"...Vino a Jesús un hombre de la multitud, el cual, respondió hincándose de rodillas y diciendo: “Maestro, te ruego que veas a mi hijo; que es el único que tengo; ten misericordia de él porque es lunático y, he aquí, tiene un espíritu mudo que da voces y padece gravemente porque, dondequiera que lo toma, lo despedaza y echa espumarajos y cruje los dientes y se va secando. Y quebrantándole, difícilmente se aparta de él. Y lo he traído a tus discípulos y les rogué que lo echaran fuera, pero no le han podido sanar”.Respondiendo Jesús, dijo: “¡Oh generación incrédula, infiel, y perversa! ¿Hasta cuándo he de estar con ustedes? ¿Y hasta cuándo tendré que soportarlos? Tráeme a tu hijo para acá”. Y se lo trajeron, pero mientras se acercaba, el demonio lo vio y lo derribó, sacudiéndolo con mucha fuerza; y cayendo sobre la tierra, se revolcaba echando espumarajos. Y Jesús preguntó a su padre: “¿Hace cuánto tiempo que le ocurre esto?”, y él respondió: “Desde niño; y muchas veces le avienta y cae en el fuego, y muchas veces, en las aguas, para matarle; pero si puedes hacer algo, ayúdanos teniendo misericordia de nosotros”. Jesús le dijo: “Si puedes creer esto, al que cree todo le es posible”. Y enseguida el padre del muchacho dijo clamando con lágrimas en los ojos: “¡Creo, Señor; ayuda a mi incredulidad!”. Cuando Jesús vio que la multitud se amontonaba, increpó y reprendió al espíritu inmundo, diciéndole: “Espíritu mudo y sordo; yo te mando: sal de él y no vuelvas a entrar en él”. Entonces el demonio, gimiendo y sacudiéndolo con mucha fuerza, salió de él, y el joven quedó como muerto, de modo que muchos decían que estaba muerto. Pero Jesús, tomándolo de la mano, lo enderezó, y el muchacho se levantó y fue sano desde aquella hora, y regresó a su padre. Y entonces, cuando Él entró en una casa, acercándose los discípulos a Jesús, en otro lugar le preguntaron: “¿Por qué nosotros no lo pudimos echar fuera?”. Y Jesús les dijo: “Por la falta de fe que ustedes tienen. Porque verdaderamente les aseguro que si tuvieran fe como un grano de mostaza, dirían a este monte: ‘Vete de aquí, hacia allá’, y éste se movería, y nada les sería imposible. Pero esta índole con nada no sale sin con oración y ayuno” (Mateo 17:14-21. Marcos 9:14-29. Lucas 9:37-42).
2. La incredulidad
Aunque diversos teólogos y traductores han asumido tácitamente que con “esta índole”, Jesús se refería quizá a "distintos tipos" de demonios, o "diversos linajes", o "diversa clase" o "género" de demonios, las interpretaciones de ellos no son congruentes con la palabra de Jesús: la respuesta que da Jesús cuando el padre del joven le dice que los discípulos no pudieron sanar al muchacho es la verdadera. Jesús exclama “¡Oh generación incrédula..!” En las traducciones típicas de Mateo 17:17 se lee "¡Oh generación infiel y torcida!", mientras que en Lucas 9:41 se lee "¡Oh generación incrédula y perversa!", y es que ante Dios, la incredulidad es una perversión, es una infidelidad, una prostitución con la carne o con la mente; un desvío del recto camino de Dios.
Cuando los propios discípulos le preguntan por qué no pudieron echar fuera al demonio, Jesús les contesta claramente “Por la falta de fe de ustedes”. En otras traducciones más tradicionales se lee la respuesta: “Por vuestra incredulidad” o “Por vuestra poca fe”, y enseguida les explica que si tan solo tuviesen la fe que mueve montañas, nada les sería imposible. Por esto es más congruente la interpretación del comentario que comparte Andrew Wommack:
"No es que la oración y el ayuno expulsen a ciertos tipos de demonios; (si el nombre de Jesús y la fe en Su nombre no pudieran hacer esta obra, el ayuno y la oración tampoco lo harían). Jesús está diciendo que el ayuno y la oración son las únicas maneras de expulsar este tipo de incredulidad" (Fasting drives away doubt).
3. Jesús reafirma la comparación
La misma imagen parabólica fue recurrente en el ministerio de Jesús. Lucas comenta que en otra ocasión, "los apóstoles le dijeron al Señor: “Auméntanos la fe”. Entonces el Señor les dijo: “Si tuvieran fe como un grano de mostaza, dirían a este higuera: ‘Desarráigate, y plántate en el mar’, y ésta los obedecerá” (Lucas 17:5-6).
Jesús lo reafirmó al hablar del Reino de los Cielos, el Reino de la Fe: "Y decía también “¿A qué haremos semejante el Reino de Dios, y con qué parábola lo compararemos?”. Y entonces les formuló otra parábola, diciendo: “El Reino de los cielos es semejante a una semilla de mostaza, la cual, cuando la toma un hombre y la mete en su huerto o la siembra en su campo, verdaderamente es la más pequeña de todos los granos que hay en la tierra, pero después de ser sembrada, cuando ha crecido, se vuelve la mayor de las hortalizas y se hace un árbol grande; y produce grandes ramas, de manera que vienen las aves del cielo y pueden morar bajo su sombra haciendo nidos en sus ramas” (Mateo 13:31-32. Marcos 4:30-32. Lucas 3:18-19).
4. Habrían grandes señales verdaderas
Jesús dijo que, con esa fe de mostaza, habrían señales milagrosas que seguirán a los creyentes. Les dijo: “Vayan por el mundo y prediquen el Evangelio a toda criatura. El que crea y sea bautizado, será salvo; pero el que no crea, será condenado. Y estas señales seguirán a los que creyeren: en mi nombre echarán fuera demonios; hablarán nuevas lenguas; quitarán serpientes; y si bebieran alguna cosa mortífera, no les dañará; sobre los enfermos pondrán sus manos y ellos sanarán” (Marcos 16:15-18).
El mismísimo Apóstol Pablo vivió esas señales y predicó el Evangelio acompañandolo con una demostración de señales y prodigios (Hechos 19:11; Romanos 15:19), aunque son señales y prodigios que también se relata que hicieron Pedro y Juan. En el nombre de Jesús se continuaron -- y se continúan --- haciendo milagros, porque el Jesús es el mismo ayer, hoy y siempre, y él dijo que Sus creyentes tendrían esas señales. Jesús dijo incluso que aquellos que le siguen harán señales y prodigios más grandes: "El que cree en mí, las obras que yo hago, él las hará también; y aun mayores que éstas hará, porque yo voy al Padre. Y todo lo que pidáis en mi nombre, lo haré, para que el Padre sea glorificado en el Hijo" (Juan 14:12).
Y estas son obras que Jesús hizo: "los ciegos recibieron la vista y los cojos anduvieron, los leprosos quedaron limpios, los sordos oyeron, los muertos fueron resucitados y a los pobres se les anunció el Evangelio" (Mateo 11:5).
4. Habrán grandes engaños falsos
Cristo también advirtió que se levantarán falsos ungidos y falsos profetas que mostrarán grandes señales y prodigios, para así engañar, de ser posible, aun a los escogidos (Mateo 24:24). En la parábola del sembrador, las aves son las que llegan y se comen la semilla que el sembrador había plantado (Mateo 13:4). Al explicar su significado, Jesús dijo que esas aves, que roban el mensaje y que hacen nidos (Mateo 8:20) son aves que provienen del maligno (Mateo 13:19), es decir, Satanás y sus demonios.
Hay milagros que, reafirmando con el libro de Apocalipsis, se ha asegurado que vendrán de la mano de esas aves. De la boca de la Bestia y del falso profeta, la Revelación dice que hay espíritus inmundos, espíritus de demonios que hacen grandes señales o milagros y van alrededor del mundo (Apocalipsis 16:14; Apocalipsis 13:1). Babilonia la Grande, la misma Ramera de Apocalipsis 17 y 18, es descrita como una "habitación de demonios, en guarida de todo espíritu inmundo y en guarida de toda ave inmunda y aborrecible" (Apocalipsis 18:2).
5. Hay una gran forma de diferenciarlo
Estamos llamados a examinarlo todo y retener lo que es Bueno (1 Tesalonicenses 5:21). Resistid al diablo y él se irá. Pero si alguno no sabe cómo llegar a conocer la diferencia, en la Primera Epístola de Juan, se da la fórmula, que es muy concreta y simple:
"Amados, no creáis a todo espíritu, sino probad los espíritus para ver si son de Dios, porque muchos falsos profetas han salido al mundo. En esto conocéis el Espíritu de Dios: todo espíritu que confiesa que Jesucristo ha venido en carne, es de Dios; y todo espíritu que no confiesa a Jesús, no es de Dios; y este es el espíritu del anticristo, del cual habéis oído que viene, y que ahora ya está en el mundo..." (1 Juan 4:2)
Algunos se ponen celosos por causa de los milagros hechos en el nombre de Jesús. Son señales que pueden seguir a todos los creyentes que tienen fe de mostaza en el nombre de Jesús, y a veces la gente desconfía de los otros recuentos milagrosos que ocurren en denominaciones de tipo pentecostal o carismáticas porque parecen ser muy grandiosos, o porque aquellos que los hacen no son parte de "mi denominación". Pero estamos llamados a no hacer divisiones, y si en algo estamos en desacuerdo con alguien, hay que seguir el método de Jesús, hablando en privado y con amor y unidad cristiana, porque Jesús dijo: "no juzguéis por las apariencias".
No piensen que las personas que invocan el nombre del Señor Jesucristo y en el nombre del Señor Jesucristo hacen un milagros, harán milagros por mano del demonio. Cuídense de no blasfemar el Espíritu Santo. Hacer milagros o sanar enfermos no significa tener la teología 100% correcta. Se sigue siendo mortal; pero la obra la hace el Espíritu Santo de Cristo, por fe de quienes le invocan.
He escuchado de algunos líderes de iglesias que, por increíble que parezca, han prohibido a sus congregantes que hagan milagros en el nombre de Jesús, o cosas por el estilo, porque se asocian a teologías con las que no comulgan. Pues permítanme decirles que ese es el mismísimo problema.
6. "No se lo impidáis"
El problema es que ustedes tienen una teología cesacionista que dice que los dones cesaron. Si es así, ustedes niegan la obra del Espíritu Santo en La Biblia y en la Historia. No traten de cambiar la Palabra de Dios para que se ajuste a vuestras teologías, más bien cambien vuestras teologías para que se ajuste a lo que dice la Palabra de Dios. Jesús dijo que habrían señales que seguirían a los creyentes, pero el problema muchas veces es que hay más incredulidad dentro de las iglesias, que fuera de ellas. Sin embargo, la palabra de Jesús permanece para siempre.
"Juan le dijo: 'Maestro, vimos a uno echando fuera demonios en tu nombre, y tratamos de impedírselo, porque no nos seguía (a nosotros)'. Pero Jesús dijo: 'No se lo impidáis, porque no hay nadie que haga un milagro en mi nombre, y que pueda luego hablar mal de mí. Pues el que no está contra nosotros, por nosotros está" (Marcos 9:38-40).
Jesús fue muy claro: "NO SE LO IMPIDÁIS". Así que, va para ustedes pastores: no sean tropiezos para la fe en Cristo; no sea que con sus doctrinas cesacionistas se encuentren luchando contra Dios. Si ustedes están impidiendo que se hagan milagros en el nombre de Jesús, ustedes están siendo desobedientes a Su mandato. La Biblia y la Historia testifican que estas señales han continuado a lo largo del paso del tiempo. El Espíritu Santo es el mismo ayer, hoy y siempre.
Aún más:no sea que con sus doctrinas cesacionistas estén impidiendo la manifestación del Reino de los Cielos. Porque si ustedes no están con Cristo lo que Él mandó a hacer, de acuerdo a Jesús, ustedes están siendo infructuosos; porque Jesús dijo "El que no está contra nosotros, por nosotros está" pero también agregó:"El que no está conmigo, contra mí está; y el que conmigo no recoge, desparrama" (Mateo 12:30; Lucas 11:23). Y si ustedes, que se supone que son líderes, no tienen esa fe de mostaza que mueve montañas, y en su vida no siguen esas señales que Jesucristo dijo que seguirían a los creyentes, ustedes, de acuerdo a Jesús, no están recogiendo, sino desparramando.
Dios nos ama a todos y Él se preocupa tanto por el bienestar espiritual, como por el bienestar físico del hombre. Jesús mandó a Sus discípulos, diciéndoles "Sanad a los enfermos" (Lucas 10:9). Es un mandato de Jesús, y si no lo hacemos, estamos siendo desobedientes. Y Jesús dijo que aquellos que creen en Él, "sobre los enfermos pondrán sus manos y ellos sanarán” (Marcos 16:15-18). ¿Y porqué no vemos que ustedes pongan sus manos en los enfermos? ¿Porqué no se ve que ustedes oren por los enfermos de esa manera en la que Jesús enseñó que orarían los creyentes? ¿Porqué creen ustedes que Jesús se rehúsa a sanar, si Jesús mismo dijo que el Espíritu del Señor estaba sobre Él PARA SANAR"?
Vuelvo a preguntar: Si Jesús dijo que aquellos que creen en Él, "sobre los enfermos pondrán sus manos y ellos sanarán” (Marcos 16:15-18), ¿porqué no vemos que ustedes pongan sus manos en los enfermos y oren por ellos para que sean sanados?
Jesús no lo pudo haber dicho mejor: "Por vuestra incredulidad. Porque de cierto os digo, que si tuviereis fe como un grano de mostaza, diréis a este monte: Pásate de aquí allá, y se pasará; y nada os será imposible" (Mateo 17:20).
Jesús dijo a los fariseos: "¿Por qué vosotros también quebrantáis el mandamiento de Dios a causa de vuestra tradición?.... invalidando así la palabra de Dios por vuestra tradición, la cual habéis transmitido, y hacéis muchas cosas semejantes a éstas" (Marcos 7:13). "Dejando el mandamiento de Dios, vosotros se aferran a la tradición de los hombres. También les decía: 'Hábilmente violáis el mandamiento de Dios para guardar vuestra tradición" (Marcos 7:8-9).
no mi propio mecanismo de defensa; estoy confiando en Ti, estoy confiando en Ti, estoy confiando en Ti.
No en mami, no en papi, ni en el hermano mayor o en la hermana. Estoy confiando en Ti; no en mi pastor, o apóstol, profeta o sacerdote predicador ni en ningún otro hombre
Sólo estoy confiando, confiando, confiando EN TI.
Tú eres mi Pastor, Tú eres mi Pastor,
Tú eres mi refugio, Tú eres mi refugio Oh Dios..."
Comparto un resúmen para compartir:
La Escuela del Pionero
Lección 2: ¿Religión o Jesús?
2.1. Introducción
En
esta lección se hablará de la religión en contraste a aquello con lo que Jesús vino.
Mucho de los que hacemos en las iglesias el día de hoy tiene mucho que ver con
la religión, pero no tiene que ver con la enseñanza de Jesús o con lo que Jesús
vino. Muchos cristianos, domingo tras domingo, se visten y se preparan para ir
a ese lugar santo: a una iglesia a hacer actividades religiosa, y también se ve
eso en otras religiones: se visten y se preparan para ir a ese lugar especial
para actividades religiosas especiales. Sin embargo, Jesús no vino a enseñar
eso. Él vino a construir un nuevo
cuerpo: tú y yo. Nosotros le pertenecemos a Jesús y somos el templo que se
llena del Espíritu Santo. Todos somos sacerdotes y estamos ungidos por él y él
quiere que seamos parte de eso cada día de nuestra vida. Vamos a tratar esto en
esa enseñanza y creemos que esta enseñanza bíblica puede compartir libertad
para que lleguemos esa vida que leemos en el Libro de los Hechos. Que Dios te
bendiga.
2.2. ¿Has perdido tu primer amor?
En
la primera lección aprendimos acerca de la historia de la iglesia. El Espíritu
Santo ha estado trabajando en mucha gente y muchos se han sorprendido con lo
que aprendiendo. Jesús sigue edificando su Iglesia. Jesús sigue trabajando en
mucha gente alrededor del mundo y creemos que estamos ante La Reforma Final y
que pronto veremos esto expandiéndose a todo el mundo, porque Dios ha estado
trabajando a lo largo de la historia y sigue trabajando el día de hoy.
Compartamos el mensaje y dejemos que la gente se reavive con fuego para poder vivir
la vida que leemos en la Biblia. Mucha gente está muriendo lentamente dentro de
las cajas, dentro de las iglesias; pero Jesús quiere reformar Su iglesia; está
en el corazón de Jesús porque Jesús nos ha llamado a hacer discípulos y no es
difícil darse cuenta de que el sistema, en la manera en que lo hemos estado
haciendo nosotros, no es efectivo a la hora de hacer discípulos: es por eso que
hay gente que se ha estado sentado en la Iglesia por muchos años pero todavía no
sabe cómo servir a Dios, como orar por los enfermos o como expulsar a los
demonios y llevar gente hacia Cristo.
De
alguna manera, muchos están allí porque no saben cómo servir dentro de la caja;
simplemente se sientan y ven a otras personas hacerlo, y se están muriendo
lentamente porque cada uno de nosotros está llamado a servir a Dios: cada uno de nosotros está llamado a ser
utilizado por Dios, y si nos sentamos y escuchamos y no hacemos nada, entonces la vida se está yendo lentamente de
nosotros y necesitamos esa reforma porque hay muchas personas que una vez
sintieron un fuego por Dios, pero se enfriaron y ahora se están muriendo
espiritualmente y muchos tienen ya han muerto.
Muchos
caen o se apartan de la fe, pero apartarse de Dios no es lo mismo que apartarse
de la iglesia. Apartarse de Dios es dejar el primer amor, de manera que, aún se
puede seguir yendo a la iglesia, levantar la mano o hacer las cosas que has
hecho por muchos años, pero si el amor por Dios se ha ido, el primer amor se ha
ido. Si el amor por orar y el amor por la Palabra de Dios se han ido, has caído
de la fe o te has apartado, y esto es lo que vamos a aprender esta lección.
2.3. Un testimonio breve
Conocemos
de gente que había caído y se había enfriado; gente que a pesar de estar yendo
a la iglesia, había muerto espiritualmente. Pero cuando se empezó a trabajar en
ellos de nuevo y a entrenarlos para ser discípulos de Jesús, volvió a sentir el
fuego una vez más. Este el caso de un joven de Dinamarca que fue entrenado
personalmente en la calle y que su vida fue cambiada totalmente; y su
testimonio es que él se había estado sentando en la iglesia muchos, muchos,
muchos años, e iba los miércoles y los domingos, y leía su Biblia dos veces al
año, pero de pronto comenzó una reforma en él y empezó a salir a las calles y
aprendió cómo sanar a los enfermos, y esto de alguna manera cambió algo de él.
Ahora su vida ha cambiado totalmente y él ve milagros todos los días; pero no
sólo son los milagros que ve en la calle; su vida personal con Dios ha
cambiado: él contaba que por muchísimos años sólo había podido llorar un par de
veces desde la muerte de su madre u otros miembros de su familia. Pero las
últimas dos semanas ha estado llorando todo el tiempo; ha estado llorando al
leer la Biblia, la cual lee todos los días, y ahora ha estado llorando todo el
tiempo.
Y
las personas que le rodean están en shock. Ahora él está compartiendo su
testimonio en la iglesia y está llevando a otras personas a la calle. Hoy y
mañana va a llevar al pastor con él a la calle porque de alguna manera lo que
pasó con él cambió a toda la iglesia. De repente el fuego entró en la iglesia y
la gente vio que podemos hacer algo. La gente vio que no tenemos que esperar:
que ya lo tenemos, que sólo tenemos que ir.
La
hermana que le entrenó tiene el mismo testimonio: alguien que iba a la iglesia
desde hace muchos años pero que estaba espiritualmente pasiva; no había más
vida aparte de eso. Pero de repente ella salió a la calle y se entrenó y vio
que Jesús puede obrar y repentinamente, el mes pasado, ha llevado a más gente a
Cristo, ha bautizado a gente con el Espíritu Santo: ha bautizado a gente en agua,
y su vida ha cambiado totalmente. Y la gente a su alrededor les dice lo mismo:
¿qué pasó contigo?
No
estamos hablando de incrédulos o de gente que no fuera cristiana. ¡No! Estas
dos personas ya eran cristianas y ya tenían una tradición en el cristianismo,
pero de alguna manera eran cristianos que se habían quedado sentados en la
iglesia por muchos años. Y ahora las personas de su iglesia les preguntan qué les
está pasando, ‘yo quiero esto’, dicen;
y de repente se dan cuenta de que lo que pasa es que habían dejado su primer
amor, porque la luz entra y la oscuridad desaparece. Pero esta clase de
testimonios se está extendiendo. Y son acerca de gente que había estado allí en
la iglesia por muchos años, pero cuando llega la Vida de repente de forma tan
fuerte y radical, todo el mundo a su alrededor se empieza a preguntar qué les
está pasando. Eso es lo que está ocurriendo ahora.
Hace
como un año alguien me dio una palabra profética. Alguien vio como un barril
con mucho fuego dentro; pero luego alguien puso una tapa encima del fuego y ese
fuego empezó a extinguirse y apagarse. Luego alguien lo tomó y de pronto el
fuego regresó otra vez. Y pensamos que es una buena imagen de lo que Dios está
haciendo. Que, cuando cambiamos algunas de las cosas que veremos, ese fuego va
a venir de nuevo.
En
la última lección muchos recobraron un hambre por la palabra de Dios, porque
ahora quieren profundizar en la palabra de Dios y ver de qué se trata todo. En
muchos es como si fuese justo lo que esperaban, pero se ha creado un hambre, y
esto es lo que Dios está haciendo, así que estamos felices de la respuesta que
ha habido respecto a lo que Dios está haciendo.
2.4. Respondiendo a la crítica
Por
su puesto que han habido respuestas críticas. Siempre pasa eso porque, de
nuevo, la gente tiene puestos diferentes lentes religiosos como aprendimos la
última vez. Si lees esta enseñanza y tienes unos grandes lentes religiosos puestos
encima de ti, pues claro que vas a tener problemas con algo. Si tienes otro
tipo de lentes religiosos puestos encima, vas a tener problemas con otra cosa.
Y si tienes aún otro tipo de lentes religiosos puestos encima, seguro que vas a
tener problemas con esta otra cosa.
Alguien
escribió diciendo que no era bíblico decir que lo que dijimos acerca del
edificio de las Iglesias. Queremos aclarar eso porque, cuando hablamos de la
iglesia en la ocasión pasada, dijimos que el primer edificios de iglesia que se
apareció fue durante el periodo de la Iglesia Católica, y que durante ese
periodo y antes en el Libro de los Hechos, no habían edificios de iglesia.
Alguien dijo que eso no era cierto y que no era bíblico porque en el Libro de
los Hechos ellos tenían la sinagoga y Pablo iba a predicar allí. Lo que debemos
entender, sin embargo, es que cuando leemos el Libro de los Hechos a veces
menciona mucho acerca de los judíos porque ésa era la época.
De
manera que, Pablo iba a la sinagoga porque ese era un lugar judío: eso no
significa que cuando iban a otros países donde no había judíos ellos construían
nuevas sinagogas; ¡no!, porque esa no fue la enseñanza con la que vino Jesús.
Así que, si Pablo iba a la sinagoga uno no puede comparar eso con nosotros
yendo al edificio de la iglesia de hoy en día. ¿Dónde tenían el partimiento de
pan? ¿Dónde tenían comunión? Hacían eso en las casas. ¿Por qué no tenían
comunión en las sinagogas? ¡Porque no podían hacer eso!, porque la sinagoga no
era la hermandad cristiana; la sinagoga era la hermandad judía: el Antiguo
Pacto, y allí no había partimiento de pan porque eso vino después, con Jesús, y
era algo propio del Nuevo Pacto y algo que hacían en las casas.
Así
que, Pablo estuvo predicando en la sinagoga; sí, él hizo eso, pero lo que él quería
era que la gente entendiera que Jesús era el Cristo, y quería que la gente se arrepintiera
y algunas veces lo echaban y otras veces había gente que decía, 'Yo te creo',
quiero ir contigo, y después seguían a Cristo y salían de la sinagoga y se
fueron iban con él. Así que, la sinagoga no es la iglesia. Asimismo, cuando
ellos se reunían en el templo, alrededor del templo, algunos asumen que eso era
una reunión cristiana o una iglesia, pero el templo era en donde ellos
proclamaban a Jesús, en donde predicaban, donde ellos sanaban a los enfermos,
también donde ellos estaban juntos, pero no a manera de una reunión de la
iglesia donde tenían el partimiento de pan; era como si los cristianos de hoy
fueran a reunirse a un mercado a compartir de Jesús y a proclamar la palabra de
Dios, y la gente fuera sanada y salva. De manera que cuando lees la Biblia hay
quitarse los lentes religiosos para ver qué es lo que está diciendo la palabra.
Otra
cosa: alguien me dijo sobre el asunto del bautismo de infantes que yo estaba
equivocado porque en la Biblia sí se bautizaron bebés y nos daban como ejemplo
lo que se lee en el Libro de los Hechos, de cómo toda la familia fue bautizada.
Queremos aclarar que el bautismo de infantes comenzó cerca del año 200, según
la historia, y no fue sino hasta Constantino que se aceptó como una doctrina.
Pero en el Libro de los Hechos no bautizaban a los infantes, a los bebés;
queremos citar rápidamente el capítulo 16, donde leemos sobre el carcelero y su
casa: que todos de alguna manera fueron bautizados. La gente, de alguna manera,
quiere agregarle algo al texto para que pueda encajar en sus doctrinas, y así
es como quieren poner en el texto que los bebés de esa casa fueron bautizados;
pero eso no es lo que leemos; si leemos el Libro de los Hechos Capítulo 16 allí
podemos leer lo que dice: "Cree en el Señor Jesucristo y serás salvo tú y
todos los de tu casa", y luego compartieron la Palabra con él y con todos
los que estaban viviendo en esa casa, y más adelante leemos que todos fueron
bautizados. Si tan solo se quitan los lentes religiosos, se darán cuenta que
dice que todos ellos se regocijaron de haber creído en Jesús. ¿Cuándo fue la
última vez que vieron a un bebé regocijarse de haber llegado a la fe? ¿Se ha
visto eso? Claro que no. Todos los que se necesitaban bautizar fueron
bautizados, pero los bebés no necesitan ser bautizados y nunca se dice que en
esa familia hubiese habido bebés.
2.5. Una fe simple
Muy
a menudo decimos que algo no es bíblico y hay gente que es muy sabionda y tiene
mucha doctrina y es muy pronta para llegar a decir 'eso no es bíblico', pero
así le hacen porque agregan cosas al texto para que pueda encajar con sus
tradiciones; y esto es solo un ejemplo. A menudo cuando se lee el Libro de los
Hechos se olvida que estaban en un lugar judío; y entonces algunos toman la
sinagoga y la hacen algo que no era, y cuando leen sobre el bautismo le ponen
algo extra al texto porque quieren que encaje con las tradiciones propias. Pero
de alguna manera debemos hacer las cosas más simples; necesitamos quitarnos los
lentes y tan solo leer lo que dice la Biblia y leerlo tal cual y creerlo: no
traten de cambiarle palabras para que se ajuste a su teología, más bien cambien
su teología para se ajuste a lo que dice la Biblia.
Esa
es la clase de fe que necesitamos; simple fe al leer la Palabra: obedecer la
Palabra. Como el hombre que leímos que ha cambiado totalmente y se ha reavivado
el fuego, porque empezó a hacerlo; porque fue a orar por la gente y eso es muy
simple, lean Lucas 10:9, Jesús dijo, 'Vayan, sanen a los enfermos y prediquen
el Evangelio'; es muy simple; cualquiera podría hacerlo. Así de simple es la
palabra de Dios, no tenemos que hacerlo algo difícil.
Jesús
no vino con una religión en la que tengamos que pasar siete años estudiando
para entender lo que Él estaba diciendo. ¡No! Él vino con una vida simple;
hasta los niños podrían entenderlo; a menudo, los niños lo entienden con mucho
mayor facilidad porque tenemos un problema. Tomamos muchas cosas y las hacemos
difíciles en vez de hacerlas de manera simple.
Como
en la última lección, revisaremos un poco de historia de la iglesia. Tenemos el
Libro de los Hechos: cristianismo de avivamiento; y como leemos en la Biblia,
Jesús es el mismo hoy, pero muchas cosas fueron cambiadas por la gente durante
ese período de historia eclesiástica, y en la actualidad se ha estado
edificando en base a la iglesia luterana o en base a la Iglesia católica, pero
debemos entender que el día de hoy, a pesar de que todo se vea como ese
sistema, realmente necesitamos ver una reforma porque Jesús nos ha mandado a
hacer discípulos. Jesús nos ha mandado a equipar y a entrenar a la gente, y a
menudo la manera en que hacemos las cosas en iglesia de hoy no está equipando
ni capacitando a la gente; la gente está sentada y está escuchando de alguien
que lo hace, pero necesitamos cambiar ese enfoque y volver a entrenar y equipar
a la gente. Necesitamos dejar de ver a Jesús en una caja y permitir que Él sea
parte de nuestra vida diaria…
2.6. El Templo
Jesús
todavía anda haciendo cosas en la Tierra. Yo soy el cuerpo de Cristo, tú eres
el cuerpo de Cristo; y Jesús todavía sigue sanando a gente el día de hoy; en
Israel y en todo el mundo. ¿Por qué? Porque Él no ha cambiado. Nosotros somos
su cuerpo. Esta es la vida cristiana normal. El Templo de Jerusalén fue
destruido en el pasado, pero aquí estamos nosotros. El Templo está ahora aquí.
Tú y yo somos el templo del Espíritu Santo porque el Espíritu Santo está dentro
de nosotros.
Nosotros
somos el templo; el Espíritu Santo se revela en nosotros; Nosotros somos el
cuerpo de Cristo y ese entendimiento es capaz de hacer que mucha gente se
libere cuando empiecen a tenderlo. De alguna manera, con nuestros lentes
religiosos, en nuestro camino a las reuniones religiosas, muchas personas han
tenido la impresión de que el templo es algo a lo que tú vas. Pero tú eres el
templo; tú eres el cuerpo; muchos no lo entienden; no lo ven.
2.7. La Iglesia
Queremos
mostrarles aquello con lo que Jesús vino; y queremos provocarles como lo
hicimos la última vez, así que esperamos que estén listos. En primer lugar, hay
que mostrar cuál es el uso común que se le da a las diferentes palabras como
"iglesia" y esas cosas. Por supuesto, siempre hay gente de la iglesia
que entiende la diferencia, pero veamos cual es la percepción común cuando uno
dice "iglesia".
La
iglesia. ¿Qué es la iglesia? Para mucha gente, la iglesia es un templo, un
lugar en el que se realizan actividades religiosas, de adoración, etcétera; y
esta es la mentalidad común. Si le dices "iglesia" a la gente, lo
primero que le viene a la mente a la gente es algún edificio al que se va a
hacer actividades religiosas. Pero esto está muy alejado de la comprensión que
tenían los primeros discípulos. "Iglesia" no tiene nada que ver con
un lugar santo. Jesús vino a destruir esa mentalidad para poder edificar un
cuerpo. Él quiere edificar un cuerpo. El templo ya no está allí ahora, porque
el templo está aquí ahora. Nosotros somos el templo de Dios.
Sin
embargo, con la manera en la que hacemos las actividades religiosas el día de
hoy formamos otra mentalidad porque no sólo aprendemos lo que escuchamos;
aprendemos por lo que vemos, de manera que puedes entrar a una iglesia durante
muchos años y puedes oír que decimos "la iglesia no es este lugar; la
iglesia eres tú"; pero con nuestras vidas mostramos que realmente no lo
hemos entendido. Por ejemplo, sé de muchas personas que se han reunido, se han
juntado con amigos, se han sentado en casa y han hablado acerca de Jesús,
compartiendo testimonios y hablando, y han conseguido cosas muy buenas a partir
de eso. Pero no dirían que lo que lo que tuvieron allí fue la iglesia; más bien
dirían, "no, sólo estábamos juntos, tuvimos comunión, pero no estábamos en
la iglesia". Sin embargo, ¡sí era la iglesia! ¡Era tanto la iglesia como lo
es el resto!, porque la iglesia no es meramente un lugar al que se ve, es algo
que eres.
2.7. El sacerdocio
Cuando
hablo o cuando digo "sacerdote", la mayoría de las personas piensa
que un sacerdote es alguien que tiene una educación, un llamado especial, y la
gente que acude a los sacerdotes y les pide que les hagan bautizos o comunión
de alguna manera piensa que ellos se encuentran en medio entre nosotros y Dios,
y esa mentalidad es muy opuesta a aquello que Jesús enseñó; y el día de hoy se
construye en un fundamento que es demasiado opuesto al de las palabras de
Jesús.
Si
lees la Biblia te darás cuenta que había un sumo sacerdote, y eso es lo que es
Jesucristo; y cuando usamos esa palabra se refiere al cuerpo de Cristo, al
sacerdocio de Cristo. Todos somos sacerdotes (1 Pedro 2:9; 1 Pedro 2:4-8,
Apocalipsis 1:4-6, 5:6-10, Hebreos), pero de alguna manera la Iglesia Católica
llegó con un hombre en medio intermediario entre Dios y la gente, y de alguna
manera ellos eligieron a unas cuantas personas selectas que sería sacerdotes y
que "tienen una unción especia"; y trajeron esa idea de que aquellos
que pueden bautizar y dirigir la comunión de alguna manera están entre Dios y
la gente.
Durante
la Reforma Protestante, Lutero de alguna manera mencionó la cuestión del
sacerdocio de todos los creyentes; eso significaba que no necesitamos a un
sacerdote que esté entre nosotros y Dios: tenemos a Jesucristo. Así que, Lutero
señaló eso, que no necesitamos un sacerdote entre nosotros y Dios, pero él no
lo cambió al punto de no necesitar de un sacerdote. Habló de que no necesitamos
que un sacerdote se interponga entre nosotros y Dios, porque ahora podemos
tener una relación con Dios, pero no lo reformó al punto de que todos fuéramos
sacerdotes, de que todos pudiéramos bautizar; y la antigua mentalidad todavía
está incrustada en mucha gente.
2.8. ¿Quién puede bautizar?
Recuerdo
que hace no mucho tiempo había una mujer que me llamó y me dijo: "Tengo un
hijo y él es muy bueno; conoció a Dios a través de algunas de las reuniones ;
tiene 19 años y está totalmente lleno del fuego y ahora quiere ser bautizado,
¿puedo bautizarlo?". ¡Y le dije que sí! ¡Claro que puede! "Sí, ya sé
que puedo, pero Tom, ¿se me permite bautizarlo? ¡Le dije que sí! Claro que
puede, Jesús te ha mandado a salir y a hacer discípulos y a bautizar. Date
cuenta. ¡Él te ha ordenado que lo hagas! "Sí, pero Tom, usted sabe, yo no
soy como una sacerdote". ¡Pero no!; todos somos sacerdotes. Puedes
hacerlos, le dije, tiene permiso de hacerlo... (Pero no lo hizo). ¿Por qué? Por
sus lentes religiosos, porque de alguna se había creado una forma de pensar en
la que pensaba que había alguna gente selecta y especial o ungida llamada para
poder hacer eso y que nosotros los comunes no podemos hacerlo, pero Jesús
detestaba esa enseñanza. Creo que Él estaba en contra de eso: Él lavó los pies
de sus discípulos; quería mostrarnos que todos somos hermanos, que todos somos
sacerdotes con un sólo sumo sacerdote: Jesucristo.
Pero
todos los creyentes pueden bautizar. Todos pueden hacerlo; todos puede hacer el
ministerio; no hay nada en el reino de Dios para personas que sean
"especialmente llamadas" para el ministerio y no hay personas que no
lo sean; esa mentalidad de alguna manera limita el crecimiento, de manera que
el crecimiento actual se limita a la iglesia en una reunión con un sacerdote.
Así que hoy, cuando la gente quiere recibir a Jesús, debido a que no hemos
hecho discípulos y a que no los hemos entrenado, decimos, "Bien, vamos a
llevarte a aquellas personas que pueden hacerlo". Yo también tuve esa
mentalidad.
2.9. ¿Quién puede expulsar demonios?
Me
acuerdo de la primera vez que expulsé un demonio. Comprendimos que Jesús quería
ser parte de nuestra vida cotidiana y tuvimos una reunión en nuestra casa y de
repente llegó una mujer que se postró y empezó a hacer ruido y a temblar y a
gritar algo en inglés con una grave voz masculina. Y como yo nunca había visto
algo así, recuerdo que yo estaba como. "Wooo, un demonio, un
demonio"; y ella estaba gritando y lo que gritaba era: "¡Vete al
infierno!" Y mientras ella estaba gritando, mi primer pensamiento fue:
"Necesito un sacerdote" ¿Y por qué creí eso?
Yo
ya tenía al Espíritu Santo dentro de mí, yo ya era un sacerdote; no tenía
educación, pero Dios me había llamado a ser sacerdote: fui ordenado, no por un
sistema, sino por Dios. Porque cuando fui salvado por Jesús, fui llamado, fui
ordenado, me convertí en un sacerdote, y recibí el Espíritu Santo, así que ya
tenía todo, pero debido a mi forma de pensar, cuando eso sucedió, pensé que
necesitaba a un sacerdote. Pero ¡No! Y me dije, "No necesito a un
sacerdote. Sólo necesito aprender haciéndolo"; así que me acerqué a ella
(porque no había ningún sacerdote; y nos alegra eso el día de hoy, porque no
había nadie más que yo), así que, de alguna manera estaba obligado a hacerlo.
Así que yo estaba como de, "¿Dónde está el sacerdote? ¡Oh no, sólo estoy
yo! Ok. ¿Dónde estás?", y ella decía "¡Vete al infierno!", y yo
le dije: "¿Quién eres?" Y decía "¡Vete al infierno!", y de
pronto me enojé mucho así que le dije "¡No! ¡Tú vete al infierno!", y
entonces la mujer fue liberada, sí, ¡en nombre de Jesús!
Y
al ver eso, dije, "Wooo... ¡funciona!". Todavía funciona, pero esto
es algo que, de alguna manera, en las iglesias, en muchas iglesias piensan que
necesitas estar aprobado por un sistema religioso para hacer ministerio; pero
en el Libro de los Hechos no era así; no eran 'ordenados'. Por supuesto que
creo en un llamado, pero no es que sea para algunos pocos selectos, o el llamado
de una organización; no. Tenemos un llamado por parte de Dios, cada uno de
nosotros, estamos llamados a hacer un ministerio (servicio). Pero mucha gente
piensa "Creo que si necesito hacer un ministerio, necesito construirme,
necesito tener la educación adecuada, y luego concluir; y luego, cuando
concluyen, tienen lentes religiosos puestos encima y piensan 'necesito hacer
ministerio dentro de esa caja'. Pero Jesús no vino que la caja. Él vino
queriendo ser parte de nuestra vida diaria; Él quiere ser una parte de nuestra
vida todos los días.
2.10. El culto
Lo
siguiente que queremos decir es en referente al servicio de adoración o culto.
Cuando hablamos del servicio o del culto, en nuestra mentalidad tenemos la idea
de un domingo, un lugar especial, un momento especial, con gente especial,
haciendo cosas especiales, que otros no pueden hacer. Así que pensamos que la
adoración es tiempo especial, lugar especial, donde gente especial hace cosas
especiales que tú y yo y otras personas no podemos hacer; y esto está tan
arraigado en nuestro pensamiento que vamos a la reunión y esperamos que Dios
actúe allí; y es bueno hacerlo, pero ¿qué hay del lunes?, ¿qué hay del martes?,
¿qué hay del miércoles?, ¿qué hay de vivir cada día con Jesús? No se espera eso
cuando estamos así; no se espera eso.
Fui
a enviar un libro el día de ayer; estaba enviando unos libros, y frente a la
oficina de correos había un muchacho allí de pie, y pensé, 'Lo conozco', porque
hace dos meses lo llevé a la calle, y me junté con él unos cuantos días y lo
entrené a él y a otros; la gente fue bautizada y salva, y él lo vio; él era un
cristiano que había visto a otro cristiano venir a donde yo estaba, y vino a
otra iglesia; pero me lo encontré ayer y yo le dije así como "Hey, vamos a
tomar un café'; así que nos sentamos, tomamos un café y lo que hicimos allí fue
ser la Iglesia: hablamos acerca de Jesús, yo lo discipulé, escuchamos
testimonios, él me contó algo también, y estaba totalmente emocionado después
de eso. Estuve hablando con él como por una hora y podía percibir que su vida
ha cambiado totalmente en el último mes desde que fue entrenado para ser
discípulo. Me agradeció mucho y dijo que las cosas habían cambiado todo, me
dijo, 'Gracias porque tú quieres hacer discípulos; gracias por lo que me
compartiste; por muchos años yo no hice discípulos en la vida porque mi
mentalidad era que el discipulado era algo que sólo podías hacer si estabas
ordenado como predicador, que para hacerlo de alguna manera tenías que ser un
sacerdote, que tenía que ser en domingo y que tenía que ser en una reunión'. Y
de alguna manera limitamos mucho a Dios con esa mentalidad.
Y
ahora entiendo que el discipulado es parte de la vida cuando te reúnes con la
gente a hablar acerca de Jesús. Siendo discípulos podemos entrenarlos y aunque
este hombre no venga a mi iglesia, tiene otro compañerismo y lo que está
pasando con él es que ahora eso está afectando la comunión en la que está. Así
que, estamos llamados a discipular a la gente, pero la gente se enfoca mucho en
la iglesia en lugar de sólo hacer discípulos.
2.11. La unción del Espíritu Santo
Pero
durante la historia, la iglesia se convirtió en algo que no era y el culto se
convirtió en algo que no era y apuesto a que mucha gente ahora piensa que la unción
del Espíritu Santo es para unas pocas personas selectas en un tiempo especial y
lo retiene del Antiguo Testamento: se tiene el templo, y el sacerdote entraba,
y el profeta del Antiguo Testamento era ungido por Dios y ungido por el profeta
y en la actualidad en algunas denominaciones de la iglesia se tiene un montón
de reuniones de unción donde la gente va para ser ungida, y así era la
tradición de mi iglesia en la que fui salvo. Iba a una reunión, a otra
conferencia, a otra, ¿por qué?, porque yo quería que un hombre de Dios impusiera
las manos sobre mí para que así yo pudiera tener la unción.
Y
ahora puedo ver que esa mentalidad ha destruido esa iglesia y esa denominación
particular de alguna manera, porque ahora tenemos una gran cantidad de personas
que van de una conferencia a una reunión, a otra, para recibir algo que ya
tienen. Si uno es salvo, si estás lleno, bautizado con el Espíritu Santo, ya
tienes la unción, porque en el Nuevo Testamento cuando se habla de la unción se
refiere al Espíritu Santo, y cuando recibes al Espíritu Santo, tienes al mismo
poder que resucitó a Jesús de entre los muertos, de manera que no necesitas una
nueva unción, porque no hay una nueva unción así. Todas las veces en que se lee
en el Libro de los Hechos o en las cartas acerca de la imposición de manos
sobre las personas es algo que hace sólo una vez. Creo en la imposición de
manos y en la oración por las personas para recibir el Espíritu Santo, pero eso
es algo que se hace una sola vez, y una vez que ya lo tienes. Y ser lleno por
el Espíritu Santo no es algo que se reciba desde afuera; es en lo más profundo
de tu ser que se derrama cuando ocurre. Y cuando lo tienes, ya lo tienes,
entonces vas a recibir y hay que dar, da y te será dado; no es una cuestión de
dinero sino de vida.
Así
que de alguna manera hoy se tiene una mentalidad en la que la gente piensa que “la
iglesia es un edificio y que los sacerdotes son especialmente personas
selectas, y que el culto tiene que ser en una reunión de domingo en un orden
especial y que el Espíritu Santo es para unas pocas personas selectas entre las
cuales nunca estoy yo”.
Así
que la gente de alguna manera continúa con sus actividades religiosas, va a la
iglesia para hacer actividades religiosas, a la reunión del domingo, están
allí, y el predicar hace todas las cosas, ¿y el Espíritu Santo?, 'Sí, vamos a
las reuniones dominicales y el domingo traeremos a alguien que ore por nosotros
porque algún día esperamos que vamos a recibir algo para que podamos salir y
servir a Dios.
2.12. Los dones
Veo
muchos frutos de lo que estamos haciendo al entrenar a personas y tenemos una
gran cantidad de testimonios de gente con la que trabajamos, en que, gente se
salva y es librada de demonios, incluso en la vida cotidiana nunca hablamos de
la unción, aquí no utilizamos esa palabra; nunca hablamos sobre el don; sólo lo
vivimos; porque todos los dones se obtienen por medio de Jesucristo; lo tienes
todo, los dones están ahí, pero hay alguien que puede decir, "Sí, pero no
todos tienen el don de la sanación; no", pero lo que es necesario entender
es que no necesitas el don de sanación o el don de la sanidad para poder sanar
a los enfermos. ¿Qué? Que no es necesario el don.
Permítanme
explicarlo: ¿Es todo el mundo un evangelista?; ¡No!; ¿pero pueden todos
evangelizar? ¡Sí! ¿Son todos profetas? ¡No!; ¿Pero pueden todos profetizar?
¡Sí!; ¿¡Cómo es eso!? Pues bien, si leen Efesios 4:11, Dios habla de los dones
que Él ha puesto en la iglesia; esos son para equipar a los santos para servir,
así que no necesitas el don de la sanación para poder sanar a los enfermos.
Estas son señales que seguirán a aquellos que creen. Si eres nacido de nuevo,
¡cree! Ve y actúa conforme a la palabra de Dios; pero si continúas haciendo
esto mucho y luego de alguna manera equipas a otros a hacerlo, entonces se
vuelve un don; eso es un don; así que no es como decir, "Oh, yo puedo
sanar a los enfermos y tú no tienes el don", ¡No! Todos los creyentes
pueden hacerlo. De alguna manera el don Dios me lo ha dado a través de equipar
y entrenar a otras personas a hacerlo, y esto es lo que hago, no con mis palabras,
sino con mis acciones, les digo: 'Vengan y síganme", y le muestro a la
gente cómo hacerlo y luego ellos lo continúan haciéndolo porque no es cuestión
de que yo imponga mis manos sobre ellos y ellos reciban algo que yo tengo.
Algunas personas me contactan y me dicen, "Torben, yo quiero recibir lo
que tú tienes". Pues bien, puedo orar por ti y tu puedes ser lleno del
Espíritu Santo; puedo orar por ti y puedes ser librado de demonios; puedo orar
por ti y puedes ser sanado; puedo orar por ti; pero si tú ya tienes el Espíritu
Santo allí, entonces no hay más; ya lo tienes; lo tienes que hacer es vivirlo,
porque todavía ronda esa mentalidad opuesta.
2.13. ‘¿Qué esperamos?’
Mi
amigo Don de La Reforma Final E.U.A. se
puso en contacto conmigo; vio mi video y fue él el que me invitó a ir allí, y recuerdo
que, al principio, cuando se puso en contacto conmigo, me dijo "Tom, ven
aquí, te necesito para ponerme en marcha. ¡Necesito ser equipado por ti! Quiero
que me lleves a entrenarme en la calle", y le dije, está bien; pero tú
puedes hacerlo. Más tarde me escribió diciendo, "Tom, quiero esperarte
porque quiero hacer un video en el que lo hagas; tú entréname, así que estoy
esperando por ti"; pero luego, algunos días más tarde, me escribió:
"¡Tom! ¡Ya no podía seguirte esperando, así que salí ayer a la calle y la
gente fue sanada y traje a otra persona conmigo y le enseñé y ahora ella está
haciendo lo mismo!". Él ya no podía esperar más, y no tenía que esperar
porque cuando llegué allí yo no llegué allí para imponer mis manos sobre él
para darle una nueva unción, ¡no!, de alguna manera llegué simplemente a
ayudarle, a discipularle, a entrenarle, a mostrarle lo que ya tenemos. Así que
cuando leas esto no pienses de alguna manera, "estoy esperando una nueva
unción", "estoy esperando algo nuevo". ¡No!, no tienes que
pensar así, no tienes que esperar hasta que te llegue esa enseñanza de sanar a
los enfermos. Lo puedes hacer desde antes. Lee el libro de los Hechos; la
palabra de Jesús fue 'Vayan y háganlo'.
Es
simple, lee y actúa en ello, lee y actuar en base a ello, y muchas veces,
cuando se cambia esa mentalidad, a menudo la mentalidad religiosa se cambia y
entonces empezamos a vivir el día a día. Sí, puedes ir a una iglesia el
domingo, sí, puede haber de alguna manera alguien que predique; sí, puede
hacerse un servicio o culto; sí, pueden hacerse esas cosas, pero no te limites
a esas cosas: no te limites a que sólo hay un predicador o sacerdote, no
limites a que tiene que estar allí, porque si lees en el Libro de los Hechos,
¿cuánto de lo que pasa en el Libro de los Hechos está sucediendo en reunión de
la iglesia? No; lo que vemos es que un día es otro día en la vida, pero la vida
cotidiana debería ser una vida cotidiana con Jesús. Y muchas personas no
experimentan esa vida porque en su mentalidad, la iglesia es el lugar, los
sacerdotes son pocos, la reunión de la iglesia sólo puede suceder allí, y nunca
es suficiente con el Espíritu Santo.
2.14. La edificación de un Reino
Jesús
no vino con una religión, no es parte de las palabras de Jesús. Jesús no vino a
construir una nueva religión: Jesús vino a construir un Reino, un reino que es
muy diferente a todas las demás religiones. Pero si nos fijamos en lo que
estamos haciendo en el cuerpo de Cristo, en las iglesias, a menudo no es muy
diferente a una reunión de la iglesia o a una mezquita donde se juntan y tienen
el edificio y hacen actividades, pero Jesús vino con algo que era totalmente
diferente. Él quiere ser la cabeza del cuerpo, Él quiere un cuerpo en el que se
pueda obrar, no como a manera de membresía; sino como un cuerpo vivo que es
amor y que es una familia, no sólo "miembros de". Así que, cuando
hablamos de la iglesia, Jesús vino a edificar una nueva iglesia.
Queremos
revisar unos pasajes de la Biblia. En la 1a de Corintios 3, Pablo está
diciendo: "¿No sabéis que sois templo de Dios y que el Espíritu Santo mora
en ustedes?"; esta es la manera en que Pablo lo está diciendo:
"¿acaso no saben?", ¿no saben que ustedes son el templo de
Dios?"
¿Y
que el Espíritu Santo mora en ustedes? Más adelante, en esa misma carta, en el
capítulo 6, él dice que debemos "saber que el cuerpo es el templo del
Espíritu Santo", así que dice lo mismo una y otra vez. "¿No sabéis
que vuestro cuerpo es el templo que es el templo de la Espíritu Santo?”. ¡Yo
soy el templo! ¡Soy el templo de Dios! ¡Yo soy la Iglesia! Esto es algo que
Jesús enseñó. "Yo soy el templo".
2.15. ¿Los pastores o el pastor?
Cuando
Jesús habla del sacerdote, allí lo no tenemos. Si yo le pidiera a la gente:
'Ok', ¿leemos en la Biblia acerca de los sacerdotes?", muchos piensan en
Efesios 4:11; "que se han dado
profetas, evangelistas, el pastor y los maestros", y la palabra poimenas (el pastor) es palabra de donde se
dicen luego pastores. Hoy en día hay un pastor en cada iglesia. El único lugar
en la Biblia donde se lee así la palabra 'poimenas' es en Efesios 4:11; hay
otros tres lugares en donde se encuentra, pero en cada una ocasión se refiere a
Jesús. Él es el Pastor. Pero a partir de una palabra en Efesios 4:11 hemos
construido todo un sistema eclesiástico; a partir de solo una palabra; y en ese
contexto, no se lee las cosas que ellos hacían, como vimos antes. Como
"evangelista" a menudo en muchas iglesias, se piensa que un
evangelista es uno que sale y evangeliza. ¡No! Los evangelizan son los
discípulos; evangelista es alguien de quien lees en Efesios 4:11, que equipan a
los santos a salir y evangelizar. Pero en la mentalidad moderna, cuando
escuchamos la palabra, inmediatamente leemos con lentes religiosos y pensamos
que "el pastor" (poimenas) es un sacerdote que tiene una iglesia, que
está ordenado por el sistema, que cuenta con una educación, que tiene un
llamado especial, que hace esas cosas que lees en la Biblia. Nosotros somos los
pastores cuidadores: todos somos sacerdotes.
Por
supuesto que hay líderes en la Biblia, está también lo que es como el obispo o
el diácono, pero, de nuevo, ¡era muy diferente en ese tiempo! En el Libro The Last Reformation ('La Última
Reforma') se trata más al respecto de manera profunda, pero lo que ahora
queremos decir es que necesitamos cambiar nuestra mentalidad. Necesitamos
regresar al sacerdocio de todos los creyentes porque todos están llamados a
servir, y si queremos ver frutos y si queremos ver que a las iglesias
creciendo, necesitamos entender que todos son sacerdotes; que todos pueden
bautizar, y que todos pueden hacer la comunión; todos. Todos puede hacerlo en
teoría; no hay nada en la iglesia que se divida en laicos y ministerios; por
supuesto que hay líderes a los que respetamos, pero los líderes no están
"por encima" de nosotros, y los líderes no tienen "mayor
autoridad" que nosotros en el reino; ¡no!, ellos están al mismo nivel que
nosotros, para ayudar y para mostrar las cosas de la manera en que Jesús lo
hizo. Cada uno somos sacerdotes, cada uno está llamado, cada uno puede bautizar
y hacer todo lo que la Biblia diga, Jesús vino con esto. ¿Y qué pasa con el
Espíritu Santo? Jesús nos enseña que el Espíritu Santo, el mismo poder que
levantó a Jesús de entre los muertos, vive dentro de nosotros. Todos tenemos el
mismo Espíritu Santo; la misma unción.
2.16. El Espíritu Santo es el mismo en
los nuevos creyentes
Recuerdo
que tuve una reunión en Polonia y realmente había tratado de enseñar esto en
Polonia; traté mucho en Polonia donde es así y su mentalidad mata a la iglesia
y hacen todo en base al lugar; pero tuve una reunión en Polonia y había una
chica joven que fue salva y bautizada con el Espíritu Santo, y luego había un
hombre por el que oré y se cayó, y se manifestó un demonio, y él iba a ser
librado de un demonio, así que llevé a la chica que acababa de ser salva y le
dije, 'ven conmigo', 'este es un demonio. Tú tienes el Espíritu Santo dentro de
ti, así que, ahora, sólo quédate aquí y háblale a eso y ordénale que se vaya;
puedes hacerlo. Y eso hice, y seguí orando por la gente y vi que uno de los
ancianos de la iglesia fue a ella y le dijo algo, y ella se levantó y volvió a
sentarse de nuevo, y me molesté mucho cuando vi eso así que de nuevo fui a ella
y le dije 'Bien, estás conmigo, es mi reunión; hazlo y continúa'; y ella fue
otra vez, pero una vez más ese hombre se le acercó y le dijo algo y ella se
volvió a ir, así que me acerqué a él y le dije: ¿Qué es lo que está sucediendo
aquí?, y él me dijo: "Bueno, es que esto es un demonio", y le dije
"Sí", y él dijo "Y ella es nueva", y yo le dije,
"Sí". Y él decía, "Ella nunca antes ha hecho esto", y le
dije, "Sí; pero ella tiene el mismo Espíritu Santo que usted y yo, y ella
nunca lo va a intentar si no dejamos que empiece a hacerlo, y ahora es un buen
momento para empezar, y esta es mi reunión". Y es que eso me molestó mucho
porque, de alguna manera, él estaba obstaculizando su aprendizaje y su
crecimiento, porque su mentalidad era demasiado tradicional.
Así
que le pedí a ella que viniera de nuevo, y le dije: "Esta es mi reunión, y
voy a hablar con el pastor después"; así que la llevé de nuevo y le dije,
"Ahora, ora y ordénale al demonio que se vaya". Y la siguiente persona
por la que oré fue una mujer que vino y me dijo, "Oh, ¿puede orar por mí?
Hace muchos años, desde hace 20 años que perdí algo. Cuando fui salva yo estaba
llena de fuego; todo el tiempo estaba hablando de Dios y oraba por la gente,
pero después, un líder en la iglesia vino a mí y me dijo que yo no podía hacer
eso porque ser mujer y sus palabras de alguna manera me mataron y desde
entonces el fuego se me fue". Yo estaba anonadado, pero he encontrado con
esas cosas una, y otra y otra vez.
Hemos
puesto a los líderes en un pedestal, en un lugar donde no deberían estar, y,
con unas pocas palabras de alguna manera pueden matar ese entusiasmo y no
debería pasar eso. Debemos respetar a todas las personas pero todos somos
ministros; todos somos sacerdotes.
Así
que, yo oré ella y ella fue librada y el fuego comenzó a regresar, y he visto
eso una y otra vez. Así que, después fui con el pastor de esa iglesia y estuve
junto a uno de los líderes del movimiento pentecostal de Polonia, y estábamos
sentados en una cafetería y los miré y les dije: aquí tienen un problema;
ustedes no están haciendo discípulos. ¿Por qué no dejan, por ejemplo, que todos
bauticen?, ¿Por qué no dejan que la gente nueva bautice?, y el sacerdote, que
es un buen amigo mío y que respeto como amigo, pero con quien tengo desacuerdo
en su manera de ver las cosas, me dijo, "Sí, Torben, pero ellos no lo han
hecho antes", y yo le dije, "No, y nunca lo harán si ustedes no dejan
que ellos lo hagan", y él me decía, "Sí, pero no tenemos gente
madura; tenemos una gran cantidad de personas que cometen un montón de
errores", y ellos no estaban preparados para eso, y yo estaba diciéndoles
algo como "Esas personas nunca van a estar listas si ustedes no les
entrenan, si no les equipan, y dejan que ellas aprendan haciendo las cosas, y
dejen que ellas lo hagan para que crezcan", y después de eso él me
contestó algo muy increíble, que de alguna manera demostró lo mucho que tienen
puestas sus gafas religiosas; me dijo, "Torben. ¿quién bautizó a Jesús?” no
fue una mujer, no fue alguien más, fue Juan el Bautista, quien era un profeta,
y Jesús esperó 30 años para poder ser bautizado, así que no debemos bautizar a
la gente de inmediato". Y cuando lo escuché decir, honestamente, yo estaba
escandalizado. ¿Cómo puede un hombre con un gran iglesia, en muchos aspectos
muy inteligente, que ha leído la Biblia muchos años, decir algo como esto? ¡Uno
no puede utilizar ese aspecto de Jesús diciendo que tenemos que esperar 30 años
para ser bautizados!, y decir luego que la gente no debe ser bautizada
inmediatamente; no se puede utilizar como ejemplo a Juan, que era especial, y
además, la Biblia dice que el menor en el reino de los cielos es más grande que
Juan.
Pero
en esa clase de cosas uno ve que esa mentalidad ha destruido a la iglesia y
ahora este hombre se ha apagado y él está muy frustrado y se pregunta, '¿por
qué la gente no crece?, ¿por qué no sucede algo en la iglesia? ¿Por qué estoy
apagándome?, ¿por qué es tan difícil ser pastor?', y si le preguntaras a la
gente en la iglesia, '¿quieres hacer lo que él está haciendo?', la gente te
diría que no, 'Yo no quiero empezar una iglesia, porque esto es muy duro, para
él es difícil'. Y eso es porque estamos edificándonos sobre un fundamento
equivocado; es difícil porque el enfoque es erróneo. Sí, claro que hay líderes
en la iglesia, y sí, claro que hay pastores, pero esas cosas son una función no
una posición. Ser un pastor es una función. Ser un evangelista no es una
posición; ser un profeta no es una posición; es una función. Cuando es una
función en una iglesia, no está "encima de" las personas, sino a su
lado: es para servir a la gente. Todo el mundo puede hacer el ministerio: por
eso Jesús estaba en contra de gran parte de eso. Cuando se es salvo, se recibe
el Espíritu Santo; uno ya no tiene que andar corriendo de una reunión a otra;
si uno quiere crecer y llenarse, la Biblia dice lo que diría en Efesios 5, que
hay ser llenados del Espíritu; pero uno no es llenado del Espíritu yendo a
reuniones; uno obtiene lo que da; da y recibirás. Lo recibiste gratuitamente,
dalo gratuitamente. Cuando empiezas a orar, cuando empiezas a dar del Espíritu
Santo, entonces la vida empieza a manifestarse, ¡sí!, y luego sí que te vas a
emocionar.
2.17. El culto: la reunión de
adoración
Por
ejemplo, acá en Dinamarca, se hacen campamentos bíblicos, y la gente de todas
las iglesias principales tienen sus campamentos bíblicos en los que la gente va
y escucha reuniones por una semana entera, y va a la reunión, y por supuesto
que muchas cosas buenas ocurren; he visto a gente que regresa de ello y es
fantástico, pero también hemos ido a conferencias o a reuniones musicales de
música que no es cristiana con 10,000 jóvenes que no conocen a Jesús, que están
tomando y celebrando, y que no conocen nada sobre Dios: hemos ido allí con
gente nueva y con gente que ama a Jesús y les hemos hablado de Jesús y cada
gente que ha estado con nosotros regresa a casa pensando, "Esto ha sido
fantástico", escribiendo en Facebook que ha sido de lo mejor, "Fui
cambiado, fui llenado de verdad", y los ves emocionados y siempre es así.
Y para ser honesto, no he visto a mucha gente que después de ir a una reunión
nuestra sea igual, pero sí he visto a mucha gente que cada vez se emociona más
cuando da, cuando sirve, cuando están emocionados de hacerlo, porque esto es a
lo que estamos llamados, cuando cambias esa mentalidad, eso es lo que
experimentas.
Lo
último que trataremos en esta ocasión es respecto a la reunión de adoración. El
servicio de adoración es cuando te entregas a Dios como un sacrificio viviente
y te vuelves las manos y los pies de Jesús; y esto es el lunes, el martes, el
miércoles, el jueves, el viernes, para reunión de adoración también. Pero el
culto no solo es esto; la adoración es para Dios cuando te entregas a Él y
sales y eres esa misma iglesia; cuando te reúnes con gente y se sientas y conversas,
también eres la iglesia; cuando vas a las calles y evangelizas y le hablas a la
gente de Dios, eso también es de alguna manera adoración; es un servicio a
Dios.
2.18. En síntesis…
Queremos
concluir esta lección con esto: La religión, nuestro sistema, nos dice que la
iglesia es un lugar especial al cual se van a hacer cosas especiales, con un
sacerdote que es especial, con gente que hace cosas especiales allí, que tiene
una educación, que ha sido aprobada por el sistema, y que de alguna manera,
aquellos que pueden bautizar y que pueden dirigir la comunión, se interponen
entre nosotros y Dios; y que la reunión de adoración tiene que ser un domingo y
en un lugar especial en el que tienes que hacer cosas especiales porque cuando
no haces esas cosas especiales, no puedes decir que es una reunión de
adoración; y que el Espíritu Santo da una unción sólo para unas cuantas
personas selectas. Esa era la mentalidad que tuve durante muchos años porque
tenía la mentalidad de que mi vida era totalmente diferente de lo que había
leído en el Libro de los Hechos y de lo que sé ahora.
Porque
ahora sabemos que nosotros somos la iglesia -- tú y yo --; ahora entendemos que
nosotros somos el templo -- tengo el Espíritu Santo dentro de mí; la unción, el
mismo poder que resucitó a Jesús de entre los muertos, vive dentro de m; que no
necesito centrarme en conseguir una gran cantidad de dones que ya están en
Jesús, nosotros -- tú y yo -- somos sacerdotes, estamos llamados, podemos
bautizar.
2.19. El Espíritu da libertad
Hace
no mucho tiempo que estuve en Alemania y vi a mucha gente ser salva y
bautizada, y no hace muchos días un sacerdote de Alemania me escribió una
carta, diciéndome, "Torben, ¿qué autoridad le ha dado permiso de bautizar
a las personas?", y él estaba en mi contra porque todo eso no había
ocurrido allí en su iglesia. Pero Jesús nos ha dado la autoridad, porque Jesús
nos ha llamado de la misma forma a usted y a mí. Nosotros, tú y yo, somos
sacerdotes; nosotros -- tú y yo -- somos la iglesia; tenemos al Espíritu Santo.
Y el culto es parte de la vida; algo hacemos día a día.
Lo
que queremos que hagas para la próxima semana hasta nuestra próxima lección es
que, mientras sigues leyendo el Libro de los Hechos, intenta tomar las verdades
que hemos visto, y trata de entenderlo; reafírmate, "Yo soy el templo de
Dios, yo soy la Iglesia"; recuérdalo cuando estés de compras, en una fila,
en un centro comercial, que somos la
iglesia y somos sacerdotes: "Yo soy un sacerdote"; para esa gente de
aquí, "Yo soy un sacerdote", "yo soy la iglesia", "estoy
llamado a compartir a esas personas y hacer reuniones de adoración"; De
alguna manera, es como ofrecerte a ti mismo como un sacrificio vivo para Dios,
y cuando nos convertimos en las manos y los pies de Jesús, de alguna manera lo
adoramos; le honramos al decir eso; y entendamos que tenemos el mismo espíritu
que resucitó a Jesús de entre los muertos. Esto es lo que queremos compartir
este tiempo con usted; tome estas simples verdad: "Yo soy la iglesia; yo
soy el templo; el Espíritu Santo está en mí; yo soy un sacerdote; yo he sido
llamado por Dios; tengo un llamado de Dios; no tengo que esperar, también yo
tengo el Espíritu Santo dentro de mí; para la unción, no tengo que ir de
reunión en reunión para recibir algo nuevo; ya lo tengo; Jesús ya me ha mandado
y me dice que hacer, así que lo leo y salgo a orar por los enfermos, a imponer
las manos sobre los enfermos, y la gente quiere ser sanada. Yo soy el
sacerdote, porque soy la iglesia, porque yo adoro a Dios entregando mi cuerpo a
Él, lo hago"; hagamos eso y entonces veremos cosas asombrosas.
Sólo
quiero decirles que lo que está ocurriendo ahora conmigo es una libertad, estoy
relajado; yo también estuve trabajando como sacerdote; yo era un sacerdote en
la forma tradicional y no estaba contento porque la gente no estaba creciendo,
y yo estaba luchando y luchando tratando de hacer todo, pero me di cuenta de lo
que era este modo de pensar y cambié; y ahora soy mucho más fructífero de lo
que nunca lo fui antes; no puedo perder a la gente porque no poseo a la gente;
así que no puedo perderla; pero no perdí a la gente porque cuando la gente vio
que yo quería ayudarlos a ser libres y servirles de alguna manera, me
respetaron, no porque fuesen miembros, no por lo que yo tenía, sino por amor;
por causa de respeto.
Así
que, lo que quiero decirles a ustedes que son predicadores, o ustedes que son
líderes en la iglesia es que esto va a liberarles; esta enseñanza va a liberar
a la iglesia de nuevo. Yo no estoy en contra de la Iglesia; no estoy en contra
de la iglesia; pero esto es libertad. Recientemente escuché algunas
estadísticas de algunos pastores, de que el 80% de los pastores en está
luchando con el estrés en la vida diaria de la iglesia, así que mucha gente
prefiere renunciar antes de tiempo; antes de convertirse en líderes o en
pastores, a causa de su estrés el cual se pasa a la familia y causa problemas
en la familia y en los hijos; a ustedes que están trabajando todo el tiempo y
que están haciendo todas las cosas, de alguna manera es un trabajo infiel el
seguir siendo sacerdotes de la antigua manera; pero Jesús no vino con un
trabajo de infieles; sí; él nos llama a ser líderes, pero tenemos que hacerlo
de la manera correcta; a su manera; sólo así se podrán producir frutos y sólo
así podrá experimentarse la libertad
dentro de sí mismos.