Sarai
era estéril, y no tenía hijo. (Génesis
11:30)
1Cuando
Abram tenía noventa y nueve años, el SEÑOR se le apareció, y le
dijo: Yo
soy el Dios Todopoderoso; anda delante de mí, y sé perfecto. 2Y yo
estableceré mi pacto contigo,
y te multiplicaré en gran manera.
(Génesis
17:1)
17
Entonces Abraham se postró sobre su rostro y se rió, y dijo en su
corazón: ¿A un hombre de cien años le nacerá un hijo? ¿Y Sara,
que tiene noventa años, concebirá? 18 Y dijo Abraham a Dios: ¡Ojalá
que Ismael viva delante de ti! 19 Pero Dios dijo: No, sino que Sara,
tu mujer, te dará un hijo, y le pondrás el nombre de Isaac; y
estableceré mi pacto con él, pacto perpetuo para su descendencia
después de él. (Génesis
17:17-19) 2
Por eso, Sara se rió y pensó: «¿Acaso voy a tener este placer,
ahora que ya estoy consumida y mi esposo es tan viejo?» 13 Pero el
Señor le dijo a Abraham: ―¿Por qué se ríe Sara? ¿No cree que
podrá tener un hijo en su vejez? 14 ¿Acaso
hay algo imposible para el Señor?
El
año que viene volveré a visitarte en esta fecha, y para entonces
Sara habrá tenido un hijo.15 Entonces Sara negó, diciendo: No me
reí; porque tuvo miedo. Y él dijo: No es así, sino que te has
reído.
(Génesis 18:12-16)
26
y dijo: Si oyeres atentamente la voz del SEÑOR tu Dios, e hicieres
lo recto delante de sus ojos, y dieres oído a sus mandamientos, y
guardares todos sus estatutos, ninguna
enfermedad, de las que envié a los egipcios,
te
enviaré a ti; porque yo soy el SEÑOR tu Sanador.
(Éxodo
15:26)
25
Mas al SEÑOR vuestro Dios serviréis, y él
bendecirá tu pan y tu agua; y yo quitaré toda enfermedad de en
medio de ti.
(Éxodo
23:25)
12
Y será que, por haber oído estos derechos, y haberlos guardado y
puesto por obra, el SEÑOR tu Dios guardará contigo el pacto y la
misericordia que juró a tus padres; 13 y te amará, y te bendecirá,
y te multiplicará; y
bendecirá el fruto de tu vientre, y el fruto de tu tierra, y tu
grano, y tu mosto, y tu aceite,
la cría de tus vacas, y los rebaños de tus ovejas, en la tierra que
juró a tus padres que te daría. 14 Bendito serás más que todos
los pueblos; no habrá en ti macho ni hembra estéril, ni en tus
bestias. 15 Y
quitará el SEÑOR de ti toda enfermedad; y todas las malas plagas de
Egipto, que tú conoces; no las pondrá sobre ti,
antes las pondrá sobre todos los que te aborrecieren. (Deuteronomio
7:12-24)
5
...Jehová había cerrado su matriz. 6 Y su competidora la irritaba,
enojándola y entristeciéndola, porque Jehová había cerrado su
matriz. 7 Y así hacía cada año: cuando subía a
la casa de Jehová, enojaba así á la otra; por lo cual ella
lloraba, y no comía. 8 Y Elcana su marido le dijo: Anna, ¿por qué
lloras? ¿y por qué no comes? ¿y por qué está afligido tu
corazón? ¿No te soy yo mejor que diez hijos? 9 Y levantóse Anna
después que hubo comido y bebido en Silo; y mientras el sacerdote
Eli estaba sentado en una silla junto á un pilar del templo de
Jehová, 10 Ella
con amargura de alma oró a
Jehová, y lloró abundantemente.
11 E hizo voto, diciendo: Jehová de los ejércitos, si te dignares
mirar la aflicción de tu sierva, y te acordares de mí, y no te
olvidares de tu sierva, mas dieres a
tu sierva un hijo varón, yo lo dedicaré a
Jehová todos los días de su vida, y no subirá navaja sobre su
cabeza. 12 Y fue
que mientras
ella oraba
largamente delante de Jehová,
Eli estaba observando la boca de ella. 13 Mas Anna
hablaba en su corazón,
y solamente se movían sus labios, y su voz no se oía; y túvola Eli
por borracha. 14 Entonces le dijo Eli: ¿Hasta cuándo estarás
borracha?; digiere tu vino. 15 Y Anna le respondió, diciendo: No,
señor mío: mas yo soy
una mujer trabajada de espíritu:
no
he bebido vino ni sidra, sino que he
derramado mi alma delante de Jehová.
16 No tengas á tu sierva por una mujer impía: porque
por la magnitud de mis congojas y de mi aflicción he hablado hasta
ahora. 17
Y Eli respondió, y dijo: Ve en paz, y el Dios de Israel te otorgue
la petición que le has hecho.
(1
Samuel 1:9-17)
18
Y ella dijo: Halle tu sierva gracia delante de tus ojos. Y se fue la
mujer por su camino, y comió, y no estuvo más triste. 19 Y
levantándose de mañana, adoraron delante del SEÑOR, y volvieron, y
llegaron a su casa en Ramá. Y Elcana conoció a Ana su mujer, y
el
SEÑOR se acordó de ella. 20 Y fue que al pasar el tiempo, Ana
concibió,
y dio a luz un hijo, y le puso por nombre Samuel (oído
por
Dios), diciendo: Porque
se lo he pedido al
SEÑOR. (1
Samuel 1:18-20)
35
Cuando
el cielo se cerrare, y no haya lluvias, por haber pecado contra ti, y
te rogaren en este lugar, y confesaren tu nombre, y se volvieren del
pecado, cuando los hubieres afligido; 36 tú oirás en los cielos, y
perdonarás el pecado de tus siervos y de tu pueblo Israel,
enseñándoles el buen camino en que anden; y darás lluvias sobre tu
tierra, la cual diste a tu pueblo por heredad.
37
Cuando en la tierra hubiere hambre, o pestilencia; o hubiere
tizoncillo, o niebla; o hubiere langosta, o pulgón; si sus enemigos
los tuvieren cercados en la tierra de su domicilio; cualquier plaga o
enfermedad que sea ; 38
toda
oración y toda súplica que hiciere cualquier hombre, o todo tu
pueblo Israel, cuando cualquiera sintiere la plaga de su corazón, y
extendiere sus manos a esta Casa; 39 tú oirás en los cielos, en la
habitación de tu morada, y perdonarás, y obrarás, y darás a cada
uno conforme a todos sus caminos, cuyo corazón tú conoces (porque
sólo tú conoces el corazón de todos los hijos de los hombres);
40 para que te teman todos los días que vivieren sobre la faz de la
tierra que tú diste a nuestros padres. 41 Asimismo el extranjero,
que no es de tu pueblo Israel, que hubiere venido de lejanas tierras
a causa de tu nombre, 42 (porque habrán oído de tu gran nombre, y
de tu mano fuerte, y de tu brazo extendido), y viniere a orar a esta
Casa; 43 tú oirás en los cielos, en la habitación de tu morada, y
harás conforme a todo aquello por lo cual el extranjero hubiere
clamado a ti; para que todos los pueblos de la tierra conozcan tu
nombre, y te teman, como tu pueblo Israel, y sepan que tu nombre es
invocado sobre esta Casa que yo edifiqué. (1
Reyes 8:35-43)
17
Después de estas cosas aconteció que cayó enfermo el hijo de la
señora de la casa, y la enfermedad fue tan grave, que no quedó en
él aliento. 18 Y ella dijo a Elías: ¿Qué tengo yo contigo, varón
de Dios? ¿Has venido a mí para traer en memoria mis iniquidades, y
para hacerme morir mi hijo? 19 Y él le dijo: Dame acá tu hijo.
Entonces él lo tomó de su regazo, y lo llevó a la cámara donde él
estaba, y lo puso sobre su cama; 20 y clamando al SEÑOR, dijo: SEÑOR
Dios mío, ¿aun a la viuda en cuya casa yo estoy hospedado has
afligido, matándole su hijo? 21 Y se midió sobre el niño tres
veces, y
clamó al SEÑOR, y dijo: SEÑOR Dios mío, te ruego que vuelva el
alma de este niño a sus entrañas. 22 Y el SEÑOR oyó la voz de
Elías, y el alma del niño volvió a sus entrañas, y revivió. 23
Tomando luego Elías al niño, lo trajo de la cámara a la casa, y lo
dio a su madre, y le dijo Elías: Mira, tu hijo vive. 24 Entonces la
mujer dijo a Elías: Ahora conozco que tú eres varón de Dios, y que
la palabra del SEÑOR es verdad en tu boca.
(1
Reyes 17:17-24)
19
Y los hombres de la ciudad dijeron a Eliseo: He aquí el asiento de
esta ciudad es bueno, como mi señor ve; mas las aguas son malas, y
la tierra enferma. 20 Entonces él dijo: Traedme una botija nueva, y
poned en ella sal. Y se la trajeron. 21 Y saliendo él a los
manaderos de las aguas, echó dentro la sal, y dijo: Así
ha dijo el SEÑOR: Yo sané estas aguas, y no habrá más en ellas
muerte ni enfermedad. 22 Y fueron sanas las aguas hasta hoy,
conforme a la palabra que habló Eliseo. (2
Reyes 2:19-22)
1
En aquellos días cayó Ezequías enfermo de muerte, y vino a él
Isaías profeta hijo de Amós, y le dijo: El SEÑOR dice así: Dispón
de tu casa, porque has de morir, y no vivirás. 2 Entonces volvió
él su rostro a la pared, y oró al SEÑOR, y dijo: 3 Te ruego, oh
SEÑOR, te ruego que hagas memoria de que he andado delante de ti en
verdad y en corazón perfecto; y que he hecho las cosas que te
agradan. Y lloró Ezequías con gran lloro.
4 Y antes que Isaías saliese hasta la mitad del patio, vino palabra
del SEÑOR a Isaías, diciendo: 5 Vuelve, y di a Ezequías, príncipe
de mi pueblo: Así
dice el SEÑOR, el Dios de David tu padre: Yo he oído tu oración, y
he visto tus lágrimas; he aquí yo te sano;
al tercer día subirás a la Casa del SEÑOR. (2
Reyes 20:1-5)
26
Si los cielos se cerraren, que no haya lluvias por haber pecado
contra ti, si
oraren a ti en este lugar, y confesaren tu Nombre, y se convirtieren
de sus pecados, cuando los afligieres, 27 tú los oirás en los
cielos, y perdonarás el pecado de tus siervos, y de tu pueblo
Israel, y les enseñarás el buen camino para que anden en él, y
darás lluvia sobre tu tierra,
la cual diste por heredad a tu pueblo. 28 Y si hubiere hambre en la
tierra, o si hubiere pestilencia; si hubiere tizoncillo o añublo,
langosta o pulgón; o si los cercaren sus enemigos en la tierra de
sus ciudades; o cualquier aflicción o enfermedad que sea; 29 toda
oración y todo ruego que hiciere cualquier hombre, o todo tu pueblo
Israel, o cualquiera que conociere su aflicción y su dolor en su
corazón, si extendiere sus manos a esta Casa, 30 tú oirás desde
los cielos, desde el lugar de tu habitación, y perdonarás, y darás
a cada uno conforme a sus caminos, habiendo conocido su corazón
(porque solo tú conoces el corazón de los hijos de los hombres);
31 para que te teman y anden en tus caminos, todos los días que
vivieren sobre la faz de la tierra que tú diste a nuestros padres.
32 Y también al extranjero que no fuere de tu pueblo Israel, que
hubiere venido de lejanas tierras a causa de tu grande Nombre, y de
tu mano fuerte, y de tu brazo extendido, si vinieren, y oraren en
esta Casa, 33 tú oirás desde los cielos, desde la habitación de tu
morada, y harás conforme a todas las cosas por las cuales hubiere
clamado a ti el extranjero; para que todos los pueblos de la tierra
conozcan tu Nombre, y te teman como tu pueblo Israel, y sepan que tu
Nombre es invocado sobre esta Casa que he edificado yo. 34 Si tu
pueblo saliere a la guerra contra sus enemigos por el camino que tú
los enviares, y oraren a ti hacia esta ciudad que tú elegiste, hacia
la Casa que he edificado a tu Nombre, 35
tú oirás desde los cielos su oración y su ruego, y harás su
juicio.
36 Si pecaren contra ti, (pues no hay hombre que no peque,) y te
airares contra ellos, y los entregares delante de sus enemigos, para
que los que los tomaren los lleven cautivos a tierra de enemigos,
lejos o cerca, 37 Y ellos volvieren en sí en la tierra donde fueren
llevados cautivos; si se convirtieren, y oraren a ti en la tierra de
su cautividad, y dijeren: Pecamos, hemos hecho inicuamente,
impíamente hemos obrado; 38 si se convirtieren a ti de todo su
corazón y de toda su alma en la tierra de su cautividad, donde los
hubieren llevado cautivos, y oraren hacia su tierra que tú diste a
sus padres, hacia la ciudad que tu elegiste, y hacia la Casa que he
edificado a tu Nombre; 39 tú
oirás desde los cielos, desde la morada de su habitación, su
oración y su ruego, y harás su juicio, y perdonarás a tu pueblo
que pecó contra ti. 40 Ahora, pues, oh Dios mío, te ruego estén
abiertos tus ojos, y atentos tus oídos a la oración en este lugar.
(2
Crónicas 6:26-40)
"Si
se humillare mi pueblo, sobre el cual mi nombre es invocado, y
oraren, y buscaren mi rostro, y se convirtieren de sus malos caminos;
entonces yo oiré desde los cielos, y perdonaré sus pecados, y
sanaré su tierra" (2
Crónicas 7:14)
24
En aquel tiempo Ezequías enfermó de muerte; y oró al SEÑOR, el
cual le respondió, y le dio una señal. 25 Mas Ezequías no pagó
conforme al bien que le había sido hecho; antes se enalteció su
corazón, y fue la ira contra él, y contra Judá y Jerusalén. 26
Pero
Ezequías, después de haberse enaltecido su corazón, se humilló,
él y los moradores de Jerusalén; y no vino sobre ellos la ira del
SEÑOR
en los días de Ezequías. (2
Crónicas 32:24-26)
1
Y otro día aconteció que vinieron los hijos de Dios para
presentarse delante del SEÑOR, y vino también entre ellos Satanás
compareciendo delante del SEÑOR. 2 Y dijo el SEÑOR a Satanás: ¿De
dónde vienes? Respondió Satanás al SEÑOR, y dijo: De rodear la
tierra, y de andar por ella. 3 Y el SEÑOR dijo a Satanás: ¿No has
considerado a mi siervo Job, que no hay otro como él en la tierra,
varón perfecto y recto, temeroso de Dios y apartado de mal, y que
aún retiene su perfección, habiéndome tú incitado contra él,
para que lo arruinara sin causa? 4 Y respondiendo Satanás dijo al
SEÑOR: Piel por piel, todo lo que el hombre tiene dará por su alma.
5 Mas extiende ahora tu mano, y tócalo a él mismo, y a su carne, y
verás si no te blasfema en tu rostro. 6 Y el SEÑOR dijo a Satanás:
He aquí, él está en tu mano; mas guarda su vida. 7 Y salió
Satanás de delante del SEÑOR, e hirió a Job de una maligna sarna
desde la planta de su pie hasta la coronilla de su cabeza. 8 Y tomaba
una teja para rascarse con ella, y estaba sentado en medio de ceniza.
9 Entonces le dijo su mujer: ¿Aún retienes tu simplicidad? Blasfema
a Dios, y muérete. 10 Y él le dijo: Como suele hablar cualquiera de
las locas, has hablado. Está bien: recibimos
el bien de Dios, ¿y el mal no lo recibiremos?
En todo esto no pecó Job con sus labios. 11 Y tres amigos de Job,
Elifaz temanita, y Bildad suhita, y Zofar naamatita, luego que oyeron
todo este mal que le había sobrevenido, vinieron cada uno de su
lugar; porque habían concertado de venir juntos a condolerse de él,
y a consolarle. 12 Los cuales alzando los ojos desde lejos, no lo
conocieron, y lloraron a voz en grito; y cada uno de ellos rasgó su
manto, y esparcieron polvo sobre sus cabezas hacia el cielo. 13 Así
se sentaron con él en tierra por siete días y siete noches, y
ninguno le hablaba palabra, porque veían que el dolor era muy
grande. (Job
2)
…17He
aquí, cuán bienaventurado es el hombre a quien Dios reprende; no
desprecies, pues, la disciplina del Todopoderoso. 18Porque
El
inflige dolor, pero da alivio; El hiere, pero sus manos también
sanan. 19De seis aflicciones te librará, y en siete no te tocará el
mal.
(Job
5:17-19)
Job
respondió al SEÑOR, y dijo: 2 Yo sé que tú puedes hacer todas las
cosas, y que ningún propósito tuyo puede ser estorbado. 3 ‘’¿Quién
es éste que oculta el consejo sin entendimiento? Por tanto, he
declarado lo que no comprendía, cosas demasiado maravillosas para
mí, que yo no sabía. 4 00Escucha
ahora, y hablaré; te preguntaré y tú me instruirás. 5 He sabido
de ti sólo de oídas, pero ahora mis ojos te ven. 6 Por eso
me retracto, y me arrepiento en polvo y ceniza.
(Job
42:1-6)
10Y
el
SEÑOR restauró el bienestar de Job cuando
éste oró por sus amigos;
y
el SEÑOR aumentó al doble todo lo que Job había poseído.
Y vinieron a él todos sus hermanos, y todas sus hermanas, y todos
los que antes le habían conocido, y comieron con él pan en su casa,
y se condolieron de él, y le consolaron de todo aquel mal que el
SEÑOR había traído sobre él. Y cada uno de ellos le dio una
oveja, y una joya de oro.
(Job
42:10)
1
Salmo de canción al estrenar la casa de David: Te ensalzaré, oh
SEÑOR; porque me has ensalzado; y no hiciste alegrar mis enemigos de
mí. 2
SEÑOR Dios mío, clamé a ti, y me sanaste. 3 Oh SEÑOR, hiciste
subir mi alma del sepulcro; me diste vida de mi descendimiento a la
sepultura.
4 Cantad al SEÑOR sus misericordiosos, y celebrad la memoria de su
santidad. 5 Porque un momento hay en su furor; mas en su voluntad
está la vida: por la tarde durará el lloro, y a la mañana vendrá
la alegría. 6 Y dije yo en mi prosperidad: No seré jamás
conmovido; 7 porque tú , SEÑOR, por tu benevolencia has asentado mi
monte con fortaleza. Escondiste tu rostro, fui conturbado. 8 A
ti, oh DIOS, llamaré; y al Señor suplicaré. 9 ¿Qué provecho hay
en mi muerte, cuando yo descendiere al hoyo?
¿Te alabará el polvo? ¿Anunciará tu verdad? 10 Oye,
oh SEÑOR, y ten misericordia de mí: SEÑOR, sé tú mi ayudador.
11 Has tornado mi endecha en baile; desataste mi cilicio, y me
ceñiste de alegría. 12 Por tanto a ti canté gloria, y no callé;
SEÑOR Dios mío, te alabaré para siempre. (Salmos
30:1-12)
1
Salmo de David, digno de memoria. SEÑOR, no me reprendas en tu
furor, ni me castigues en tu ira. 2 Porque tus saetas descendieron en
mí, y sobre mí ha descendido tu mano. 3 No
hay sanidad en mi carne a causa de tu ira; ni hay paz en mis huesos a
causa de mi pecado. 4 Porque mis iniquidades han sobrepasado mi
cabeza; como carga pesada se han agravado sobre mí.
5 Se pudrieron y se corrompieron mis llagas, a causa de mi locura. 6
Estoy
encorvado, estoy humillado en gran manera, ando enlutado todo el día.
7 Porque mis caderas están llenas de ardor, y no hay sanidad en mi
carne.
8
Estoy debilitado y molido en gran manera; bramo a causa del alboroto
de mi corazón. 9 Señor, delante de ti están todos mis deseos; y mi
suspiro no te es oculto.
10 Mi corazón está acongojado, me ha dejado mi vigor; y aun la
misma luz de mis ojos no está conmigo. 11 Mis amigos y mis
compañeros se quitaron de delante de mi plaga; y mis cercanos se
pusieron lejos. 12 Y los que buscaban mi alma armaron lazos; y los
que procuraban mi mal hablaban iniquidades, y todo el día meditaban
fraudes. 13 Mas yo, como si fuera sordo no oía; y estaba como un
mudo, que no abre su boca. 14 Fui pues como un hombre que no oye, y
que en su boca no tiene reprensiones. 15
Porque a ti, oh SEÑOR, he esperado; tú responderás, SEÑOR Dios
mío. 16
Porque dije: Que no se alegren de mí; ni cuando mi pie resbalare, se
engrandezcan sobre mí. 17 Porque yo
estoy a punto de claudicar, y mi dolor está delante de mí
continuamente. 18 Por tanto denunciaré mi maldad; me acongojaré por
mi pecado.
19 Porque mis enemigos son vivos y fuertes; y se han aumentado los
que me aborrecen sin causa; 20 y pagando mal por bien me son
contrarios, por seguir yo lo bueno. 21 No me desampares, oh SEÑOR;
Dios mío, no te alejes de mí. 22 Apresúrate a ayudarme, Señor de
mi salud. (Salmos
38)
1
Al Vencedor: Salmo de David. Bienaventurado el que entiende sobre el
pobre; en el día malo lo librará el SEÑOR. 2 El SEÑOR lo guarde,
y le dé vida: sea bienaventurado en la tierra, y no lo entregues a
la voluntad de sus enemigos. 3 El
SEÑOR lo sustentará sobre el lecho del dolor; mullirás toda su
cama en su enfermedad. 4 Yo dije: SEÑOR, ten misericordia de mí;
sana mi alma,
porque contra ti he pecado.
(Salmos
41:1-4)
Ten
misericordia de mí, oh Dios, conforme a tu misericordia; conforme a
la multitud de tus piedades rae mis rebeliones. 2 Lávame más y más
de mi maldad, y límpiame de mi pecado. 3 Porque yo reconozco mis
rebeliones; y mi pecado está siempre delante de mí. 4 Contra ti,
contra ti solo he pecado, y he hecho lo malo delante de tus ojos;
para que seas reconocido justo en tu palabra, y tenido por puro en tu
juicio. 5 He aquí, en maldad he sido formado, y en pecado me
concibió mi madre. 6 He aquí, tú amas la verdad en lo íntimo; y
en lo secreto me has hecho comprender sabiduría. 7 Purifícame
con hisopo, y seré limpio; lávame, y seré emblanquecido más que
la nieve. 8 Hazme oír gozo y alegría; y se recrearán los huesos
que has abatido.
9 Esconde tu rostro de mis pecados, y rae todas mis maldades. 10 Crea
en mí, oh Dios, un corazón limpio; y renueva un espíritu recto
dentro de mí. 11 No me eches de delante de ti; y no quites de mí tu
santo Espíritu. 12 Vuélveme
el gozo de tu salud; y tu espíritu de libertad me sustentará.
13 Enseñaré a los prevaricadores tus caminos; y los pecadores se
convertirán a ti. 14
Líbrame de delitos
de sangre,
oh Dios, Dios de mi salud; cantará mi lengua tu justicia. 15
Señor, abre mis labios; y publicará mi boca tu alabanza. 16 Porque
no quieres sacrificio, que yo lo daría; no quieres holocausto. 17
Los
sacrificios de Dios son el espíritu quebrantado; al corazón
contrito y humillado no despreciarás tú, oh Dios.
(Salmos
51:1-17)
“Bendice,
alma mía, al SEÑOR, y no olvides ninguno de sus beneficios.
3El es el que perdona todas tus iniquidades, el
que sana todas tus enfermedades; 4el que rescata de la fosa tu vida,
el que te corona de bondad y compasión 5
el que sacia de bien tu boca de modo que te rejuvenezcas como el
águila.”
(Salmos 103:3-2)
"Cumplirá
el deseo de los que le temen, también escuchará
su clamor y los salvará"
(Salmos
145:19).
“Él
sana a los quebrantados de corazón, y venda sus heridas”
(Salmos
147:3)
6
Porque el alto SEÑOR mira al humilde; y al altivo no lo conoce. 7 Si
anduviere yo por medio de la angustia, tú me vivificarás;
contra la ira de mis enemigos extenderás tu mano, y tu diestra me
salvará. 8 El SEÑOR cumplirá por mí; tu misericordia, oh SEÑOR,
es para siempre; no
dejarás la obra de tus manos.
(Salmos 138:6-8)
3
El
que sana a los quebrantados de corazón, y el que liga sus heridas.
4 El que cuenta el número de las estrellas; a todas ellas llama por
sus nombres. 5 Grande es el Señor nuestro, y de mucho poder; y su
entendimiento es infinito. (Salmos
147:3-5)
1
En aquellos días cayó Ezequías enfermo para morir; y vino a él
Isaías Profeta, hijo de Amoz, y le dijo: El SEÑOR dice así: Ordena
tu casa, porque tú morirás, y no vivirás. 2 Entonces
volvió Ezequías su rostro a la pared, e hizo oración al SEÑOR. 3
Y dijo: Oh SEÑOR, te ruego te acuerdes ahora que he andado delante
de ti en verdad y con íntegro corazón; y que he hecho lo que ha
sido agradable delante de tus ojos. Y
lloró Ezequías con gran lloro. 4
Entonces vino palabra del SEÑOR a Isaías, diciendo: 5 Ve, y di a
Ezequías: El SEÑOR Dios de David tu padre dice así: Tu
oración he oído, y tus lágrimas he visto; he aquí que yo añado a
tus días quince años. 6 Y te libraré, y a esta ciudad, de mano del
rey de Asiria; y a esta ciudad ampararé.
7 Y esto te será señal de parte del SEÑOR, que el SEÑOR hará
esto, que ha dicho: 8 He aquí, que yo vuelvo atrás la sombra de los
grados, que ha descendido en el reloj de Acaz por el Sol, diez
grados. Y el Sol fue tornado diez grados atrás, por los cuales había
ya descendido. (Isaías
38:1-8)
"Ciertamente
El llevó nuestras enfermedades, y cargó con nuestros dolores;
con todo, nosotros le tuvimos por azotado, por herido de Dios y
afligido. Más Él fue herido por nuestras transgresiones, molido por
nuestras iniquidades. El
castigo, por nuestra paz, cayó sobre Él, y por sus heridas hemos
sido
sanados"
(Isaías
53:4-5)
Perece
el justo, y no hay quien eche de ver; y los misericordiosos son
recogidos, y no hay quien entienda que delante de la aflicción es
recogido el justo. (Isaías
57:1)
18
A causa de mi fuerte dolor, mi corazón desfallece en mí. 19
He aquí voz del clamor de la hija de mi pueblo, que viene de la
tierra lejana: ¿No está el SEÑOR en Sion? ¿No está en ella su
Rey? ¿Por qué me hicieron airar con sus imágenes de talla, con
vanidades de dios ajeno? 20 Se pasó la siega, se acabó el verano, y
nosotros no hemos sido salvos. 21 Quebrantado
estoy por el quebrantamiento de la hija de mi pueblo; entenebrecido
estoy, espanto me ha arrebatado.
22 ¿No
hay bálsamo en Galaad? ¿No hay allí médico?
¿Por qué, pues, no hubo medicina para la hija de mi pueblo? 1 ¡Oh,
si mi cabeza se tornase aguas, y mis ojos fuentes de aguas, para que
llore día y noche los muertos de la hija de mi pueblo!”
(Jeremías
8:18-22; 9:1)
"Porque
Yo
sé los planes que tengo para ustedes
--declara el SEÑOR-- planes
de bienestar y no de calamidad, para darles un futuro y una
esperanza.
Ustedes
me invocarán y vendrán a rogarme, y Yo los escucharé. y buscarán
y me encontrarán cuando me busquen de todo corazón"
(Jeremías 29:11-13)
1
Vino la palabra del SEÑOR a Jeremías por segunda vez, mientras él
estaba aún detenido en el patio de la guardia, diciendo: 2 Así dice
el SEÑOR que hizo la tierra, el SEÑOR que la formó para
establecerla; el SEÑOR es su nombre: 3 ‘’Clama
a mí, y yo te responderé y te revelaré cosas grandes e
inaccesibles, que tú no conoces.
4
Porque así dice el SEÑOR, Dios de Israel, acerca de las casas de
esta ciudad y acerca de las casas de los reyes de Judá que han sido
derribadas para hacer defensas contra los terraplenes de asalto y
contra la espada: 5 ``Mientras ellos vienen a pelear contra los
caldeos y a llenarlas con los cadáveres de los hombres que herí en
mi ira y en mi furor, pues yo había escondido mi rostro de esta
ciudad a causa de toda su maldad, 6 he
aquí, yo le traeré salud y sanidad; los sanaré y les revelaré
abundancia de paz y de verdad. 7 ‘’Restauraré el bienestar de
Judá y el bienestar de Israel y los reedificaré como eran al
principio.
8 Los
limpiaré de toda la maldad que cometieron contra mí, y perdonaré
todas las iniquidades con que pecaron contra mí y con las que se
rebelaron contra mí.
9 Y la ciudad será para mí un nombre de gozo, de alabanza y de
gloria ante todas las
naciones de la tierra,
que
oirán de todo el bien que yo le hago, y temerán y temblarán a
causa de todo el bien y de toda la paz que yo le doy.
(Jeremías
33:3-6)
“Venid,
volvamos al SEÑOR. Pues
Él nos ha desgarrado, y nos sanará; nos ha herido, y nos vendará”
(Oseas
6:1)
4Yo
sanaré su rebelión, los amaré de pura gracia; porque mi ira se
apartó de ellos.
5Yo seré a Israel como rocío; él florecerá como lirio, y
extenderá sus raíces como el Líbano.
(Oseas 14:4-5)
12Entonces
me dijo: No temas, Daniel, porque desde
el primer día en que te propusiste en tu corazón entender y
humillarte delante de tu Dios, fueron oídas tus palabras,
y a causa de tus palabras he venido. (Daniel
10:12)
11
Diles: "Vivo yo --declara el Señor DIOS-- que no me complazco
en la muerte del impío, sino en que el impío se aparte de su camino
y viva. Vuélvanse, vuélvanse de sus malos caminos. ¿Por qué
habrán de morir, oh casa de Israel?" (Ezequiel
33:11)
3
Y me dijo: Hijo de hombre, ¿vivirán estos huesos? Y dije: Señor
DIOS, tú lo sabes. 4 Me dijo entonces: Profetiza sobre estos huesos,
y diles: Huesos secos, oíd Palabra del SEÑOR. 5 Así
dijo el Señor DIOS a estos huesos: He aquí, yo hago entrar espíritu
en vosotros, y viviréis. 6 Y pondré nervios sobre vosotros, y haré
subir sobre vosotros carne, y os cubriré de piel, y pondré en
vosotros espíritu, y viviréis; y sabréis que yo soy el SEÑOR. 7
Profeticé, pues, como me fue mandado; y hubo un estruendo mientras
yo profetizaba, y he aquí un temblor; y los huesos se llegaron cada
hueso a su hueso. 8 Y miré, y he aquí nervios sobre ellos, y la
carne subió, y la piel cubrió por encima de ellos; mas no había en
ellos espíritu. 9 Y me dijo: Profetiza al espíritu, profetiza, hijo
de hombre, y di al espíritu: Así
dijo el Señor DIOS: Espíritu, ven de los cuatro vientos, y sopla
sobre estos muertos, y vivirán.
10 Y profeticé como me había mandado, y entró espíritu en ellos,
y vivieron, y estuvieron sobre sus pies, un ejército grande en
extremo. 11 Me dijo luego: Hijo de hombre, todos estos huesos son la
Casa de Israel. He aquí, ellos dicen: Nuestros huesos se secaron, y
pereció nuestra esperanza, y en nosotros mismos somos del todo
talados. 12 Por tanto, profetiza, y diles: Así dijo el Señor DIOS:
He aquí, yo abro vuestros sepulcros, y os haré subir de vuestras
sepulturas, pueblo mío, y os traeré a la tierra de Israel.
13 Y sabréis que yo soy el SEÑOR, cuando abriere vuestros
sepulcros, y os sacare de vuestras sepulturas, pueblo mío. 14 Y
pondré mi Espíritu en vosotros, y viviréis, y yo os haré reposar
sobre vuestra tierra; y sabréis que yo, el SEÑOR, hablé, y lo
hice, dijo el SEÑOR. (Ezequiel
37:3-14)
9
Vosotros, pues, orad de esta manera: ‘’Padre nuestro que estás
en los cielos, santificado sea tu nombre. 10 Venga
tu Reino. Sea hecha tu voluntad, como en el cielo, así también en
la tierra.
(Mateo
6:10)
7
Pedid,
y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá. 8
Porque todo el que pide, recibe; y el que busca, halla; y al que
llama, se le abrirá.
9 ¿O qué hombre hay entre vosotros que si su hijo le pide pan, le
dará una piedra, 10 o si le pide un pescado, le dará una serpiente?
11 Pues si
vosotros, siendo malos, sabéis dar buenas dádivas a vuestros hijos,
¿cuánto
más vuestro Padre que está en los cielos dará cosas buenas a los
que le piden? 12
Por ello,
todo cuanto queráis que os hagan los hombres, así también haced
vosotros con ellos, porque esta es la ley y los profetas. (Mateo
7:7-12)
17
para que se cumpliese lo que fue dicho por el profeta Isaías, que
dijo: El tomó nuestras enfermedades, y llevó nuestras dolencias.
(Mateo
8:17)
35Y
Jesús
recorría todas las ciudades y aldeas, enseñando en las sinagogas de
ellos, proclamando el evangelio del reino y
sanando toda enfermedad y toda dolencia.
36Y viendo
las multitudes, tuvo compasión de ellas, porque estaban angustiadas
y abatidas
como
ovejas que no tienen pastor. 37Entonces dijo a sus discípulos: La
mies es mucha, pero los obreros pocos. (Mateo
9:35-37)
"Además
les digo, que si
dos de ustedes se ponen de acuerdo sobre cualquier cosa que pidan
aquí en la tierra, les será hecho por mi Padre que está en los
cielos"
(Mateo
18:19).
26
Pero Jesús, mirándolos, les dijo: Para los
hombres eso es imposible, pero para Dios todo es posible.
(Mateo
19:26)
18
Por la mañana, cuando regresaba a la ciudad, tuvo hambre. 19 Y al
ver una higuera junto al camino, se acercó a ella, pero no halló
nada en ella sino sólo hojas, y le dijo: Nunca jamás brote fruto de
ti. Y al instante se secó la higuera. 20 Al ver esto, los discípulos
se maravillaron y decían: ¿Cómo es que la higuera se secó al
instante? 21 Respondiendo Jesús, les dijo: En
verdad os digo que si tenéis fe y no dudáis,
no sólo haréis lo de la higuera, sino que aun si decís a este
monte: ``Quítate y échate al mar, así sucederá. 22 Y
todo
lo que pidáis en oración, creyendo, lo recibiréis.
(Mateo
21:18-22)
18
Y acercándose Jesús, les habló, diciendo: Toda
autoridad me ha sido dada en el cielo y en la tierra.
19
Id, pues, y haced discípulos de todas las naciones, bautizándolos
en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, 20
enseñándoles a guardar todo lo que os he mandado; y he aquí, yo
estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo.(Mateo
28:18)
“14
Cuando volvieron a los discípulos, vieron una gran multitud que les
rodeaba, y a unos escribas que discutían con ellos. 15 Enseguida,
cuando toda la multitud vio a Jesús, quedó sorprendida, y corriendo
hacia El, le saludaban. 16 Y El les preguntó: ¿Qué discutís con
ellos? 17 Y uno de la multitud le respondió: Maestro, te traje a mi
hijo que tiene un espíritu mudo, 18 y siempre que se apodera de él,
lo derriba, y echa espumarajos, cruje los dientes y se va
consumiendo. Y dije a tus discípulos que lo expulsaran, pero no
pudieron. 19 Respondiéndoles Jesús, dijo: ¡Oh generación
incrédula! ¿Hasta cuándo estaré con vosotros? ¿Hasta cuándo os
tendré que soportar? ¡Traédmelo! 20 Y se lo trajeron. Y cuando el
espíritu vio a Jesús, al instante sacudió con violencia al
muchacho, y éste, cayendo a tierra, se revolcaba echando
espumarajos. 21 Jesús preguntó al padre: ¿Cuánto tiempo hace que
le sucede esto? Y él respondió: Desde su niñez. 22 Y muchas veces
lo ha echado en el fuego y también en el agua para destruirlo. Pero
si tú puedes hacer algo, ten misericordia de nosotros y ayúdanos.
23 Jesús le dijo: ‘’¿Cómo
si tú puedes? Todas las cosas son posibles para el que cree.
24 Al instante el padre del muchacho gritó y dijo: Creo; ayúdame en
mi incredulidad. 25 Cuando Jesús vio que se agolpaba una multitud,
reprendió al espíritu inmundo, diciéndole: Espíritu mudo y sordo,
yo te ordeno: Sal de él y no vuelvas a entrar en él. 26 Y después
de gritar y de sacudirlo con terribles convulsiones, salió: y el
muchacho quedó como muerto, tanto, que la mayoría de ellos decían:
¡Está muerto! 27 Pero Jesús, tomándolo de la mano, lo levantó, y
él se puso en pie.
“19
Entonces los discípulos, llegándose a Jesús en privado, dijeron:
¿Por
qué nosotros no pudimos expulsarlo?
20 Y El les dijo: Por
vuestra poca fe;
porque en verdad os digo que si tenéis fe como un grano de mostaza,
diréis a este monte: ‘’Pásate de aquí allá, y se pasará; y
nada os será imposible.
21
Mas esta clase no sale sino con oración y ayuno.”
(Marcos
9:23).
27
Mirándolos Jesús, dijo: "Para
los hombres es imposible, pero no para Dios, porque todas
las cosas son posibles para Dios."
(Marcos
10:27)
"Por
eso les digo que todas las cosas por las que oren y pidan, crean que
ya las han recibido, y les serán concedidas"
(Marcos
11:24)
“…17Y
estas señales acompañarán a los que han creído: en mi nombre
echarán fuera demonios, hablarán en nuevas lenguas; 18tomarán
serpientes en las manos, y aunque beban algo mortífero, no les hará
daño; sobre
los enfermos pondrán las manos, y se pondrán bien”
(Marcos
16:18).
15
Y él enseñaba en las sinagogas de ellos, y era glorificado de
todos. 16 Y vino a Nazaret, donde había sido criado; y entró,
conforme a su costumbre, el día del sábado en la sinagoga, y se
levantó a leer. 17 Y le fue dado el libro del profeta Isaías; y
cuando abrió el libro, halló el lugar donde estaba escrito: 18 El
Espíritu del Señor es sobre mí, por cuanto me ha ungido para
predicar el evangelio a los pobres; me
ha enviado para sanar a los quebrantados de corazón; para pregonar a
los cautivos libertad, y a los ciegos vista; para poner en libertad a
los quebrantados;
19 para pregonar el año agradable del Señor.
20 Y enrollando el libro, lo dio al ministro y se sentó; y los ojos
de todos en la sinagoga estaban fijos en él. 21 Y comenzó a
decirles: Hoy se ha cumplido esta Escritura en vuestros oídos.
(Lucas
4:12-21)
31
Y respondiendo Jesús, les dijo: Los
que están sanos no necesitan médico, sino los que están enfermos.
(Lucas
5:31)
1
Y les refería Jesús una parábola para enseñarles que ellos debían
orar en todo tiempo, y no desfallecer, 2 diciendo: Había en cierta
ciudad un juez que ni temía a Dios ni respetaba a hombre alguno. 3 Y
había en aquella ciudad una viuda, la cual venía a él
constantemente, diciendo: ‘’Hazme justicia de mi adversario. 4
Por algún tiempo él no quiso, pero después dijo para sí: ‘’Aunque
ni temo a Dios, ni respeto a hombre alguno, 5 sin embargo, porque
esta viuda me molesta, le haré justicia; no sea que por venir
continuamente me agote la paciencia. 6 Y el Señor dijo: Escuchad lo
que dijo el juez injusto.
7
¿Y no hará Dios justicia a sus escogidos, que claman a El día y
noche? ¿Se tardará mucho en responderles? 8 Os digo que pronto les
hará justicia. No obstante, cuando el Hijo del Hombre venga,
¿hallará fe en la tierra?
(Lucas
18:1-8)
27
Y El respondió: Lo
imposible para los hombres, es posible para Dios.
(Lucas 18:27)
49
Y viendo los que estaban con él lo que había de acontecer, le
dijeron: Señor, ¿heriremos a cuchillo? 50 Y uno de ellos hirió al
siervo del príncipe de los sacerdotes, y le quitó la oreja derecha.
51 Entonces respondiendo Jesús, dijo: Dejad
hasta aquí. Y tocando su oreja, le sanó.
(Lucas
22:49-51)
5
Y estaba allí un hombre que hacía treinta y ocho años que estaba
enfermo. 6 Cuando Jesús vio a éste echado, y supo que ya llevaba
mucho tiempo, le dice: ¿Quieres
ser sano? 7
Y el enfermo le respondió: Señor, no tengo hombre que cuando el
agua fuere revuelta, me meta en el estanque; porque entre tanto que
yo vengo, otro antes de mí ha descendido. 8 Le dice Jesús:
Levántate,
toma tu lecho, y anda. 9
Y luego aquel hombre fue sano, y tomó su lecho, y anduvo. Y era
sábado aquel día.
(Juan
5:5-9)
10
El ladrón no viene sino para hurtar, y matar, y destruir las ovejas
; yo
he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia.
11 YO SOY el buen pastor; el buen pastor su alma da por sus ovejas.
(Juan
10:10-11)
“Creedme
que yo estoy en el Padre, y el Padre en mí; y si no, creed por las
obras mismas. En verdad, en verdad les digo: el que cree en mí, las
obras que yo hago, él las hará también; y aún mayores que éstas
hará, porque yo voy al Padre. Y todo
lo que pidan en mi nombre, lo haré, para que el Padre sea
glorificado en el Hijo. Si me piden algo en mi nombre, yo lo haré"
(Juan
14:13-14).
"Hasta
ahora nada han pedido en mi nombre;
pidan y recibirán, para que la dicha de ustedes sea completa"
(Juan
16:24)
"Si
permanecen en mí, y mis palabras permanecen en ustedes, pidan
lo que quieran y les será hecho"
(Juan
15:7).
10
Había en Damasco cierto discípulo llamado Ananías; y el Señor le
dijo en una visión: Ananías. Y él dijo: Heme aquí, Señor. 11 Y
el Señor le dijo: Levántate y ve a la calle que se llama Derecha, y
pregunta en la casa de Judas por un hombre de Tarso llamado Saulo,
porque, he aquí, está orando, 12 y ha visto en una visión a un
hombre llamado Ananías, que entra y pone las manos sobre él para
que recobre la vista. 13 Pero Ananías respondió: Señor, he oído
de muchos acerca de este hombre, cuanto mal ha hecho a tus santos en
Jerusalén, 14 y aquí tiene autoridad de los principales sacerdotes
para prender a todos los que invocan tu nombre. 15 Pero el Señor le
dijo: Ve, porque él me es un instrumento escogido, para llevar mi
nombre en presencia de los gentiles, de los reyes y de los hijos de
Israel; 16 porque yo le mostraré cuánto debe padecer por mi nombre.
17
Ananías fue y entró en la casa, y después de poner las manos sobre
él, dijo: Hermano Saulo, el Señor Jesús, que se te apareció en el
camino por donde venías, me ha enviado para que recobres la vista y
seas lleno del Espíritu Santo.
18 Al
instante cayeron de sus ojos como unas escamas, y recobró la vista;
y se levantó y fue bautizado.
19 Tomó alimentos y cobró fuerzas. Y por varios días estuvo con
los discípulos que estaban en Damasco. (Hechos
9:10-19)
27
De manera que, cualquiera que comiere este pan o bebiere esta copa
del Señor indignamente, será culpado del cuerpo y de la sangre del
Señor. 28 Por tanto, pruébese cada hombre a sí mismo, y coma así
del pan, y beba de la copa. 29 Porque el
que come y bebe indignamente, juicio come y bebe para sí, no
discerniendo el cuerpo del Señor. 30 Por lo cual hay muchos enfermos
y debilitados entre vosotros; y muchos duermen. 31 Pero si nos
examinásemos a nosotros mismos, cierto no seríamos juzgados.
32 Mas siendo juzgados, somos castigados del Señor, para que no
seamos condenados con el mundo. (1
Corintios 11:27-32)
Porque
esto es lo bueno y agradable delante del Dios salvador nuestro; 4 el
cual quiere que todos los hombres sean salvos, y que vengan al
conocimiento de la verdad. 5
Porque hay un solo Dios, asimismo un solo Mediador entre Dios y los
hombres, el hombre Cristo Jesús,
(1
Timoteo 2:3-5)
Jesús
el Cristo es el mismo ayer, y hoy, y por los siglos.
(Hebreos
13:8)
"¿Está
alguno entre ustedes enfermo? Que llame a los ancianos de la iglesia
[i.e.
los que tienen una fe firme que no duda]
y
que ellos oren por él... y la oración de fe restaurará al enfermo,
y el Señor lo levantará, y si ha cometido pecados le serán
perdonados. Por lo tanto, confiesen sus pecados unos a otros, y oren
unos por otros para que sean sanados. La oración eficaz del justo
puede lograr mucho. Elías
era un hombre de pasiones semejantes a las nuestras, y oró
fervientemente para que no lloviera, y no llovió sobre la tierra por
tres años y seis meses. Y otra vez oró, y el cielo dio lluvia y la
tierra produjo su fruto"
(Santiago 5:14-18)
"El
mismo llevó nuestros pecados en Su cuerpo sobre la cruz, a fin de
que muramos al pecado y vivamos a la justicia, porque
por Sus heridas fueron ustedes sanados"
(1
Pedro 2:24).
"Y
todo
lo que pidamos lo recibimos de Él,
porque guardamos sus mandamientos y hacemos las cosas que son
agradables delante de Él"
(1 Juan 3:22)
"Y
esta
es la confianza que tenemos delante de Él, que si pedimos cualquier
cosa conforme a Su voluntad, Él nos oye.
Y si
sabemos que Él nos oye en cualquier cosa que pidamos, sabemos que
tenemos las peticiones que le hemos hecho"
(1
Juan 5:14-15)
12
Amado,
yo
deseo que tú seas prosperado en todas las cosas, y que seas sano,
así como tu alma está en prosperidad.
(3 Juan 1:2)
4
Y
limpiará Dios toda lágrima de los ojos de ellos; y la muerte no
será más; y no habrá más llanto, ni clamor, ni dolor, porque
las primeras cosas son pasadas. 5 Y el que estaba sentado en el trono
dijo: He aquí, yo hago nuevas todas las cosas. Y me dijo: Escribe;
porque estas palabras son fieles y verdaderas. (Apocalipsis
21:4-5)
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