miércoles, 23 de mayo de 2018

Cómo amar con el amor de Dios (1 Corintios 13)


Cómo amar con el amor de Dios (1 Corintios 13)


1. Sé paciente: recibe los males y sufrimientos sin devolver ningún mal a cambio, con calma y con tranquilidad, sin expresar nada malo, sin importar cuánto tiempo tenga que pasar antes de que termine, dispuesto a esperar mucho tiempo antes de que termine. Nunca actúes con precipitación o imprudencia, sin con paciencia. Trata a los demás con la misma paciencia que quieres que Dios te tenga.

2. Sé bondadoso: sé benigno en todas tus acciones y en todo tu carácter; se amable, sé útil y haz el bien a todos sin esperar nada a cambio; no seas grosero con nadie; trata bien a todos, con sumo respeto; honra a todos. Nunca seas insolente. Actúa con amabilidad. Trata a los demás con la bondad que quieres que te traten.

3. No envidies: no quieras quitarle lo bueno a nadie; no te molestes. Alégrate cuando a otras personas les va bien; no te irrites cuando a otros les va bien y a ti te va mal. Da gracias a Dios por lo que otros tienen y da gracias por lo que tú no tienes, sabiendo que Dios te suple todo lo que necesites. Actúa con generosidad. Alégrate por las bendiciones de tu prójimo, así como quieres que los demás se compartan tu sentir cuando a ti te va bien.

4. No te jactes: no seas engreído, no te creas ser más importante que otros, no te auto-gloríes (no presumas de tus logros ni hables de ellos en público), ni seas orgulloso. No tengas una opinión más alta de ti mismo de lo que simplemente eres: una obra de Dios, en las manos de tu Creador. No confíes en tu propio entendimiento, ni dependas de tus propias habilidades, ni piensas que tú eres el que tiene la razón en todo. Reconoce a Dios como la fuente de todo lo bueno; se humilde en reconocer que todo lo bueno que recibes es por su gracia, no porque lo merezcas o porque seas muy inteligente. El amor es humilde y lleno de sencillez; no pidas un desfile ni una presentación ni aplausos; actúa y luego retírate, prefiriendo el anonimato. Actúa con humildad. Así como no quieres que otros se jacten ante ti, tú tampoco te jactes ante nadie.

5. No te envanezcas: no malgastes tu tiempo en cosas sin valor y en asuntos sin utilidad; no participes en pláticas vanas ociosas en las que se especula, se habla o se indaga sin bases y sin ninguna buena intención. No dejes que tus palabras o tus acciones terrenales te hagan enfocarte en las cosas terrenales que pasarán: fija tu mirada en las cosas celestiales y eternas. Ten sabiduría. Actúa con entendimiento. Así como no quieres que otros sepan de ti algunos errores y cosas en los que caíste, no estés indagando en los errores de tu prójimo.

6. No hagas nada indebido: nunca causes daños ni perjuicios a nadie; nunca te comportes de forma indecorosa, irrespetuosa, inapropiada o indecente. Aléjate de toda lo morbosidad (la tendencia hacia lo desagradable, lo privado, lo cruel o lo prohibido). Siempre respeta las reglas sociales justas que se deban seguir, haciendo las cosas en orden.
Actúa con responsabilidad moral, atendiendo tus obligaciones y trabajando en tus deberes en toda circunstancia. Ten amor y afecto por la propiedad en la sociedad. Sé educado y atento con tu prójimo; nunca grosero. Actúa con cortesía. Como no quieres que lo otros hagan cosas indebidas contra ti y respeten los limites ajenos, tú tampoco hagas cosas indebidas a tu prójimo.

7. No busques lo tuyo: no seas ensimismado ni egocéntrico, no pienses tu propio placer, ni te enfoques en ti mismo, o en tu propio bienestar a costa del bien común o de la Palabra de Dios. No quieras acaparar las cosas buenas; siempre busca el bienestar común o colectivo, cuidando de tu prójimo, pensando también en los gustos de los otros, considerando las necesidades de los demás y siendo altruista y caritativo. Sólo busca hacer el bien de los demás y tratale con mayor estima que a la propia. Actúa con empatía. Como quieres que consideren tu punto de vista y tu sentir, también considera la condición de otros.

8. No te irrites: no te dejes provocar un mal humor, no te exasperes, ni reacciones con enojo con facilidad, no dejes que tu enojo cambie tu temperamento o tu forma de actuar en alguien agresivo, gruñón, amargo, áspero, lejano o aislado. La gente se molesta cuando pierde el control de alguna situación, pero tú no te molestes por cosas terrenales que pasarán; no levantes la voz ni grites a nadie, no ofendas pensando sólo en lo que te pasa a ti o en algo que ocurre contra tu voluntad; no actúes con intolerancia, no tengas falta de respeto ni con falta de consideración por otros. Pasa por alto las ofensas y los agravios cometidos contra ti u otros. No contestes mal; contesta suavemente lo que sea necesario y de forma calmada. Ten dominio propio de tus emociones. Escucha y comunícate. Ora por aquellos que te causan el malestar. A nadie le gusta estar cerca de alguien con mal humor. Actúa con templanza. Como no quieres que actúen de esa forma contigo, no actúes de esa forma con nadie.

9. No guardes rencor: no retengas tus sentimientos contra los que te han hecho mal; no tomes en cuenta el mal recibido, no mantengas un registro de las ofensas de otros; no retengas la culpabilidad de los demás; no te quieras desquitar ni tomar represalias. Ora por el bienestar de tus enemigos, haz el bien a quienes están o han estado en tu contra; haz el bien a quienes te han ofendido. No te bloquees contra ellos. Honra y respeta a quienes te han causado agravios, no recordando el mal que te han hecho, no hablando de ello, ni hacia ellos ni hacia otras personas. Actúa con perdón. Así como quieres que otros olviden las ofensas y errores que cometiste y no te los estén recordando, deja totalmente en el pasado el mal que otros cometieron ante ti.

10. No te alegres con lo injusto: no te permitas de ninguna forma disfrutar de cosas malas; no encuentres placer ni te sientas cómodo haciendo nada indebido; nunca te diviertas con la iniquidad, ni con bromas pesadas, ni con entretenimiento pecaminoso en ningún sentido, ni tú lo hagas ni te alegres cuando otros lo hagan. Se santo, limpio, en tu corazón y en tu pensamiento. Que no te divierta ni te cause risa ni simpatía la conducta impía como la ofensa, la perversión sexual, el menosprecio hacia otros, la burla sobre el sufrimiento de otros, la crítica de la inteligencia o al valor de otras personas. Actúa con integridad. Así como no te gustaría que se alegraran de cosas que te ofenden, jamás te alegres de las cosas que ofenden a otros o a Dios.

11. Alégrate con la justicia: gozate o regocíjate con todo lo que es correcto. Deleitate en la ley moral de Dios, en el estándar de santidad del Señor; disfruta de las acciones justas, de los buenos frutos y siéntete feliz con la verdad. Anima también a los demás haciendo justicia; no des con tristeza ni por mera obligación, sino con agradecimiento en tu corazón. Nunca te apenes de la justicia, ni tengas miedo de hacerla o decirla. Actúa con justicia. Así como te gustaría que los demás se alegren cuando otros te hacen cosas buenas, alégrate tú cuando se hace lo que es correcto en toda situación.

12. Súfrelo todo: ten longanimidad todo el tiempo; actúa con tranquilidad siempre, dispuesto a sufrir todo tipo de males sin devolver mal por mal, siguiendo el ejemplo mismo de Cristo. Vence el mal con el bien. Consciente de que las ofensas, calumnias, críticas y agravios vendrán, sufre todo agravio sin resistir al hombre malo. Pon la otra mejilla, al que te quite, no le reclames, al que te quite la capa, dale la túnica, camina la segunda milla ante el que te obliga a caminar. Haz doblemente el bien a tus enemigos. Actúa con longanimidad. Como te gustaría darte cuenta de tus agravios por medio de la carga de consciencia y no por la rebelión ni la dureza, procura que los demás se den cuenta de esa forma y ora por ello.

13. Créelo todo: Cree en todo lo que afirma o niega la Palabra de Dios y no pone en duda nada que ha sido claramente establecido por Dios. Siempre confía en Dios y siempre tiene fe, en conformidad con el mandato de Dios. En toda circunstancia, recuerda que Dios tiene la autoridad por encima de todo, el control de todo en aquellos que le buscan con diligencia, cree que todo es posible para Dios, y que todo se puede en Cristo para bien porque Él nos fortalece. Ten la certeza de que no hay nada imposible para Dios y de que Él puede hacerlo todo. Entiende que todo tiene solución en Dios y todo lo bueno puede ocurrir y cambiar en adelante con la ayuda de Dios. El amor es despreocupado (easy-going). No es movido por torrentes de agua; es inafectado porque está preparado. Actúa con fe. Así como quieres que Dios reconozca tus motivos, tu amor y tu fe (que crea en tus palabras y en tu corazón), tu debes reconocer todos caminos, todas sus palabras y todo lo que es propio del corazón de Dios.

14. Espéralo todo: Siempre ten la esperanza de que ocurran cosas buenas y de que vendrá lo que Dios ha prometido. Estáte preparado a que ocurran persecuciones tribulaciones y dificultades, pero al mismo tiempo, sabiendo firmemente que todo saldrá bien para aquellos que tienen en el amor de Dios. Ten la expectación de que todo lo que Él prometió vendrá y nunca fallará. Ten la plena confianza de la buena voluntad, agradable y perfecta, y los planes buenos que Dios tiene para todo, sin importar las circunstancias temporales. Dios espera lo mejor del amor y la confianza de sus hijos. Así como tú esperas que tus amigos y familiares confíen en que tú tienes buenas intenciones y que les amas y haces las cosas por su bien, tú debes hacer lo mismo hacia Dios siempre y tener buenas expectativas, pase lo que pase. Actúa con confianza. Así como tú estarías dispuesto a hacer todo lo bueno por los que más amas, debes esperar que Dios haga lo mejor por la humanidad, a quien amó hasta la muerte.

15. Sopórtalo todo: Aguanta todo tipo de circunstancias adversas, dolorosas, permaneciendo igual de vivo. Se comporta de manera paciente y tranquila a través del sufrimiento, las críticas o las calumnias. Sabe tolerar las cosas que le resultan desagradables: no pierde su alegría ni su vitalidad a pesar de que hay alrededor que no consciente ni aprueba. No se deja afligir por ellas. No se anda quejando, ni expresando sus protestas o sus reclamaciones contra todo lo que no le parece; no expresa resentimiento sobre las cosas que le son adversas. Cubre las faltas en busca de afecto y amistad; no anda divulgando lo malo que actúan los demás, sino que perdona los males cometidos en contra. Actúa con gratitud. Así como no quieres de que divulguen o publiquen las cosas malas que se han hecho o permitido sin tu lo quieras, tampoco te andes quejando de todo lo que el Señor permite que vivas en este mundo: confía y ora para que cambie la situación.

16. Nunca dejes de amarNunca dejes de lado el amor como regla principal de vida; persevera hasta más allá de la muerte; hasta la eternidad. Insiste en amar sin importar que los demás no amen, busca diligentemente cómo amar sin esperar nada a cambio de la gente. Nunca tires la toalla ni te des por vencido. Continúa en el amor en tiempos de enfermedad, tribulación o dificultad al igual que en tiempos buenos; se estable a inamovible en tu decisión de amar; no dejes que se apague tu amor; no dejes que nunca deje de ser, que nunca falte y que nunca falla. No seas inconsistente con tu profesión de fe. Siempre se congruente y sincero entre lo que predicas y lo que haces. Deja la hipocresía. Ama sin reservas. No dejes de orar y de comunicarte con Él. Actúa con consistencia. Aquél que quiere tener una relación íntima y personal contigo. Como quieres que Dios y tus amados no te dejen de amar, tú tampoco dejes de amar.

El ayuno verdadero (Isaías 58)

ISAÍAS 58:   El verdadero ayuno

1. Haz justicia: haz lo correcto, actúa con equidad, obedece a Dios y a quienes tengas que obedecer, haz lo que te corresponde, trata a los demás como lo demanda Dios, da lo que les corresponde a cada uno, haz lo que Dios quiere que se haga.

2. Arrepiéntete: confiesa tu pecado y reconoce que dejaste la ley de Dios; no te auto justifiques y aléjate de la maldad; cambia tu mente, tu camino y tu forma de actuar.

3. No busques tu propio gusto: no seas egoísta, no seas auto-indulgente, no busques el placer propio, no pienses sólo en ti mismo; piensa en el bienestar común y el bienestar de otros primero.

4. No oprimas a nadie: no presiones a nadie, no angusties a nadie; no causes estrés ni nerviosismo a nadie, no trates con fuerza ni violencia a nadie; no hables con severidad a nadie, no quites a nadie sus libertades ni su tranquilidad, ni menosprecies a nadie.

5. No participes en ninguna contienda: deja de participar de forma definitiva en enfrentamientos, contiendas, discusiones acaloradas, riñas, peleas o debates vanos; no luches contra otras personas ni les condenes con vara dura, ni les faltes al respeto. 

6. Desata las ligaduras de impiedad: rompe con tus malos hábitos, huye de las pláticas vanas y comentarios vanos, deshazte de lo que te liga a la infructuosidad o a la comodidad, aléjate de aquello que te hace estar con falta de compasión o santidad.

7. Suelta las cargas de opresión: deja de exigir o imponer a los demás medidas duras que dificultan las cosas; deshazte de las amenazas y no causes sufrimiento sobre tus semejantes.  

8. Deja ir libres a los quebrantados: no inculpes a nadie ni dejes a nadie atado de manos; ayuda a los encarcelados a salir a la libertad, libra de cargas a los quebrantados y ayuda a los trabajados

9. Rompe todo yugo: no controles ni domines a nadie; igualmente deshazte de toda imposición molesta o exigencia estricta sobre los demás

10. Parte tu pan con el hambriento: dale de comer al que tiene hambre, comparte tu alimento con el que quiere, pide o necesita pan

11. Alberga a los pobres errantes en tu casa: provee de hospedaje, alojamiento o un lugar temporal a los pobres, para que se queden por un momento, para que duerman, coman, se limpien o descansen

12. Sacia al alma afligida: Dale mucha esperanza al que está entristecido, abatido, o desesperanzado; háblales del camino de Dios, de sus promesas

13. Cubre al desnudo: arropa al que le falta ropa, dale prendas de vestir para el cuerpo al que no tiene

14. No te escondas de tu hermano: no te ausentes de tu hermano en tiempo de necesidad: preséntate dispuesto a ayudar al que tiene dificultades, ayuda, sirve, asiste y da la mano al que la necesita, en servicio de Dios

15. Reposa en el Señor: separa siempre un momento para retraer tu pie de hacer tu voluntad, deléitate en la santidad de Dios y en su gloria, ríndele culto, no andes en tus propios caminos, ni busques tu propia voluntad, ni hables tus propias palabras 

miércoles, 9 de mayo de 2018

Iglesianismo VS. Cristianismo


Enseñanzas de la religión:
Iglesianismo de la cristiandad
Enseñanzas del Nuevo Testamento:
Cristianismo de Cristo
Estructura y conformación interna
La iglesia es vista como una organización, una agrupación o institución religiosa que hace actividades religiosas. El templo es visto como un edificio o lugar santo que funciona casa de Dios. Es vista como un lugar al que se tiene que ir los domingos para quedarse sentados y callados escuchando un sermón.
La iglesia es percibida como el cuerpo espiritual de Cristo, conformado por cada uno de los que en verdad creen en Él en todo el mundo. Nosotros somos el templo de Dios, somos un templo hecho con piedras vivientes y su Espíritu mora dentro de nosotros porque Él no habita en templos hechos por las manos del hombre.
El sacerdocio es exclusivo del pastor, obispo, presbítero o pastor, gente especial que funge como cabeza de la iglesia e intermediarios entre Cristo y el hombre. Ellos tienen prevalencia y ciertos privilegios porque han recibido adoctrinamiento en un seminario o han sido educados. Necesitan ser ordenados por otro ministro. Ellos son los que toman las decisiones, los que están aptos para predicar o hacer llamados a la congregación. Ellos son los que realizan los bautizos, la comunión, la expulsión de demonios. Sólo suele haber un líder principal, que otorga permisos y a veces delega funciones a otros cercanos a su jerarquía. Sólo unos cuanto pueden tener este papel.
El sacerdocio de todos los creyentes es una creencia fundamental. Todos los creyentes son hechos sacerdotes y hay una pluralidad de líderes. Todos están llamados a ser ministros (servidores). Jesús es el Pastor de todos y el único intermediario entre Dios y los hombres. Cristo es la única cabeza de todos y las decisiones son tomadas por medio de concilios con base en las enseñanzas de Cristo. El Espíritu Santo enseña a todos personalmente, y no hay necesidad de enseñanza humana extrabíblica. Todos los creyentes puede predicar a Cristo ante el mundo, todo pueden bautizar a nuevos creyentes o echar fuera demonios en el nombre de Jesucristo.
Se debe tener fe en los líderes de la iglesia y en la propia denominación. Se les considera los indicados para llevarnos al camino de Dios y los congregantes siempre deben someterse a los pastores incuestionablemente.
Sólamente se tiene fe en Cristo, el único camino que nos puede llevar a Dios y el único que es la cabeza de la iglesia. No se puede confiar en los hombres y los líderes siempre deben someterse a las enseñanzas de Cristo (Ef. 2:8-9, Ro. 5:1-2)
El liderazgo de la iglesia es visto como una posición de autoridad y superioridad eclesiástica. Los líderes son vistos como los que toman las decisiones y los que dicen a los congregantes qué hacer o no hacer. Los congregantes deben servir a los líderes y su veracidad no puede ser puesta en tela juicio.
El liderazgo es visto como una función donde se busca incentivar el compañerismo, la comunión y el orden. La autoridad de Cristo siempre es por encima de los líderes. Todos, incluyendo ellos, deben someterse y acoplarse a las enseñanzas de Jesucristo, siendo humildes y sirviendo unos a otros. Sus enseñanzas deben examinarse a la luz de las Escrituras para verificar que sean verdaderas.
Enseña que no es bueno cuestionar a los líderes, a sus enseñanzas, su integridad, su estilo de vida, o demás.
Promueve el cuestionamiento del hombre la examinación de todos lo espíritu, para ver si es de Dios y checar si es conforme a las Escrituras.
La identidad de los líderes se encuentra en las posiciones ministeriales que desempeñan (pastor, obispo, sacerdote, presbítero, diácono, evangelista, apóstol, predicador, misionero, maestro, líder de alabanza, etc). Son puestos en un pedestal y se les da preminencia por encima de los demás creyentes y cuentan con una posición única que sólo corresponde a ellos.
Las funciones de servicio indicadas en Efesios 4:11 son llevadas a cabo por hombres cuya mención se hace en letras minúsculas. Nadie está por encima de nadie, sino que todos son servidores mutuos de todos. Su propósito es equiparar a otros santos para que los demás discípulos aprendan a hacer lo mismo que ellos ha aprendido a hacer; en esto consiste la edificación del cuerpo de Cristo.
Los miembros de la iglesia son los que se han registrado, los que se han hecho miembros oficiales o los asistentes regulares de la misma.
Los miembros de la iglesia son todos aquellos en el mundo que han nacido de nuevo y siguen a Cristo en verdad (Ef. 5:30, 1 Cor. 12:13-27)
La membresía es vista como una prueba de compromiso para tener una asistencia regular y de hacer las cosas que los demás hacen en la misma denominación. Su enfoque es mantener la tradición y las cosas tal y como están.
Todos los que siguen a Cristo se ven entre sí como hermanos de una misma familia, nacida de nuevo, como llevada por el viento. Su enfoque colectivo es madurar juntos, ayudarse, hacer discípulos y poner la palabra en práctica.
Se consideran conversos los que han hecho la oración del pecador o respondido a un llamado del altar. Se considera cristianos a todos los que con sus labios profesan creer en Jesucristo. Se consideran hermanos todos aquellos que se han hecho miembros de la iglesia. Se considera que quienes predican de forma maravillosa o hacen señales milagrosas son verdaderos cristianos.
Se consideran conversos aquellos cuya conversión ha sido bíblica y completa a través de arrepentimiento, confesión de pecado, confesión de fe, y bautismo. Se cuestiona la veracidad de aquellos cuya profesión de creencia demuestra incongruencia entre su forma de vivir y la fe en Jesucristo, a pesar de que su ministerio parezca impresionar a la gente.
Hay una cobertura denominacional: los líderes deben someterse y rendir cuentas a los líderes mayores de su denominación.
Hay una cobertura celestial: la sumisión y el rendimiento de cuentas se hace directamente a Dios, quien reprende y castiga a quienes caen en el error.
Funcionamiento y comportamiento
La vida espiritual gira en torno a las actividades que se realizan dentro de la iglesia y el culto dominical.
La vida espiritual gira en torno a conocer a Dios a través de Jesucristo; esto debe hacerse en todo tiempo y lugar.
La agenda principal es el culto o serrvicio dominical: un momento especial, en un día especial, con una alabanza especial que consiste en música. El momento clave es sentarse a escuchar el sermón de los pastores.
La reunión de cristianos consiste en vivir el discípulado; todos los días son igual de santos, la alabanza se hace diario, siempre se habla de Jesús a otros y se busca cumplir la comisión de hacer más discípulos. El momento clave es poner en práctica la Palabra.
Define la comunión en congregación como un acto simbólico que ocurre automáticamente al asistir regularmente los domingos a la iglesia.
La comunión en congregación se define en términos de “donde hay 2 o 3 reunidos en mi nombre”, sin importar el día, momento o lugar.
Servir consiste en tener un “ministerio” en la iglesia local, y estar haciendo cosas dentro de la iglesia: culto dominical, oración exhibicionista, reuniones tipo club social para hombres, mujeres o jóvenes; conferencias, estudios bíblicos, grupos de alabanza, ensayos, control de funciones técnicas, mercadería de “talentos” o venta de comida, venta de libros, limpiar o barrer, poner o quitar sillas, cuidar los coches, recibir a los visitantes en la puerta, etc.
Servir consiste en obedecer las enseñanzas de Jesucristo, en hablar a otros de Jesús, en tener una vida de sacrificio vivo para Dios y en llevar una vida de servicio para Dios, donde los creyentes actúan como manos y pies de Jesús en todo lugar.
La identidad del creyente radica en ser miembro de la denominación.
La identidad del creyente se halla sólo como hijo de Dios y seguidor de Jesucristo (1 Jn. 3:1-3, Gál. 2:20, 1 Cor. 3)
La iglesia adquiere una prioridad por encima de los miembros de la familia.
Aquellos que no proveen para su propia familia son considerados peor que incrédulos.
Se acerca a Jesús en busca de riquezas, éxito, prosperidad, felicidad y una vida realizada con los sueños propios.
Se acerca a Jesús para encontrar libertad, sanidad, perdón de pecados, vida eterna, gozo y verdadera paz.
Cada domingo, los congregantes deben dar el diezmo a los líderes de la iglesia local: el 10% de sus ganacias económicas e ingresos para que se puedan continuar las actividades.
Se espera que, según la posibilidad de cada uno, se aporte una ofrenda voluntaria atendiendo las necesidades de todos, y especialmente de los que menos tienen (2 Cor. 9:7)
El dinero donado es usado para mantener altos gastos de la iglesia o pagar salarios abundantes, dejando poco para las necesidades de las ovejas.
Las necesidades y la provisión de todos los creyentes debe de buscarse, incluso si eso significa vender posesiones para lograr la equidad.
Hace oraciones en vez de ofrecer las cosas que otros hermanos necesitan.
Hace oraciones y busca la manera de ofrecer las cosas que otros hermanos necesitan.
Se cree los líderes tienen una unción superior y que pueden impartir la unción. Se piensa que la unción viene de afuera y que es necesario asisitir a eventos para aumentarla porque no todos tienen la misma cantidad de unción.
Todos los creyentes tienen la misma unción del Espíritu Santo. La unción ha sido dada por completo a todos los que han nacido de nuevo y Dios ha repartido distintos dones espirituales que tienen la misma importancia (Ef. 4:11)
Se siguen rígidas reglas y regulaciones religiosas, al mismo tiempo que hay pecado e hipocresía.
Se vive en la libertad ofrecida en Cristo haciendo las cosas a su manera, mantenienddo santidad, sinceridad y congruencia.
Se ofrece ayuda, provisión, servicio o favoritismo a los que son miembros oficiales o registrados.
Se ofrece ayuda, provisión y servicio a todos los creyentes (Mt. 25:33-46, Hch. 2:44-46)
Se edifica una religión y se hace un énfasis continuo en el crecimiento o la mejora del edificio de reunión.
Se edifica el alma y se hace un énfasis continuo en el Reino de los Cielos.
El evangelismo y crecimiento de la iglesia se logra al invitar e insistir a los amigos, familiaries o conocidos a que visiten la iglesia.
El evangelismo y crecimiento se logra al salir a practicar y predicar el evangelio a los incrédulos de afuera (Mc. 16:15-16, 1Cor. 15:1, Ro. 10)
Se suele estresar que la asistencia frecuente a la iglesia, la lectura o el conocimiento de la Biblia son evidencias del verdadero crecimiento espiritual.
Se enfoca en la práctica de las Escrituras, los buenos frutos del Espíritu Santo, y el carácter cristiano como evidencias del crecimiento espiritual (2 Tim. 2:15, 3:16-17; Gál. 5:22-23)
Pasa más tiempo en actividades de la iglesia de tipo emocional, motivacional, social o de entretenimiento, que en práctica del Evangelio y oración íntima con Dios.
Pasa más tiempo en oración íntima con Dios y evita participar en actividades vanas que siguen las costumbres del mundo.
Se enseña que quienes no siempre asisten a la iglesia no tienen alimentación espiritual.
Se enseña que quienes no se alimentan de la palabra de Dios no tienen alimentación espiritual.
Considera que un gran número de asistentes es sinónimo de reavivamiento o crecimiento en los últimos días. Cree que quienes atraen a más personas a la iglesia, quienes llevan una vida éxitosa o hacen señales milagrosas son más maduros que los demás.
Relaciona el alto número de falsas conversiones como una señal de apostasía en los últimos días. Reconoce que ni la prominencia, ni el éxito ni los milagros son pruebas de una vida a cuentas con Dios.
Etiqueta a los que ya no asisten a la iglesia local como creyentes tibios, reincidentes en pecado o individuos que nunca fueron creyentes.
Sale de las iglesias que están basadas en un sistema apóstata o que se ha desviado de los fundamentos establecidos por Cristo y los apóstoles.
Enseñanzas y creencias
Predica un mensaje atractivo y centrado en el hombre que no enseña acerca del pecado, el infierno, el juicio final, el arrepentimiento, o la ira de Dios. Prefiere entretener y dar mensajes de éxito personal que evita toda negatividad y procura la mejora de la posición terrenal.
Predica el Evangelio equilibradamente y sin censura; tal y como es. Enfatiza lo que se enfatiza en el Nuevo Testamento, y no enfatiza lo que tampoco se enfatiza en el mismo. Transmite la verdad bíblica, sea suave o dura, sin importar los tintes de positivismo o negatividad.
Énfasis en aportaciones económicas, en seguir a los líderes, en someterse a los pastores, en favorecer las propias preferencias doctrinales incuestionablemente y seguir las tradiciones de la misma denominación.
Énfasis en hacer la voluntad de Dios, en imitar a Cristo y seguir sus enseñanzas, en ser discípulos de Cristo y hacer las cosas a su manera y cuestionar al hombre, perseverando en la doctrina de los apóstoles.
Hay una dogmatización de tradiciones y costumbres y un absolutismo sobre las propias interpretaciones teológicas, aunque no sean claras en la Biblia. Se escogen algunos versículos que se amoldan a su postura y se desechan u omiten los que parecen no encajar en su teología.
Hay un equilibrio doctrinal y una consideración cuidadosa, sistemática, sana e imparcial de los asuntos que suelen ser de difícil interpretación. Hay un estudio expositivo de los diversos versículos bíblicos y humildad a la hora de estudiar la Biblia.
Busca primero el cumplimiento de los estándares de la iglesia y sus políticas.
Busca primero el cumplimiento de los estándares de Jesucristo y su Reino.
Usa la “imperfección” como excusa para aceptar falsas doctrinas y falsos maestros.
No acepta de ninguna manera las prácticas erróneas o la doctrina falsa.
Se suele creer que no hay salvación fuera de la iglesia o denominación, pues se piensa que la propia es la única verdadera.
No hay salvación fuera de Jesucristo. Se advierten de los pelígros doctrinales , pero no se condena a personajes sin oportunidad de arrepentimiento.
Evita tener relación o comunión espiritual externa con miembros de otras iglesias cristianas o denominaciones.
Evita tener relación o comunión espiritual con personas apóstatas, ya sea dentro o fuera de las iglesias.
Considera la exclusión de la iglesia como algo falto de amor: le da la bienvenida a miembros heréticos que influyen en otros por medio de enseñanzas falsas.
Echa fuera a los heréticos o a los que no se quieren arrepentir de sus pecados; protege al rebaño de la influencia de doctrinas peligrosas.
Basa su punto de vista con base en sermones y enseñanzas de los líderes religiosos o históricos.
Basa su punto de vista en base a la Biblia solamente, “comparando lo espiritual con lo espirital”
Se forma una teología basada en la propia experiencia o falta de experiencia.
La Biblia es entendida en base a lo que está escrito, sin importar si nuestra experiencia no encaja 100%.

"Sé lleno con el fuego del Espíritu Santo" (Reinhard Bonnke)

Sermón de Reinhard Bonnke, predicado en durante la Conferencia Hillsong 2005. Uno de los mejores sermones que he escuchado en mi vida. La siguiente es una traducción aproximada y adaptada. 
¡Nuestro Dios NO es impotente! ¡Él es un Dios om-ni-po-ten-te! Oro que cada uno de ustedes sea afectado gloriosamente. 

Quiero ir directo al grano. Yo soy un evangelista; no me disculpo por eso. Lo seguiré diciendo porque a veces es necesario.

Una vez fui a un país y fui invitado a cenar, y en allí estaba el embajador de Alemania. Platicamos y descubrí que él era un verdadero cristiano nacido de nuevo, algo muy poco común. Pero el embajador me dijo: Reverendo Bonnke: usted no puede predicar en Alemania de la misma manera que se predica en África. En alemania debe predicar un poquito de lado de la derecha, y un poquito de lado de la izquierda. Yo le dije; 'Señor, usted es el diplomático; yo soy el evangelista'. ¡Jamás he conocido a un evangelista diplomático! Les damos justo en la nariz: el que no tiene al hijo, no tiene la vida.

El evangelio no es una de muchas alternativas. Es un ultimátum: Arrepiéntanse y crean en el Evangelio. Marcos 16,15: "Vayan por todo el mundo y prediquen el Evangelio a toda criatura". Cuando leo esto, siento como si Jesús estuviese dando un empujón a sus discípulos diciéndoles '¡VAYAN!... ¡Vayan! ¡Vayan! ¿Por qué no van? ¿Por qué no predican? Cuando lo lees en contexto, hay un sentido de urgencia. Se siente como si fuese una emergencia. ¡Jesús quiere que vayamos y prediquemos el Evangelio!

He oído a cristianos que me han dicho: "Si oramos, nuestra nación se salvará: todo lo que necesitamos hacer es orar". Yo les digo que si todos los cristianos de este país se pusieran a orar 365 días, 24 horas al día, siete días a la semana, el país seguiría en su camino al infierno, hasta que alguien de la reunión de oración se despertara, se levantara y saliera a la calle a decir que Jesús es la salvación. 

Un evangelio que no se predica no es un evangelio en absoluto. Evangelio significa "noticias", pero sólo se convierte en noticia hasta que se comunica. Un evangelio que no se predica es como una botella de medicina con la tapa cerrada. Si no se le quita la tapa, el enfermo morirá, sin importar si la medicina está a lado de su cama. ¡Debemos proclamar el Evangelio! ¡Debemos predicar!

La gente que solamente ora, camina en un solo pie: el derecho. La gente que solamente predica, camina en un solo pie: el izquierdo. ¡Por el amor de Dios! ¡Dios nos ha dado dos pies! ¡Predicar, orar, predicar, orar, predicar, orar, predicar, orar!

Génesis 1:1-3:  "En el principio creó Dios los cielos y la tierra.2 Y la tierra estaba desordenada y vacía, y las tinieblas estaban sobre la faz del abismo, y el Espíritu de Dios se movía sobre la faz de las aguas. 3 Y dijo Dios: Sea la luz; y fue la luz".

En esa caótica oscuridad, no sabemos cuánto tiempo estuvo el Espíritu Santo moviéndose sobre la faz de aguas. Puede que cientos y cientos años. Pero sabemos que nada más pasaba. Nada más ocurrió, sino hasta el versículo tres. ¡El Espíritu Santo estaba esperando la Palabra! Él no opera sin la palabra hablada: ¡ese es el principio! Y siento que el Espíritu Santo se mueve a través de las naciones hoy en día, listo para dar vida a las naciones, pero ¡alguien tiene que ir y HABLAR la Palabra de Dios! Y cuando hablamos de la Palabra, se trata de SU Palabra, porque les aseguro que el Espíritu Santo no está obligado a confirmar discursos políticos.

Si quieres los resultados originales, tienes que predicar el mensaje original: predica lo que predicaban los apóstoles, y obtendrás los resultados que los apóstoles tuvieron. Tenemos que predicar a Cristo crucificado y resucitado de la muerte: ¡Jesús es la salvación! ¡Aleluya!

Cuando predicamos la palabra de Dios, la marea sube. De un momento a otro, cambia todo. De un momento a otro, lo que no podía moverse, se hace movible; lo incurable se hace curable, y lo imposible se hace posible. Creo con todo mi corazón que tenemos una posibilidad de ver a una generación entera siendo salvado. 

Necesitamos salir y predicar el Evangelio. Es una tragedia, siento yo, cuando los cristianos sólo predican el evangelio dentro de las paredes sagradas de la iglesia, que es la inmobilaria más evangelizada del mundo, ¡porque los pecadores no están allí! Tal vez algunos cuantos. Si quieres atrapar peces, no eches tu red dentro de la bañera. ¡No hay peces allí! Si quieres atrapar peces, necesitas llevar tu red y echarla al río, dentro del mar. Es allí donde están los peces. Jesús dijo: ¡Vayan, y prediquen el Evangelio!  ¡Vayan, y prediquen el Evangelio! Esto me ha consumido. Es lo único en lo que pienso ahora. 

Jesús sabía que si los discípulos hubieran salido así como estaban, hubieran sido bastante inútiles. No podrían haber cumplido la Gran Comisión en absoluto. Así que les dijo: "Esperen en Jerusalén, hasta que reciban el poder de lo alto". Esto no es un asunto cualquiera. Fue la base para poder cumplir la Gran Comisión: y fueron, y recibieron cuando llegó el día de Pentecostés. 

La primera ocasión en que escuchamos sobre la expresión "bautismo en el Espíritu Santo" es en Mateo 3:11 donde Juan el Bautista dice "Yo los bautizó en agua" y dijo esto, estaba de pie en el río de Jordán. Es por eso que algunas personas creen que el cristianismo está frío y aguado. "Yo los bautizó en agua PERO", dijo él, "el que viene después de mí, es más grande que yo". Él hablaba de Jesús y Juan el Bautista fue el primero que habló de otro bautismo. Jesús no estaba allí aún, pero Juan el Bautista dijo: Él los bautizará en agua en el Espíritu Santo y en fuego.

Hoy en día la palabra "bautizo" es una palabra religiosa. Pero hace 2,000 años, la palabra "bautismo" era una palabra común, una palabra comercial, usada, por ejemplo, en referencia a la acción de teñir una tela. Cuando el teñidor tomaba la tela y la sumergía para que se tiñera, ese proceso de meterla dentro del agua era llamado "baptizo", "baptisei", "baptizem". La ropa era puest dentro de la pintura, la pintura en el agua, y la ropa dentro del agua. Y cuando el teñidor sacaba la tela se hacía claro que la nueva tela había aceptado la naturaleza de la tela. Olía a la pintura, se veía como la pintura, era igual.

Conocí a alguien que me decía, ¡le doy gracias a Dios de que me ha dado unción en los labios! Otro me dijo que tenía una unción en la mano y por eso oran con ella por los enfermos. ¡¿De veras creen que Jesús, cuando estaba sobre el río, sólo metíó su dedo del pie, o su dedo índice, o una partecita del cuerpo?! ¡Cuando te bautiza Cristo, toda tu personalidad es sumergia en el fuego del Espíritu! ¡Te ves como fuego! ¡Hueles como fuego! ¡Te sientes como fuego! "Ciertamente de los ángeles dice: El que hace a sus ángeles espíritus, y a sus ministros llama de fuego" (Hebreos 1:7). ¡Soy una llama de fuego! ¡No tengo miedo del diablo! ¡El diablo tiene miedo de mi! ¡Aleluya! ¡Bendito sea el nombre de Jesús! ¡Nosotros no somos de los que son cazados! ¡Somos de los que cazan! "En mi nombre echarán fuera demonios".

He estado en iglesias en las que he tenido la impresión de estar en un simulador de vuelo. El piloto estudiante se sienta en el simulador pensando que está a 40,000 pies de altura. Se siente real, se ve real, pero en realidad siguen pegados al piso. Y muchos cristianos piensan que están en el séptimo cielo, pero en realidad siguen allí atornillados en el piso. Debemos dejar atrás el cristianismo de simulación virtual.  

Desafío a todos aquí en el nombre de Jesús a que no sean cristianos virtuales. El mundo y sus maldades son reales, no virtuales. El Calvario no era algo virtual, era real. Su sangre que derramó era real. Los clavos que le traspasaron eran real. Vivimos en un mundo real y Jesucristo da una salvación real si predicamos el Evangelio real. ¡Aleluya! ¡Aleluya! ¡Aleluya!

No me gustan los libros que tratan de provar que Cristo está vive. ¡Que ridículo! Nadie escribe un libro tratando de probar que Bonnke está vivo. ¿Porqué? Porqué estoy aquí. La gente que vive aparece en público. Y Jesucristo aparece en público. ¡Jesucristo está aquí! Jesús está aquí. Aleluya! Él está aquí como el Salvador, como el Bautizador en fuego. Es absolutamente real. 

¿Saben qué otra cosa me deja impactado? En la 1a de Corintios 15, versículo 16, leemos que 500 hermanos vieron a Jesús al mismo tiempo antes de que ascendiera al cielo. 500 es mucha gente. Pocos días después, sólo 120 estaban en el aposento alto. Y me pregunto, ¿dónde se fueron los 380? ¿porqué no estaban ahí? Algunos podrían decir, 'tal vez se habían ido de Jerusalén', pero por supuesto que estaban en Jerusalén. Era la fiesta de los Tabernáculos y se requería que todos estuvieran en Jerusalén. Pero no estaban allí. ¿Qué pasó? Yo pienso que prefirieron estar en el Templo, donde tenían un orden de servicio mucho más predecible. Muchos más tranquilo, suavecito, amable, dulce, muy quietecitos. No a todos les gusta recibir acusaciones de estar borracho; no a todos les gusta que los vean hablando en nuevas lenguas como les decía el Espíritu Santo. Una cosa les digo: su opinión es muy respetable. Pero el fuego no cayó en el Templo, el fuego cayó en el aposento alto. ¡Aleluyah! No me averguenza el Evangelio y tampoco me averguenza la bendición del Espíritu Santo porque cuando se hacen las cosas hechas a su manera, siempre se hacen de la mejor manera. ¡Gloria de Dios!

No hay ningún procedimiento complicado. Algunos lo complican todo pero no lo es. Algunos tienen el don de la "complejodidad". Dicen que si quieres entender la Biblia, La Biblia es muy clara. Dice que estaban "unánimes", que estaban "unánimes". Es unidad perfecta lo que Él requiere. Jesús no dijo: "ustedes rogarán". Él dijo: "Yo rogaré al Padre, y os dará otro Consolador, para que esté con vosotros para siempre: el Espíritu de verdad, al cual el mundo no puede recibir" (Juan 14:16-17). 

Jesús nos da el fuego el día de hoy, no porque hayamos aprendido a orar perfectamente. No lo disfrutarás por tu, sino porque Jesús orará por ti, por tu nombre, y el Padre responde la oración de Cristo, especialmente cuando es la promesa del Padre. 

Algunos me preguntan, "Reinhard, ¿porqué Dios te usa a ti, y no me usa a mí?" Mi mente trabaja con imágenes, así que respondo: "muy simple. Imagina que tienes dos estufas en tu casa. Una está caliente, y otra está fría, y te quieres preparar una taza de café. ¿Cuál de las dos usarías?". ¡La caliente! 

Ahora ven porqué Dios usa a algunos, y no usa a otros. ¡Escúchenme! ¡Sean llenos del fuego del Espíritu Sant, y nunca tendrán que pedirle a Dios que les use! ¡Él los usará au-to-má-ti-ca-men-te! La oración no debería ser "Señor, úsame". La oración debería ser: "Hazme usable". Y Él está aquí para abrazarte y sumergirte en ese fuego que te llevará a dimensiones que nunca antes has conocido. 

Déjenme orar por un momento. Dejar a las 99 e ir por la oveja perdida. Cuando el hijo pródigo regresó, la Biblia dice que el Padre le vió y CORRIÓ hacia Él. Siempre me ha conmovido: ¡ÉL CORRIÓ! Tenía un corazón lleno de compasión. Detesto que la gente me diga que soy un pedicador apasionado. La pasión puede hacer que alguien se vuelva fanático. Me encanta pensar que sí es pasión, pero templada por compasión. Porque esa compasión sólo puede venir de Jesús y cuando el Padre lo vió, tuvo compasión y CORRIÓ hacia Él. Cuando veo a un hombre anciano, me pregunto, ¿porqué corrió ese padre? A los ancianos no les gusta correr. ¡Pregúntenme a mí!... 

¡Pero Él corrió! ¿Porqué corrió? Les diré lo que pienso. Cuando el Padre vio esa silueta a lo lejos, y reconoció que era el hijo, lo observó. El hijo daba un pasito, y se quedaba allí por un momento. Luego daba otro pasito, y se esperaba por un momento. Daba un tercer pasito, y se detenía. Y el Padre al verlo, de pronto pensó: "Oh, ¿porqué se demora tanto? A lo mejor todavía está pensando en cambiar de parecer y regresar a la porqueriza y morir. Eso le sacó fuerzas al hombre anciano,  y el padre corrió, interceptó a su hijo, y esto es algo que quiero decirle a todo hijo pródigo o hija pródiga que están aquí en este momento. Si tú das un paso hacia Jesús, Jesús da 100 pasos hacia ti. Él te ama y te llama porque este es tu momento DE SALVACIÓN.  

Jesús está aquí para romper toda cadena, de cadenas secretas y de pecado. No hay nada peor que la hipocresía. Si tú estás atado, Jesús está aquó para liberarte. Él dijo: al que viene a mí, yo bajo ninguna circunstancia le echo fuera. 

Mi trabajo sólo es asistirte, poner mi mano en tu hombro y decirte: el Padre te está esperando. Ve a Jesús. La Biblia dice que en la palabra griega que él le dió un beso y no dejó de besarlo. En ningún lugar se lee que haya dejado de besarlo. ¡Qué amor tan maravilloso! ¡El amor de Dios! 

Dios puede hacer en dos minutos lo que a nosotros nos tomaría mil años. Cuando el Espíritu Santo cae, la gente no sólo habla en nuevas lenguas. CUALQUIER milagro puede ocurrir, porque el Espíritu Santo es el Espíritu de sanidad. Amén. Es un río de vida, un río de sanidad, un río de paz, un río de fuego. Sé que muchos, no solo serán llenos del Espíritu Santo, sino también sanados en el nombre de Jesús. 

El deseo de mi corazón es este: que el infierno se vacíe, y el cielo se llene.