. 28:20-221 Crón. 21:14Sal. 119:67Hch. 12:23), entre los cuales se cuenta la rebelión (Is. 53:8), la incredulidad (Lc. 1:20), y el engaño o injusticia (Hch. 13:10-11). Sin embargo, Jesús dejó muy claro que hay enfermedades que no son a causa del pecado (Jn. 9:2-3). 
  4. Hay males que sobrevienen por violar las leyes naturales de Dios: el pueblo de Dios puede perfecer por falta de conocimiento de estas leyes (Os. 4:6), entre las cuales se encuentra el cuidado de la alimentación, pues la Biblia nos enseña que las personas que destruyen su cuerpo, acarrean destrucción (1 Cor. 3:16-17Gál. 6:7). 

Cada una de estas afirmaciones es interesante y debe ser estudiada de forma detenida y detallada, pero estos cuatro puntos abarcan cuestiones de todas las personas en general. La causa de enfermedad de una persona no siempre es la misma. También se podrían considerar los factores genéticos y ambientales, con sus posibles alusiones bíblicas (Dt. 5:9-10, Éx. 20:5; Jer. 2:7, Isaías 24:4-6, Oseas 4:1-3, Ap. 11:18). Pare determinar ello, se necesita un estudio de cada caso y oración para tener discernimiento de la causa . Sin embargo, el tema de este artículo, se enfocará específicamente en la cuarta premisa, que se refiere a las cuestiones del cuidado de la salud. 

Una de las razones bíblicas: la mala alimentación

La Biblia contiene algunos ejemplos de hombres de Dios que enfermaron en algún punto de sus vidas, tanto en el Antiguo,Testamento (Génesis 27:1, 2 Rey. 13:14-21, 2 Reyes 20, Daniel 8:27, Salmo 41 Job 2), como en el Nuevo Testamento (2 Tim. 4:20Hch. 9:36-372 Cor. 11:29Fil. 2:26). Aunque no se puede decir que la causa de la enfermedad de todos ellos era la misma, las instrucciones acerca de la comida presentes en muchos versículos interesantes nos puede ayudar a reflexionar sobre el tipo de alimentación y la forma de vida que Dios planeó para sus hijos (Véase Gén. 1:29-30, 9:3-4; Prov. 23:2, 23;20; Mt. 6:25, 24:48-49; Lc. 12:45-46; 21:34; Rom. 8:4, 12:1; 14:1-5, 14;21;  Gál. 5:16, 5:24; 1 Cor. 3:16-17; 6:19; 1 Cor. 9:2;  10:3, 10:23-28; 1 Tim. 4:2).


Cada versículo debe ser revisado en contexto y hay que decir que en la Biblia se exhorta a que cada quien esté convencido de lo que come. Sin embargo, Romanos 14:6, dice que lo que sea que comamos, lo comamos para gloria de Dios, y lo que no comamos, por causa del Señor no lo comamos. A la vez, se nos dice que todo nos es permitido, pero no todo nos conviene (1 Corintios 10:23), y también se nos llama a que ya sea que comamos o no comamos de algo, lo hagamos "todo para la gloria de Dios" (1 Corintios 10:31).  La pregunta es: ¿comemos para la gloria de Dios, con dominio propio, como debe ser con el fruto el Espíritu Santo? (Gál. 5:23) ¿o comemos para satisfacer nuestros propios apetitos carnales, de forma hedonista y auto-indulgente? En lo que respecta a la manera de comer y vivir, ¿qué tanto glorificamos a Dios? 

En el libro de Génesis, primero se lee que Dios nos dio plantas, frutos y semillas para que nos sirvieren de alimento (
Génesis 1:29). Más tarde, se lee que también la carne de los animales que se mueven en el cielo, la tierra y las aguas (Génesis 9:3), y muchas veces se cita al pueblo de Israel comiendo carne de buey, carnero o cordero; se lee que Jesús y sus discípulos comieron pan, pescado y un poco de vino, y que el Apóstol Pablo admitió comer todo tipo de carne (1 Cor. 10:25). No obstante, en la misma Biblia se reconoce que es necesario que los cristianos se abstengan de productos como la morcilla o moronga (Gen. 9:4Lev. 7:26Dt. 12:23Hch. 15:20). En el Antiguo Testamento se reconocen los efectos depurativos de una dieta a base de abundante agua, vegetales y/o legumbres (Daniel 1:5-17), y se citan alimentos muy buenos que Dios recomendó consumir abundantemente a un profeta (Ezequiel 4:9).
El Nuevo Testamento también reconoce, por ejemplo, las 
propiedades curativas o medicinales de un poco de vino para aliviar algunos malestares digestivos (1 Tim. 5:23) y, en general, la Biblia nos muestra en que hay alimentos muy buenos en un consumo moderado, que, sin embargo, deberían evitarse en exceso (Prov. 15:1723:20-2125:1625:27Rom. 14:21). No es de sorprenderse, por lo tanto, que Cristo mismo haya advertido a sus discípulos de no comer desmesuradamente para no caer en una embriaguez mundana y en una glotonería llena de auto-indulgencia que es desaprobada por Dios (Lc. 21:36) (compárese esto con Prov. 23:223:30Is. 5:22).

Hay creyentes que parecen sufrir de los mismos males que muchos incrédulos o miembros de otras religiones. Pero, ¿realmente el plan de Dios incluye esas enfermedades degenerativas y males de salud que se hacen tan comunes en la época contemporánea? ¿o es la voluntad de Dios que seamos más saludables?
La respuesta es que Dios desea que seamos prosperados en nuestra salud, al igual que en nuestra alma (3 Juan 1:2). Pero, si es así, ¿porqué a veces la fe no parece resolver todos los problemas de salud de algunas personas? ¿será que estos problemas tienen relación con la alimentación y el estilo de vida?

En el siguiente escrito, publicado por el diario Newsmax Health, leerás un estudio que arroja luz de la Biblia sobre algunas de estas fascinantes cuestiones y lo que se puede deducir del estudio de la misma. EDr. Chauncey Crandall, especialista médico editor de este tratado, es también un devoto cristiano que comparte y compagina sus creencias cristianas y sus conocimientos para vivir un vida saludable con una base centrada en el plan de Dios y sus leyes naturales. El punto es que Dios ha mostrado en la Biblia que considerar la alimentación sí es importante para mantener una buena salud. El Dr. Crandall, egresado de la Facultad de Medicina de la Universidad de Yale, es autor de los libros Y los muertos resucitan: El encuentro de un médico con lo milagroso  (2011) y La simple cura del corazón (2013) donde se muestra como un firme creyente en que "servimos a un Dios de milagros" que puede perdonar nuestros descuidos y restaurar nuestra salud. No obstante, él no se desentiende de las responsabilidades e instrucciones bíblicas que los cristianos deben tener en el cuidado de su salud. El material original de este mensaje, Why Christians Get Sick?incorpora también pensamientos del Reverendo Dr. George Malkmus y su libro homónimo Why Christians Get Sick.


"¿Porqué la mala alimentación enferma a los cristianos?"

"¿Alguna vez te haz preguntado porque hay cristianos que padecen de enfermedades del corazón, artritis, cáncer, problemas digestivos, Alzhaimer o incluso gripa? ¿Será que estas enfermedades solo atacan al azar [o por casualidad]? ¿Será que el plan de Dios para nuestras vidas realmente incluye estas enfermedades? ¿O tal vez, será la voluntad de Dios que estemos saludables? Y si la enfermedad es el resultado de no vivir como Dios quería, ¿cómo podemos redimir nuestras vidas al conformar nuestras vidas a Su voluntad?

En el mensaje de hoy, examinaremos lo que la Biblia enseña sobre estas preguntas fascinantes y vitales. Y consultaremos a un experto médico, para ver cómo estas enseñanzas también se orientan en la ciencia moderna. Quizá te interese anotar algunas de las referencias de la Escritura y frases médicas a medida que avanzamos…

Para empezar, vayamos al libro de Oseas 4:6, en el Antiguo Testamento, donde Dios dice: "Mi pueblo es destruido por falta de conocimiento" Tú y yo vivimos en lo que se conoce como la era de la información. Pero la información y el conocimiento no son lo mismo, ni en lo más mínimo. La información es colección de datos, hechos o cifras. Hoy en día, tenemos más información que nunca. El conocimiento, sin embargo, es colección de sabiduría. Nos ahogamos en un mar de información, pero, al mismo tiempo, pasamos por alto la sabiduría atemporal que se nos entrega en la Palabra eterna de Dios. Si buscas parte de esta sabiduría, este material, ¿Porqué enferman los cristianos?, es especialmente para ti. Es corto, es gratuito, e incluso podría cambiar tu vida. 

Como cristianos, creemos que Dios nos ama y tiene un plan maravilloso por nuestras vidas. Leemos en el Libro de Jeremías 29:11: "Porque Yo sé los planes que tengo para ustedes, declara el SEÑOR, planes de bienestar y no de calamidad, para darles un futuro y una esperanza." Sin embargo, hay cristianos que parecen sufrir de los mismos males que aquejan a los no-creyentes y a los miembros de otras religiones. Y hay cristianos más devotos que no parecen ser particularmente más saludables que los cristianos menos devotos. Así que, ¿porqué no nos protege nuestra fe en esto? ¿Qué se interpone entre nosotros y el plan maravilloso que Dios tiene para nuestras vidas?…

...El Libro de Génesis nos dice que nuestros cuerpos fueron diseñados para trabajar 6 días a la semana. En tiempos bíblicos, un día de trabajo duraba desde la salida del sol, hasta el ocaso o la puesta del sol. No habían semanas de trabajo cortas de 40 horas, ni fines de semana largos de 3 días, y el plan de Dios para nuestro trabajo no implicaba una oficina cómoda, un sillón confortable, un teclado o un volante. El plan de Dios implicaba que estuviéramos en el exterior, en el aire fresco, en nuestros pies, con tareas físicamente demandantes como cazar o recolectar alimentos, o cultivar nuestra propia comida. La labor física es la manera en que los hombres y las mujeres vivieron por largas generaciones. Fue solo desde la Revolución Industrial, hace unos 150 años, que todo eso comenzó a cambiar.
Claramente, la mayoría de nosotros ya no realiza estas mismas actividades para las cuales Dios diseñó nuestro cuerpo. Eso no significa que todos tengamos que volver a hacerlas otra vez, pero el resultado del estilo de vida sedentario de hoy en día y del amplio tiempo libre es bastante evidente: obesidad, debilidad, dificultad para respirar, pérdida de tonicidad muscular, de fuerza y de coordinación: todo esto es el resultado de no realizar la actividad física para la cual nuestros cuerpos fueron diseñados.

¿Y qué hay sobre nuestra comida? La Biblia no tenía que decirnos que debíamos comer solamente comida cultivada orgánicamente porque toda la comida era libre de químicos. La Biblia tampoco tenía que decirnos que evitáramos alimentos transgénicos u organismos genéticamente modificados porque los transgénicos simplemente no existían antes, hasta que el humano los inventó en un laboratorio. Lo mismo pasa con la comida enlatada, las grasas trans, comidas preenvasadas, colorantes artificiales, conservadores y otras invenciones humanas, todas ellas con el objeto de cambiar la comida que Dios había provista, de manera que nuestras vidas fueran más "cómodas". Todas estas supuestas conveniencias han degradado los nutrientes en los alimentos que comemos para sustentarnos. 

Hemos permitido que nuestra comida sea envenenada con sustancias químicas en las granjas y se le han quitado sus nutrientes en el proceso al que se somete en plantas donde más químicos se añaden a ella. ¡Y hemos comido estos alimentos por años! Entonces, ¿porqué nos sorprendemos de porqué nos enfermamos tanto? O peor aún, culpamos a Dios por nuestra mala salud.

Solo tomemos un ejemplo: el azúcar. Nuestro Creador nos dotó de papilas gustativas que responden con placer ante el azúcar. Por miles de años, un poco de miel o un racimo de cerezas satistizo nuestro paladar. Seguramente sabes que los científicos han descubierto que tanto la miel como las bayas están cargadas con muchos nutrientes que mejoran la salud. Así que el plan de Dios para nuestra salud verdaderamente funciona ¿no es así? Pero hoy en día, marcas de comida procesada y refrescos están llenos de azúcar refinada y saborisantes artificiales. Consumimos estos compuestos en cada comida y entre comidas, a pesar de que tienen cero valor nutricional.

La industria comercial alimenticia ha tomado nuestro usual gusto por las cosas dulces, lo ha usado para obtener tremendas ganancias de una cantidad inimaginable de personas. De tal manera, nuestros niveles de azúcar, nuestros estados de ánimo se comportan erráticamente, la función de nuestros riñones e hígado se hace más lenta, y nuestros cerebros no pueden trabajar en la forma en que fueron diseñados, todo esto debido a un exceso de azúcar y a sustitutos de azúcar. ¿Hay duda de que esta dieta no es lo que Dios quería? 

Mucho de lo mismo se podría decir de cualquier otro depresivo o químico que ponemos en nuestro cuerpo y que causa nuestro deterioro. ¿Hay duda alguna de que Dios quería que nosotros consumiéramos una dieta sana basada en alimentos completamente naturales? Saben, Adán y Eva nunca comieron papas fritas. Moisés nunca comió una hamburguesa con queso. Los 12 discípulos obtenían su desayuno bien fresco del Mar de Galilea. De la Tierra Prometida se dijo que fluiría "leche y miel" [Éx. 3:8Lev. 20:24Núm. 13:23Ez. 20:26]. Pero la mayor parte de nuestra comida hoy en día no viene de la naturaleza, sino de fábricas gigantes de comida procesada o cadenas de comida rápida.

Bien, necesitamos hacer una pausa porque aquí es cuando se torna personal. Esperamos no ofender a nadie con esto. Pero el hecho es poca gente (incluidos los cristianos) se detienen a pensar que gastan mucho en tiendas de comestibles donde compran alimentos procesados y cómodos que no son lo que Dios tenía por intención. Muchas comidas que vienen en cajas, latas, y paquetes sellados o que contienen ingredientes que ninguno de nosotros podemos pronunciar, son, probablemente, cosas que Dios no quería para nosotros.

Estamos tratando de sostener nuestra salud con alimentos que están restructurados en un laboratorio por hombres, en vez de ser producidos por la naturaleza como Dios lo había dispuesto. Dicho de otra manera, en general, cada supermercado en Estados Unidos está repleto de grandes estantes de suplementos vitamínicos, sino es que de una farmacia gigante en la que se ofrecen medicamentos prescritos. 

Los multavitamínicos no existieron sino hasta 1934: antes, simplemente no los necesitábamos. Ahora, hay una gran cantidad de suplementos de minerales y vitaminas en cada supermercado; y eso solo porque en la fábrica se le quitaron los nutrientes que en principio nos había otorgado Dios. Si en una farmacia no se te venden productos para tu molesto estómag, entonces debe ser la diabetes, la presión arterial, las que se te debe atender para que te fortalezcas. Todo esto con el fin de reparar nuestra salud de los efectos destructivos de esa comida procesada que habías cargado en tu carrito de supermercado ¡en esa misma tienda! Y, no se tú, pero todavía no he visto una farmacia en el interior de un mercado de agricultores.

Cuando te detienes a pensarlo, es claro que nuestra dieta hoy en día no refleja lo que Dios quería para nosotros en la Creación. Tal vez sea hora de repensar nuestros estilos de vida. Tal vez es hora de tomar el plan de Dios y regresar a comer los alimentos y hacer el ejercicio que Dios planeaba, en vez de aceptar que las enfermedades resultantes son parte del plan de Dios. Estamos llamados a glorificar a Dios en todo lo que hagamos, y sin embargo, muchos dañan sus cuerpos con alimentos artificiales y indulgencias poco saludables que Dios nunca quiso para nosotros. A la luz de esto, ¿es tan difícil entender porqué tantos han visto su salud siendo destruida por los estilos de vida modernos? Pues bien, este es un punto claro que dista entre el mundo de hoy y los días bíblicos, pero ¿cómo podemos aplicar estas enseñanzas y mejorar nuestra salud? Para dar una perspectiva de esta pregunta, Nexsmax Health acudió a un médico que no solo es un destacado cardiólogo, sino también, un devoto cristiano. Conozcan al Dr. Chauncey Crandall, egresado de la Facultad de Medicina de la Universidad de Yale y activo cardiólogo que ha realizado más de 40,000 procedimientos quirúrgicos cardiacos, y que ha estado activamente envuelto en misiones cristianas alrededor del mundo. Director de Medicina Preventiva en la Clínica Cardiovascular de Palm Beach, el Dr. Crandal atiende a todo tipo de personas: trabajadores comunes, ancianas y ancianos, millonarios y billionarios, y viaja a zonas pobres en países tercermundistas, llevando cuidado, asistencia médica, y amor de Dios a aquellos que  están necesitados. Él es un firme creyente en la buena ciencia y, ofreciendo lo mejor de lo mejor que se tiene en tecnología médica, y por su historial de carrera exitosa, al Dr. Crandall a menudo se le pide que comparta sus experiencias con audiencias en todo el mundo. Y ahora, el Dr. Crandall nos comparte con sus opiniones sobre porqué los cristianos se enferman...

NewsmaxHealth: 
Así que, Dr. Crandall: ¿por qué cree usted que se enferman los cristianos?

Dr. Crandall: "Bueno, es muy claro para mí, habiendo tratado a miles de pacientes, que nuestros estilos de vida modernos no son lo que Dios quería para nosotros. Tomamos alimentos hechos por el hombre, trabajamos en ambientes hechos por el hombre, y nos entretenemos con diversiones hechas por el hombre. Ahora bien, cierta parte de esto es inevitable, y no quiero decir que debamos vivir en cuevas. Incluso mi propia profesión es practicada y realizada en un ambiente altamente controlado y hecho por el hombre. Pero solo toma un esfuerzo relativamente pequeño de nuestra parte para consumir una dieta saludable basada en comidas naturales y para dar a nuestro cuerpo el ejercicio que Dios quería para nosotros. Mi creencia es que combinar estas prácticas con la fe y la oración puede restaurarnos a la buena salud que Dios planeaba para nuestras vidas. Dios no quiere que seamos enfermizos."
NewsmaxHealth: Dr. Crandall, usted es un especialista en cardiología y aquí hablamos de la salud integral del cuerpo. ¿Puede un especialista como usted realmente referirse a la perspectiva de todo el cuerpo humano?

Dr. Crandall: A saber, esa es una gran pregunta. El corazón es el centro de la salud de todo el cuerpo por dos razones críticas. 
La primera es que el corazón es el que bombea el oxígeno a cada célula del cuerpo. Podemos vivir sin comida por algunos cuantas semanas, y sin agua por unos cuantos días, pero nuestras células empiezan a morir en minutos si no obtienen el oxígeno suplementado por el corazón. Si tu corazón es saludable, tus células recibirán el oxígeno y los nutrientes que necesitan para estar saludables, para regenerar nuevas células y para deshacerse de la enfermedad. 
Y la segunda razón es esta: que un tiempo de vida con malos hábitos tiende a manifestar sus efectos primero y con la peor consecuencia en el corazón. Sin el suficiente ejercicio aeróbico, el músculo del corazón se debilita y no puede bombear sangre eficientemente a todo el cuerpo. Y una mala alimentación lleva a niveles altos de colesterol y bloquea las arterias que están cerca del corazón. Nuestro hígado y riñones pueden limpiar mucho del daño en nuestro cuerpo, pero no pueden limpiar nuestras arterias. El daño progresa lentamente, trágicamente y en un gran número de pacientes, los primeros síntomas de arterias tapadas es un ataque fatal al corazón.
Decir que un desayuno de puerco, tocino, huevo, queso, salchichas, papas fritas y salsa picante equivale a un ataque al corazón, no es en tono de broma, y veo los resultados en mi oficina o en la sala de operaciones todos los días. Mantener la salud del corazón es también esencial para evitar una embolia y el Alzhaimer. 
NewsmaxHealth: Una pregunta más Dr. Crandall: ¿Qué consejo le daría a un cristiano  que quiere conformar su vida a la voluntad de Dios y experimentar una perfecta salud?

Dr. Crandall: Bien, el simple hecho de hacer la pregunta es un gran paso en la dirección correcta. He visto que mucha gente espera hasta que ya está en muy malas condiciones, antes de que comience a tomar seriamente la cuestión de su salud, o de acudir a Dios por ayuda. Esto es especialmente cierto en lo que respecta a la salud del corazón. Soy un profundo creyente en consumir una dieta sana. Esto no significa que tengas que privarte a ti mismo en comer como conejo. Simplemente significa escoger las comidas naturales que Dios creó, las cuales son superiores en todos los sentidos a la comida procesada hecha por el hombre. Dios describió la Tierra Prometida como una de la cual emanada leche y miel. Claramente, Dios quiere que tengamos una alimentación que verdaderamente disfrutemos: está provista en una abundancia de frutas naturales, vegetales, granos, carne, pescado y aves, todos los cuales son para que los disfrutemos. Esto es consistente con la dieta mediterránea que es amigable para el corazón, y no creo que sea ninguna coincidencia en absoluto el hecho de que la Tierra Santa está en la Cuenca del Mediterráneo. Esta alimentación sana, basada en comida bíblica, ha sido practicada desde el comienzo de los tiempos.  Creo que los cristianos podemos mejorar nuestra salud y nuestra vida, la vida que Dios planeó para nosotros, si simplemente conformamos nuestra vida a la Voluntad de Dios en estas elecciones tan simples respecto a lo que comemos y bebemos. De hecho, no solo lo creo, Dios lo promete..."
...El Dr. Crandall no solo es un reconocido conferencista; es también el editor del Hearth Health Report, una hoja informativa publicada mensualmente para tratar temas de una vida saludable para el corazón. En su trabajo, el Dr. Crandall se encontró recientemente con el libro de un reconocido pastor cristiano que explora muchos de los asuntos que hemos discutido en este mensaje. El libro se titula "Por qué se enferman los cristianos"  y es base para muchas de las ideas que hemos explorado el día de hoy. El libro fue publicado hace ya varios años, y se volvió tan popular que se ha publicado de nuevo dos o tres veces. Contiene respuestas precisas y bíblicas sobre porqué los cristianos nos enfermamos y continúa en más detalle de lo que podemos hacer ahora. Analiza el impacto de los fármacos prescritos en la profesión médica; el gran costo físico del estrés, los malos sentimientos y el ejercicio inadecuado: cómo nosotros, como cristianos, involuntariamente violamos las leyes naturales de Dios, y mucho más. 

En la primera página introduce el tema de especialidad del Dr. Crandall: las enfermedades del corazón, haciendo notar que millones de personas mueren por causas cardiacas cada año. El libro indaga cómo los cristianos pueden evitar tanta enfermedad y males cardiacos, al tiempo que buscar responder cómo experimentar una mejor salud. Hace preguntas importantes, tales como: ¿Puede librarse la gente de malestares físicos? ¿El cáncer y otras enfermedades que amenazan la vida son evitables? ¿Qué puede hacer una persona para evitar la enfermedad, ya sean alergias, o asma o Alzhaimer? 

El autor se hacía preguntas similares en su mente cuando  a los 42 años fue diagnosticado con cáncer de colon. "¿Cómo puede ocurrir esto?", preguntó al Señor. "¿Cómo es posible que un cristiano pueda adquirir cáncer?". Negándose a aceptar el cáncer como lo que Dios quería para su vida, él comenzó un intenso estudio bíblico y científico para encontrar el porqué, y, de ser posible, encontrar una alternativa para los tratamientos tóxicos, invasivos y frecuentemente insatisfactorios en la profesión médica. Lo que descubrió, no solo le trajo salud a su cuerpo, sino que también resolvió muchas preguntas que otros creyentes bíblicos se hacen alrededor del mundo, incluyendo el "por qué se enferman los cristianos?".... Hay muchos libros buenos sobre salud hoy en día, pero es difícil encontrar uno solo en el que cada capítulo parta de la Escritura y cada remedio esté basado en la Palabra atemporal de Dios.

En la página 30, se lee que las únicas fuentes de las cuales la sangre puede derivar el material reconstructivo para las células, son: la comida que comemos, el líquido que bebemos y el aire que respiramos, así que debemos tomar estas decisiones con mucha sabiduría... Quizá sea tiempo de que dejemos de escondernos del Señor y culparlo por nuestros problemas... Contiene un dato interesante de la página 38: la persona promedio pone más atención al grado de gasolina que pone en su coche,  que a la comida que pone en su boca.  Luego, al comienzo de la página 53, se leen perspectivas fascinantes sobre el uso de fármacos prescritos. ¿O deberíamos decir: el mal uso? (porque gran parte de los fármacos prescritos realmente son un intento de venir y salvarnos de las malas elecciones que hemos hecho sobre lo que ponemos en nuestras bocas y qué tanto movemos nuestros cuerpos)... 

El Dr. Crandall ha viajado por el mundo estudiando culturas antiguas y contemporáneas. Ha observado que otras culturas simplemente no sufren tanto de enfermedades del corazón como los estadounidenses. Esto permanece como una evidencia convincente de que las enfermedades del corazón son producto de la manera en que vivimos y comemos... la dieta también puede prevenir posiblemente la artritis, la diabetes y la demencia cenil. 

El Dr. Crandall dice que hay algo malo en que nuestro sistema médico se haya vuelto tan fragmentado. Un distinto especialista trata una distinta parte del cuerpo, pero, en la realidad, la biología humana es un sistema unificado e interconectado. De tal manera que no le pareció algo sorpresivo cuando aprendió que unos investigadores descubrieron una estrecha relación entre enfermedad coronaria y la enfermedad de Alzhaimer. "
Muy a menudo se lee que no hay nada que puedas hacer sobre el Alzhaimer, pero eso no es verdad", dice él; "si tienes tu corazón saludable, hay una posibilidad muy alta de que tu cerebro también permanezca saludable..."

La oración también nos ayuda con muchas pruebas y tribulaciones que enfrentamos, proveyendo una fuente de consolación y esperanza. Ahora hay estudios que demuestran que también hay una conexión entre espiritualidad y menos depresión, menor presión arterial y una habilidad mejorada para enfrentar dificultades económicas y dolor físico, para tener una salud en general, y una vida más larga. Estas son muchas razones grandiosas para arrodillarte o juntar tus manos en oración... 
(pidiendo también que Dios te de fuerza y sabiduría para cambiar finalmente tu alimentación y estilo de vida conforme a Su Voluntad...)




sábado, 16 de septiembre de 2017

Antiguedad de los Libros de la Biblia


Fechas de antigüedad de los libros bíblicos
Libro
Autores inspirados
a quienes se les atribuye
Manuscritos recopilados más antiguos que se han conocen
Periodo antiguo que abarca (aproximadamente)
ANTIGUO TESTAMENTO
Job
Job (?)
ca. 1500 a.C (discutido)
antes del 2100 a.C.
Génesis
Moisés
ca. 1445-1405 a.C.
Gén 1-11 (ca. 5,000, 4,000-2100 a.C)
Gén 12-25 (2091-2006 a.C)
Gén 25-50 (1991-1806 a.C.)
Éxodo
Moisés
ca. 1445-1405 a.C.
1800 -1445 a.C.
Levítico
Moisés
ca. 1445-1405 a.C.
ca. 1445 a.C.
Números
Moisés
ca. 1445-1405 a.C.
ca. 1445-1407 a.C.
Deuteronomio
Moisés
ca. 1445-1405 a.C.
1407-1406 a.C.
Salmos
Moisés (90), David (la mayoría), Coré o hijos (Sal. 42, 44-49, 84-85, 87); Hemán (88); Etán (89); Ezequías (120-123, 128-130, 132, 134-136), Salomón (72, 127), Asaf (50, 73-83)
ca. 1410-1000, 450 a.C.
ca. 1407 a.C.,
ca. 1013-950 a.C.
ca. 586 a.C.
Josué
Josué
ca. 1405-1385 a.C.
ca- 1406-1375 a.C.
Jueces
Samuel
ca. 1374-1390, 1043 a.C.
ca. 1375 -1075 a.C.
Rut
Samuel
ca. 1150 a.C. 1030-1010 a.C.
ca. 1140 a.C.
Cantares
Salomón
ca. 971-950 a.C.
ca. 950 a.C.
Proverbios
Salomón (1-29), Agur (30) Lemuel (31)
ca. 971-650 a.C.
ca. 937 a.C.
Eclesiastés
Salomón
ca. 940-931 a.C.
ca. 950 a.C.
1 Samuel
Samuel (?)
ca. 1043-1011, 931-722 a.C.
ca. 1100-1010 a.C.
2 Samuel
Samuel (?)
ca. 1011-1014, 931-722 BC
ca. 1100-970 a.C.
Abdías
Abdías
ca. 850-840 a.C.
ca. 853 a.C.
Joel
Joel
ca. 835-796 a.C
ca. 835 a.C.
Jonás
Jonás
ca. 760 a.C.
ca. 760 a.C.
Amós
Amós
ca. 755-750 a.C.
ca. 783-766 a.C.
Oseas
Oseas
ca. 750-710 a.C.
ca. 753-720 a.C.
Miqueas
Miqueas
ca. 735-700 a.C.
ca. 735-700 a.C.
Isaías
Isaías
ca. 740-680 a.C.
ca. 742-701 a.C.
Nahúm
Nahúm
ca. 663-612 a.C
ca. 697-680 a.C.
Sofonías
Sofonías
ca. 635-625 a.C.
ca. 689-638 a.C.
Habacuc
Habacuc
ca. 615-605 a.C
ca. 625 a.C.
Ezequiel
Ezequiel
ca. 593-560 a.C.
ca. 597-573 a.C.
Lamentaciones
Jeremías
ca. 586 a.C.
ca. 586 a.C.
Jeremías
Jeremías
ca. 627-570 a.C.
ca. 627-596 a.C.
1 Reyes
Jeremías (?)
ca. 970-852 a.C.
ca. 971-853 a.C.
2 Reyes
Jeremías (?)
ca. 852-538 a.C
1-18 (ca. 852-701 a.C.)
19-25 (687-586 a.C.)
Daniel
Daniel
ca. 605-530 a.C.
ca. 605-536 a.C.
Hageo
Hageo
ca. 520 a.C.
ca. 521 a.C.
Zacarías
Zacarías
ca. 520-470 a.C.
ca. 533-520 a.C.
Esdras
Esdras
ca. 538-444 a.C.
ca. 537-456 a.C.
1 Crónicas
Esdras (?)
ca. 450-425 a.C.
ca. 1003-970 a.C.
2 Crónicas
Esdras (?)
ca. 450-425 a.C.
ca. 967-609 a.C.
Ester
Mardoqueo (?)
ca. 465-331 a.C.
ca. 485-472 a.C.
Malaquías
Malaquías
ca. 450-424 a.C.
ca. 500-430 a.C.
Nehemías
Nehemías
ca. 445-400 a.C.
ca. 538-432 a.C.
NUEVO TESTAMENTO
Santiago
Santiago (hermano de Jesús)
ca. 40-50’s d.C.
45-50 d.C.
Marcos
Marcos
finales de los 50's- principios de los 60's d.C.
ca. 5 a.C. – 35 d.C.
Mateo
Mateo el Apóstol
finales de los 50's- principios de los 60's d.C.
ca. 5 a.C. – 35 d.C.
1 Tesalonicenses
Apóstol Pablo
ca. 50-51 d.C.
ca. 40’s-51 d.C.
2 Tesalonicenses
Apóstol Pablo
ca. 51-52 d.C.
ca. 40’s-52 d.C.
1 Corintios
Apóstol Pablo
ca. 55 d.C.
ca. 50-54 d.C.
2 Corintios
Apóstol Pablo
ca. 55-56 d.C.
ca. 54-57 d.C.
Romanos
Apóstol Pablo
ca. 55-58 d.C.
ca. 40-57 d.C.
Lucas
Lucas
ca. 60-61 d.C
ca. 6 a.C. -30 d.C.
Efesios
Apóstol Pablo
ca. 60-62 d.C.
ca. 50-62 d.C.
Filipenses
Apóstol Pablo
ca. 60-62 d.C.
ca. 50-62 d.C.
Filemón
Apóstol Pablo
ca. 60-62 d.C.
ca. 62 d.C.
Colosenses
Apóstol Pablo
ca. 60-62 d.C.
ca. finales 50’s-62 d.C.
Hechos
Lucas
ca. 61-62 d.C.
ca. 30-62 d.C.
1 Timoteo
Apóstol Pablo
ca. 62-64 d.C.
ca. 50’s-63 d.C.
Tito
Apóstol Pablo
ca. 62-64 d.C.
ca. 50’s-66 d.C.
1 Pedro
Pedro Apóstol
ca. 60-65 d.C.
ca. 40’s-64 d.C.
2 Timoteo
Apóstol Pablo
ca. 66-67 d.C.
ca. 50’s-67 d.C.
2 Pedro
Pedro Apóstol
ca. 63-68 d.C.
ca. 40’s-67 d.C.
Hebreos
Pablo, Apolo, Barnabas (?)
ca. 60-69 d.C.
ca. 40’s-68 d.C.
Judas
Judas (hermano de Jesús)
ca. 60's-70's d.C.
ca. 60-68 d.C.
Juan
Juan el Apóstol
finales de 80's-principios de los 90's d.C.
1:1-1:13 (antes del tiempo)
1:14-20 (5 a.C.– 30 d.C.)
1 Juan
Juan el Apóstol (?)
ca. 90-95 d.C.
ca. 90’s d.C.
2 Juan
Juan el Apóstol(?)
ca. 90-95 d.C.
ca. 92 d.C.
3 Juan
Juan el Apóstol(?)
ca. 90-95 d.C.
ca. 94 d.C.
Apocalipsis
Juan el Apóstol
ca. 92-96 d.C.
95 d.C.-hasta el fin del tiempo


Para periodos que se abarcan por capítulo, véase: Revelation Bible Timeline