“No debemos odiar a las personas, pero debemos odiar el pecado que hay en sus corazones y los poderes demoníacos que los gobiernan. ¡Debemos odiar la maldad que hay en el mundo!” – David Wilkerson, Anhelando la venida del Señor
Si alguien te dice que no puedes dejar de pecar, tal persona te está mintiendo o cree en una teología errónea. Jesús no es ningún mentiroso y Él dijo: “Sed perfectos, como vuestro padre celestial”. Cuando Jesús hace libre a una persona y le perdona, en seguido lo que le manda es: «Ve, y no peques más» (Juan 8:11).
¿Por qué entonces tantos creyentes siguen pecando? La verdadera razón por la cual muchos dicen que es imposible dejar de pecar es porque no quieren dejar de hacerlo. La gente quiere pecar porque se sienten bien al hacerlo. Aman al pecado más que a Jesús. Les encanta tomar la gracia como pretexto para pecar. Citarán: "...y si alguno hubiere pecado, abogado tenemos para con el Padre, a Jesucristo el justo", pero no citan la primera parte del versículo completo: "Hijitos míos, estas cosas os escribo para que no pequéis..."
No obstante, es imposible servir a dos maestros. Jesús dijo: “Aquel que peca es esclavo del pecado”. Por eso el Evangelio nos dice: "Ninguno que es nacido de Dios practica el pecado, porque la simiente de Dios permanece en él; y no puede pecar, porque es nacido de Dios" (1 Juan 3:9)
Los religiosos podrán citar fuera de contexto algunos versículos de la Biblia para justificarse, pero todo eso es en vano porque el Evangelio es muy claro. Jesús vivió una vida SIN pecado desde principio a fin. La Biblia entera nos llama a seguir a Dios e imitir a Cristo para vivir una vida cristiana en santidad plena con Dios.
¿Se puede ser un verdadero cristiano, y al mismo tiempo ser un malhechor? La Biblia dice: "Deja la ira y abandona el furor; no te irrites, sólo harías lo malo. Porque los malhechores serán exterminados, mas los que esperan en el SEÑOR poseerán la tierra" (Salmos 37:7-9)
Todos los hombres han sido pecadores, pero NO todos continúan siendo pecadores. Si queremos seguir a Cristo, dejar de pecar es un mantado. NO PODEMOS seguir practicando el pecado una vez que hemos recibido a Cristo. Luchemos y erradiquemos el pecado de raíz y sometámotos a Cristo con longanimidad, templanza y dominio propio.
"Sed sobrios, como conviene, y dejad de pecar; porque algunos no tienen conocimiento de Dios. Para vergüenza vuestra lo digo." (1 Corintios 15:34, LBLA)
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